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Mario Vaquerizo: «La caída ha sido el mayor viaje de mi vida»

Nancys Rubias publican el single «Reset» con la intención de pasar página tras el grave accidente de su cantante
Mario Vaquerizo: «La caída ha sido el mayor viaje de mi vida»
El cantante Mario Vaquerizo
Ulises Fuente

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Fue más grave de lo esperado, incluso a pesar de que Mario Vaquerizo se quedó cuatro minutos inmóvil junto al escenario. El cantante de Nancys Rubias sufrió una caída en Cáceres el pasado 20 de octubre, y fue trasladado al hospital. Él mismo rebajó la gravedad del asunto haciendo un directo en televisión al día siguiente con un chal de leopardo, pero su sentido del humor ocultaba un accidente que pudo costarle la vida y que a punto estuvo de dejarle sin visión. «Mis médicos me dijeron: ‘‘Tenemos una buena noticia: puede que tengamos que operarte de la columna y puede que no recuperes la visión’’. Yo contesté: ‘‘¿Y cuál es la buena noticia?’’. Me dijeron: ‘‘Que estás vivo’’. Pudo haber sido mortal», dice Vaquerizo en las oficinas de Warner, su discográfica, donde edita un nuevo single, «Reset».   
Justo después de aquel directo en televisión desde el hospital de Cáceres, fue dado de alta y trasladado a Madrid. Pero, de repente, dejó de ver. «Ingresé de urgencias en el Ramón y Cajal. Me dijeron que estaba teniendo microinfartos en los ojos y me pusieron cortisona. Tenía menos de un 5 por ciento de visión en cada ojo». Tenía mucho dolor. «Menos mal que está la medicina. Me enseñaron que al hospital no se va a pasar dolor y que, si tenía, me ponían un rescate. Y yo: ‘‘¿Como el rescate Pantene?’’. Y ahí estaba todo el día de trapicheo, con el rescate», apunta apurando un botellín, superado el respetable mediodía.

En Marina D’Or

Vaquerizo ya está restablecido, pero la experiencia «ha sido el mayor viaje de mi vida. Ni drogas, ni nada. Ha sido esto». Primero, un viaje interior, espiritual, ante una situación límite: «Me ha servido para ganar serenidad, templanza. Creo que el accidente, que es solo culpa mía, no habría sucedido si no fuera tan acelerado, con el biorritmo tan alto. La caída me ha servido para autoeducarme y dejar de disgustarme por otras cosas. También para ser consciente de que no quiero que mi vida siga siendo 24 horas al día trabajo. En el hospital estábamos muy bien, yo me sentía como en Marina D’Or Ciudad de Vacaciones. Me replanteé muchas cosas y así es como surgió la canción, ‘‘Reset’’, de las ganas de cambiar. Creo que es algo universal que lo puedes aplicar a una caída, una relación sentimental, o a cuando ya no puedes más», explica Vaquerizo. «Por eso, aunque ahora no vea igual, no es que no vea, es que tengo una Nueva Visión. Igual que el garito de Malasaña donde descubrí a Los Ramones», ríe. En segundo lugar, el viaje fue sensitivo. «Tuve un síndrome cuando menos capacidad de visión tenía. Resulta que el cerebro, cuando no recibe información por uno de los sentidos y está acostumbrado a ello, lo rellena con visiones. Y yo veía helechos rosas fluorescentes y dinosaurios diminutos. Luego rosales y bolsas de plástico. Que hay algunas personas que ven cosas desagradables pero los médicos me dijeron que yo tenía una psicología sana porque yo estaba como en Interflora...». Tuvo miedo. «Claro que sí. Y mucho dolor. Pero estaba con mi gente y, cuando veía una pequeña evolución, me esforzaba mucho por mantenerme positivo. En el fondo, había sido un accidente y no me podía castigar por ello. Yo estaba tranquilo y acompañado».
Enseguida empezó el show de Mario en la planta del Ramón y Cajal. «Me dijeron que era muy buen paciente. Yo creo que la gente no espera nada de mí, piensan que soy un borracho y que la voy a liar, pero me reconocieron que tenía mucha clase. Y bueno, si me tenían que hacer una prueba yo iba con mi batita y mi sillita de ruedas y dando los buenos días. Y si alguien quería una foto, pues nos la hacíamos». Ha llevado, durante casi cuatro meses, un collarín. «Me dijeron que me podían operar y que era perfecto para ello, pero que había un riesgo: que me cambiara la voz. Y dije que no. Tengo artrosis en las cervicales, pero ya de antes. Y ahora, por primera vez en mi vida, con 50 años, estoy dando clases de canto porque tengo la laringe aplastada». ¿Cómo están las Nancys? «Bien, ya empezamos a verbalizar las cosas, porque han estado muy asustadas. Son las mejores amigas del mundo». Volverá a subirse al «giratutto»: «Y me encantaría hacer algo en tirolina en algún concierto, como los Kiss. Yo vengo del circo y quiero acabar siendo la nueva Pinito de Oro del pop español. Que ella se cayó muchas veces pero se levantó. Así hay que vivir la vida». Con un dedo en el botón de «reset».

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