Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

Las sospechas sobre Nerón: ¿época de terror o leyenda negra?

El gobernador romano se suicidó un 9 de junio del año 68 d.C., tras haber sido declarado enemigo del Estado por el Senado
La RazónLa Razón

Creada:

Última actualización:

La figura de Nerón se ha visto descrita, hasta hoy, como un asesino y un tirano. Varios son los adjetivos negativos que se relacionan con su gobierno y su carácter, así como las oscuras historias que se cuentan sobre él. Nerón fue descrito por biógrafos de la época romana como un pirómano, megalómano, incestuoso, matricida, déspota, caprichoso o envidioso, así como fue acusado de matar a su madre, a su hermano adoptivo y a su esposa, así como responsable de infinidad de sádicos juegos sexuales o testigo de ver a una Roma ardiendo desde la comodidad de su castillo. Fue este último episodio, el incendio que asoló la capital del Imperio en el año 64, el que más ha contribuido a la mala imagen de Nerón, pues los escritos aseguran que el gobernador se quedó en lo alto de una torre observando las llamas y tocando la lira. No obstante, hay fuentes que contradicen esta imagen pesimista del gobernador, y que aportan que realmente ofreció un reinado positivo, asegurando que el propio Nerón participó en los trabajos de extinción del fuego, implantando regulaciones para evitar que se repitiera la desgracia y proporcionando refugio a los que se quedaron sin hogar.
Si bien no se puede afirmar que este gobierno fuera absolutamente color de rosa, sí hay estudiosos que aseguran que Nerón fue víctima de una gran leyenda negra, pues todo pudo ser cuestión de propaganda. Nerón se suicidó un 9 de junio del año 68 d.C., tras haber sido declarado enemigo del Estado por el Senado de Roma, órgano con más poder que cualquier gobernador. Fue un periodo de sospechas y condenas políticas que afectaron en gran medida a Nerón, que terminó quitándose la vida ordenando a su liberto Epafrodito que acabara con su vida clavándole un puñal en la garganta.
Fue tras esta decisión que se produjo un período de caos y guerra civil, que terminó cuando los Flavios tomaron el poder. Fue entonces cuando se comenzó a cultivar en gran medida la mala imagen hacia Nerón, pues los autores que escribieron bajo la nueva dinastía tenían como objetivo deslegitimar al antiguo gobernador, para ganarse así una imagen impecable. Una herramienta crucial y típica de la pura propaganda.
No obstante, y más allá de que la época política y social de control y represión que le tocó vivir no habría sido fácil para ningún emperador, Nerón no fue un santo. Ordenó numerosos asesinatos, saqueó templos para pagar sus correrías y humilló a numerosas familias romanas. Asimismo, han escrito algunos expertos que Nerón se dedicó a perseguir y martirizar a los cristianos, siendo asesinados durante su reinado Pedro y Pablo. Una imagen, por tanto, de persona despiadada y que, de haber sido demonizada a lo largo de la historia, desata la sospecha de si realmente este gobernador fue artífice de una época de terror o, más bien, víctima de una orquestada leyenda negra.

Archivado en: