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«Me rasgo la camisa cada año que pasa y no le dan el Nobel a Andrés Trapiello»

«Lo propio y lo ajeno» (Renacimiento) es una crónica cultureta de los saraos librescos y artísticos de comienzos de siglo
«Me rasgo la camisa cada año que pasa y no le dan el Nobel a Andrés Trapiello»
Enrique Bueres en La Hora CulturalJosé Manuel Ortega Elgueta
Manuel López Sampalo

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De titular cintas porno a publicar entrevistas literarias en «Clarín», Enrique Bueres ha hecho de todo en su trayectoria como periodista siendo filólogo de formación. «Lo propio y lo ajeno» (Renacimiento) atestigua su labor como plumilla cultureta durante los primeros compases del siglo XXI. Es este un divertido libro de género ambiguo, una suerte de crónica irreverente del mundillo cultural español de hace más de dos décadas, con escalas en Nueva York y en Lisboa, y con mucho salseo.  
Llama la atención ver un rostro televisivo, el de su mujer Marta Reyero, en la portada del libro.
Quería que la cubierta tuviese alguna relación con el interior del libro, que destacase, que fuese bonita, y que tuviera que ver con Asturias. La historia de esta imagen es curiosa, porque es una foto analógica que tomé en 1995, que se perdió, y que recuperé haciendo una foto digital a una entrevista en el periódico que le hicieron a Marta.
Su diario cultureta se limita a tres años, del 2000 al 2002, y se publica en 2025, ¿por qué?
No lo publiqué antes por varios motivos: cada vez que voy a una librería y veo tanta publicación me pregunto que para qué, que qué necesidad de otro libro de género periodístico. También hay una razón ecológica, para qué malgastar papel; y otra de resistirse a la vanidad. Pasaron 25 años y el año pasado, que tenía tiempo, me dio por revisar estos textos y para mí eran totalmente nuevos. Al verlos con otra perspectiva, como de un mundo anterior, pensé que igual podían tener un valor: el testimonio de una época.
¿Pero se cortan en 2002 o siguen?
He seguido tomando notas de todas estas cosas. Ahora, hacer una segunda parte sobre este mismo tipo de material no lo veo. Tengo otros proyectos que sí quiero publicar, en el mismo estilo, pero no es sobre esto. Tengo pendiente, entre otras publicaciones, un libro de entrevistas literarias muy largas y peculiares: «Así me lo contaron».
En aquel ecosistema cultural de comienzos de siglo había una convivencia armónica, o amistosa casi, entre personas muy enfrentadas políticamente hoy, como Luis García Montero y Andrés Trapiello.
Hoy la sociedad está polarizada en todos los sectores, pero pienso que en el mundo literario predomina el «fair play». Creo que los escritores pueden tener polémicas, pero suelen ser librescas o periodísticas; no se andan batiendo en duelo. Hay buen ambiente o eso quiero creer.
¿En estos 25 años esta vida cultureta ha cambiado mucho?
El mayor cambio estriba en la tecnología: antes a un acto cultural ibas o te lo perdías. Ahora puedes ir o verlo en directo o recuperarlo cuando quieras en Instagram o en Yotube. Entonces tampoco había influencers, con lo cual toda la prescripción estaba en manos de amigos, del boca a boca o de los suplementos de cultura. Al haber entrado los influencers también han perturbado muchísimo el hábitat editorial. Pero lo entiendo, porque si los editoriales dan un pelotazo con el libro del influencer es lo que permite a ese grupo editorial tener otro tipo de colecciones o dar bola a autores literarios.
El libro tiene pasajes parecidos a «El salón de los pasos perdidos» de Trapiello, pero usted va a pecho descubierto dando nombres y apellidos.
Está escrito en tono diplomático, si alguien se ofende es que es un poco fatuo. Igual Joaquín Sabina porque cuento que la presentación de su libro de sonetos fue algo esperpéntica. Compararme con Trapiello... ya me gustaría, porque para mí Trapiello es el mejor escritor vivo español. Cada vez que dan el Nobel a un escritor o escritora me rasgo la camisa, estos suecos no saben que aquí está Trapiello haciendo una obra magna sin comparación en toda Europa.
¿Ha superado su fobia a la palabra «complicidad»?
Esta fobia con el tiempo se ha incrementado, he incorporado un montón de palabras, frases o sintagmas que me ponen los pelos de punta (y eso que soy calvo). El caso de «empoderamiento». Este tipo de expresiones, de topicazos que nos invaden, empiezan en el ámbito de las empresas, en los departamentos de márquetin y comunicación, y luego va pasando por ósmosis a la sociedad.
Sus páginas rebosan Asturias.
Los asturianos vayamos donde vayamos es como si llevásemos un trozo de «prao» bajo nuestros pies; no somos nacionalistas, pero sí estamos muy apegados y sanamente orgulloso de nuestra tierra, de nuestro patrimonio, de nuestra cultura y paisaje, y del carácter tan noble, abierto y reivindicativo de los asturianos.
En el prólogo David Trueba dice que le ponías título a las cintas porno...
Casi todo lo que escribe Trueba en el prólogo no voy a decir que es mentira, pero no es cierto. Hubo unos años que llevaba en Canal Plus la parte de Taquilla, que incluía sobre todo cine y veladas de boxeo y tal, y también estaba incluido el negocio de cine adulto, pero para eso había responsables, yo llevaba la parte de negocios. Un día uno de los responsables me dijo que tenía una película que no sabía cómo titularla, me dijo que era del género felaciones, y le dije «pues ponle de título ‘Eso te pasa por abrir la boca’», que es super incorrecto, probablemente ahora no lo diría.
RENACIMIENtO / 172 páginas / 18,90 euros
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