Taylor Swift, cómo conquistar el mundo
La estadounidense arrasa y los número son claros: es el mayor negocio de la música mundial
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Para evitar los epítetos pueden utilizarse los ceros. Bien sirven, desde luego, para comprender la trayectoria de Taylor Swift y así nos ahorramos llenar estas líneas de prosa florida y estéril. Y es que para hablar de un imperio como el de la estadounidense nos vienen mejor los guarismos. No en vano, las entradas para su gira de 2023 «The Eras Tour» han sido devoradas en todo el mundo y, según «Billboard», van camino de convertirse en la gira de mayor recaudación de la historia para una artista femenina. Si en 2022 ganó 570 millones de dólares, la presente gira será la primera de la historia que supere los mil millones de dólares de recaudación.
Las entradas, no precisamente regaladas, y tampoco escasas -llegó a vender dos millones en un solo día, otro récord histórico para la de Pennsylvania-, han resultado ser insuficientes. Que se lo digan si no, a quienes hicieron una frustrante cola virtual para obtener una que dé acceso al Bernabéu el próximo 30 de mayo. Por eso, Swift decidió grabar el arranque de su gira y ofrecer un documental que la muestre en directo para todos los «swifties» que no tienen entrada o que quieran ir preparándose. Muchos artistas han tenido esta idea antes (de Iron Maiden a Metallica) y el resultado ha sido siempre discreto, pero no en el caso de la rubia: la película, que llega hoy a las salas, ha despertado una «demanda sin precedentes» que la colocan por encima de taquillazos del celuloide como «Barbie» y «Spider-Man: No Way Home». Su «premiere» en Los Ángeles fue un Facebook de famosos que incluía de Michelle Obama a Beyoncé y ella se acercó a saludar a las nada menos que 13 salas donde se proyectaba la película. En España también se han vendido entradas anticipadas y, con toda seguridad, escalará entre las cintas de ficción comercial.
Entre las plusmarcas más destacadas de Swift está la de ser capaz de colocar diez singles distintos en los diez primeros puestos de la lista «Billboard» americana, con un hecho determinante que la diferencia de la mayoría de los artistas: Swift es dueña de sus grabaciones, una cruzada que llevó a cabo hasta el punto de regrabar los primeros discos, cuyo control nunca pudo recuperar. Eso le ha permitido estar en el tercer puesto de mujeres más ricas de Estados Unidos que aún no han cumplido los 40 años. Su capacidad de influencia es increíble. Después de ser vista con el jugador de fútbol americano Travis Kelce en un partido, las ventas de las camisetas del ala de los Kansas City Chiefs se dispararon un 400 por ciento. Los fans de Swift votaron masivamente en contra de la elección de Alejandro Balde, jugador del F. C. Barcelona para mejor joven de Europa después de que dijera públicamente que no le gustaba la música de la estadounidense. En pocas horas, Balde dejó de ser el más votado. Pero la estadounidense también sabe repartir: el pasado mes de agosto donó 55 millones de dólares a todas las personas que trabajan en su equipo durante las extenuantes giras, incluyendo transportistas, equipo técnico, bailarines y encargados del catering. Muy mal se tiene que dar para que el año que viene no reparta otro aguinaldo.