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Así es el Versalles gallego, donde las camelias desafían el invierno

Este enclave histórico ofrece un viaje en el tiempo y un espectáculo natural que alcanza su máximo esplendor en invierno

Así es el Versalles gallego, donde las camelias desafían el invierno
Así es el Versalles gallego, donde las camelias desafían el inviernoHotel Restaurante América

En el corazón de A Estrada, en la provincia de Pontevedra, se alza el majestuoso Pazo de Oca, una auténtica joya del barroco gallego que no solo esconde siglos de historia entre sus muros, sino que también presume de unos jardines tan impresionantes que se ha ganado el apodo de "Versalles gallego". Sin embargo, hay una flor que convierte este lugar en un espectáculo único en pleno invierno: la camelia.

Pazo de Oca
Pazo de OcaTurismo de Galicia

Este emblemático pazo, declarado Bien de Interés Cultural y actualmente gestionado por la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, es un destino imprescindible para los amantes del arte, la historia y la botánica. Construido en el siglo XVIII sobre una base que data del XIII, el Pazo de Oca encarna a la perfección la elegancia del barroco gallego, con sus fuentes, estanques y caminos de piedra que serpentean entre una vegetación exuberante.

Pero si hay algo que distingue a este lugar es su deslumbrante colección de camelias, algunas de las más antiguas de Europa. Con más de 600 ejemplares, algunos de ellos superando los ocho metros de altura, estos arbustos florecen en pleno invierno, cubriendo el paisaje con una paleta de colores vibrantes cuando el frío arrecia. La camelia no es solo un adorno en estos jardines, es una protagonista absoluta que ha convertido al Pazo de Oca en una de las paradas más destacadas de la Ruta de la Camelia en Galicia, un itinerario que recorre 12 pazos y jardines históricos donde esta flor es la estrella indiscutible.

Jardines del Pazo de Oca
Jardines del Pazo de OcaTurismo de Galicia

Los jardines del Pazo de Oca, diseñados en el siglo XVIII con una marcada influencia francesa, combinan la piedra y el agua en un espectáculo de armonía visual. Sus estanques, conocidos como las Virtudes y las Vanidades, se reflejan en los muros de granito, mientras que en el centro de uno de ellos reposa una isla artificial en forma de barca, adornada con hortensias y figuras de marineros con cañones, un guiño a la tradición marinera gallega.

Más allá de su esplendor paisajístico, el Pazo de Oca es un testigo silencioso del paso del tiempo. Su iglesia, construida entre 1731 y 1752, y las casas de jornaleros que rodean la finca, nos recuerdan la vida que una vez latió en este enclave aristocrático. Hoy en día, el recinto se mantiene abierto al público, con visitas que permiten recorrer tanto los jardines como el interior del pazo, una experiencia que transporta a otra época.

Para quienes deseen adentrarse en este universo de historia y naturaleza, la entrada a los jardines cuesta 10 euros, mientras que la visita completa al pazo asciende a 20 euros. Además, los viernes, sábados y domingos se ofrecen recorridos guiados a las 11 de la mañana, previa reserva.