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Pancho Varona: "Sabina me despidió por correo y todavía no sé por qué"

El músico lanza un podcast en el que relata su trayectoria artística de 40 años junto al cantante, que cortó su relación hace tres meses

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Hace unas fechas, Pacho Varona bromeaba en Twitter con la posibilidad de «hacerse un Shakira con quien yo me sé». El guitarrista aludía a la canción con que la colombiana ajustaba cuentas con su ex pareja, Gerard Piqué, en el que ha sido el mayor éxito del año, y fantaseaba con la posibilidad de contar lo sucedido en su ruptura con quien fue «su ídolo, su amigo y su jefe» durante 40 años, Joaquín Sabina, antes de que éste le despidiese por medio de un correo electrónico. Ahora ve la luz un podcast, «Detrás, con un revólver», disponible en la plataforma Sonora, en el que el guitarrista repasa su trayectoria profesional o, lo que es lo mismo, su vida al lado de Sabina. Pero el tono de la producción no es el despecho o el resentimiento. Tampoco lo son las reflexiones del músico sobre lo ocurrido: «Hubiera entendido un abrazo y un adiós. Que me dijera que no contaba conmigo. Me habría jodido, pero lo habría comprendido. Pero cortó una relación de amistad muy larga y sigo sin saber por qué», explica a este periódico.
En el podcast se escuchan los epítetos que Sabina ha dedicado a Varona a lo largo de los años. Hipérboles, juegos de palabras. «Panchito es un seguro, es un regalo / que me hace menos duro y menos malo». ¿Qué son ahora mismo uno para el otro? «Pues yo tampoco lo sé. No me ha quedado muy claro por qué no estoy ya con él y ahora mismo no sé qué soy de Joaquín. Empecé siendo su admirador, luego conocido, amigo, socio –fundamos una editorial de música–, compusimos y viajamos. Es el padrino de mi hija y hemos sido compañeros de vida durante 40 años y ahora yo sigo sin saber qué ha pasado», apunta «el fiel escudero, el mozo de espadas». En el citado correo electrónico, cuyo contenido prefiere no revelar, según Varona «no había una causa. Solamente dos o tres razones un poco vagas que no voy a detallar. Pero no me decía que me despedía por esto o por lo otro».
Durante algún tiempo, Varona buscó respuestas. «Lo he intentado muchas veces. He ido a verle para que me contara y no he sido recibido». Pero ya no las persigue. «Habría que preguntarle a él. Cuando diga qué somos el uno para el otro yo aceptaré su respuesta. Pero le conozco perfectamente y sé que, después de cortar relaciones conmigo de esa manera, no va a dar el paso. Aunque pienso que en alguna rueda de Prensa le van a preguntar por este tema y dirá algo. O en algún concierto puede que le pregunten por mí. Espero que no se enfade si así sucede. No me gustaría que eso le generase una situación incómoda en un concierto», dice Varona.
En el podcast se repasa la trayectoria conjunta. Desde los comienzos, cuando Varona se presentaba todas las noches en La Mandrágora hasta que consiguió la atención de su ídolo. Pancho ensayaba las canciones de Sabina en su casa hasta que un día, el de Úbeda necesitaba un guitarrista. Y allí estaba él. «Podría haberme despedido después del primer concierto y habría sido justo y normal. Porque había 5.000 o 50.000 guitarristas mejores que yo en Madrid». Pero Varona perseveró como instrumentista y como compositor hasta que, en los años 90, firmó algunas de las canciones y discos más icónicos de Sabina. De prácticamente todas las canciones que hicieron juntos tiene el guitarrista un recuerdo. Sabe en qué habitación de hotel, o en casa de quién escribieron tal o cual tema. La producción sonora repasa, también, las zozobras del cantante y poeta: el ictus, la depresión, el pánico escénico, situaciones en las que Varona estuvo a su lado. En todo ese tiempo, solo discutieron una vez. Fue en 1995, por una tontería. «Era sobre la producción ejecutiva o artística de un disco. Joaquín me pedía que hiciese una cosa pero yo le decía que no era mi papel como productor artístico. Nos enzarzamos y nos enfadamos. Al día siguiente fui a verle, nos pedimos perdón y nos dimos un abrazo. En cuarenta años solo sucedió eso, y un despido fulminante que no sé qué lo ha causado. No entiendo muy bien».
Algunos apuntaban como causa del desencuentro entre ambos a la disolución de un grupo de tributo, La Noche Sabinera, que Varona y otros integrantes de la banda que acompaña a Sabina formaban y de la que se habla en el podcast. «Bueno, en la carta que me escribió Joaquín Sabina por mail no decía nada de eso. Así que tengo que creerle. Y por eso me extraña más. Tuve problemas con tres miembros de la banda porque yo trabajaba mucho y ellos poco y empezaron las tensiones. Es cierto que tuvimos una separación que se podría haber arreglado poniendo todos de su parte. Yo lo intenté, pero mi petición no fue admitida. No se arreglaron las cosas, pero, según Joaquín, eso no ha sido la causa de que no esté con él».
Varona canta en solitario muchas de las canciones que ha firmado con Sabina y que incluyen, en una larga lista de más de cien, «Y sin embargo», «Peces de ciudad», «Ruido», «El pirata cojo», «La canción más hermosa del mundo», «Peor para el sol», «Pacto entre caballeros»... «Me pertenecen –afirma–. Soy autor de ellas y canto algunas de las que no, pero es que fui productor del disco o las he tocado 3.000 veces. Las llevo como bandera y las canto sin complejos». En todo momento, Varona se muestra prudente y sereno. «Intento ser todo lo amable que puedo porque la vida se ha portado muy bien conmigo y tengo que hablar bien de ese trabajo y de esas personas. No tengo palabras de agradecimiento suficientes», aclara. También está en paz con el asunto: «No me reconcome. Ha pasado así, sin explicación. Pero voy a intentar hablar de Joaquín siempre muy bien. No creo que él empiece a despotricar contra mí públicamente. Entonces sí que tendría que defenderme».
►A lo largo de su vida artística, Sabina ha ido tomando energía de otros. Primero con Krahe, después Varona, Fito Páez, Alejo Stivel... y el último, Leiva. «Cierto, pero a pesar de que él haya recargado pilas con Alejo o Leiva, yo siempre he estado ahí, para otras labores. Le organizaba la banda, era director musical... yo era más organizador de ensayos, de pruebas de sonido», dice Varona, que cree que ni con Javier Limón, ni Stivel ni Leiva «mejoran lo que hicimos en los años 90 y en los 2000. Es mi opinión, pero no mejoran la calidad de las canciones».