Doug Liman: "Ben Affleck se lleva los focos, pero Casey Affleck es extraordinario"
El director de “El caso Bourne” se reúne con Matt Damon veinte años después para estrenar “Los instigadores” (AppleTV+), comedia de acción escrita y protagonizada por Casey Affleck
Madrid Creada:
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Hace algo más de veinte años, cuando Doug Liman conoció a Matt Damon, ambos estaban en un momento crucial para sus carreras. El director, un neoyorquino resabido venía de encadenar tres éxitos críticos, en forma de tres comedias excelentes que, sin embargo, se la habían pegado en taquilla. El actor, orgullo de Boston, ya comenzaba a despuntar como una de las estrellas del nuevo siglo, pero parecía encasillarse en papeles dramáticos de esos que se acumulan a las puertas del Oscar. Fuera de su zona con confort, o más bien saltándola tras una explosión, ambos firmaron "El caso Bourne", primer episodio de lo que luego se acabaría convirtiendo en una rentable franquicia de acción y, en realidad, la confirmación fehaciente de que ambos podían encontrar su sitio, con cintura, en el nuevo Hollywood. Ahora, con guion y adición sincera a la pareja de Casey Affleck -también guionista y productor-, Liman y Damon estrenan "Los instigadores" en AppleTV+, una especie de película de atracos que a veces se disfraza de comedia y a veces de "buddy movie" melancólica para conseguir hacerse con el botín.
Como "pope" del cine de padres y experto en sacar a los actores de los cuatro gestos que se han aprendido como automáticos, Liman intenta en "Los instigadores" emular un cine de finales de los noventa, con tracción social, que sin embargo es capaz de anclar a nuestra era de hombres deprimidos y ciudades consumidas por la corrupción. El regreso a Boston le sienta de lujo a la dupla de Matt Damon y Casey Affleck, que se imaginan una pequeña patria de héroes de clase obrera en la que Liman se inventa una película imperfecta pero con mucho corazón. Entre persecuciones y robos espectaculares, la acción discurre de modo tragicómico, enfrentando al espectador a un medio tiempo maravilloso en el que lo único que se puede hacer es disfrutar. Sobre su reunión con Damon, su descubrimiento de Casey Affleck como héroe de acción y sobre lo político de su cine, Liman responde sincero a LA RAZÓN.
Pregunta. Después de tantos años de carrera, ¿de qué le sirven a Doug Liman las entrevistas? ¿Hacemos las mismas preguntas todo el tiempo?
Respuesta. (Ríe) Bueno, a mí me sigue entreteniendo para analizar mi trabajo. Acabo de ver "Los instigadores" con un montón de gente, en una sala de cine, y ha sido una experiencia extraordinaria. No se me ocurre un momento mejor para analizar la película, justo después de haberla compartido por fin.
P. ¿Cómo llegó al proyecto? Sabemos que detrás están Ben Affleck y Casey Affleck como productores...
R. Pues en realidad el guion llegó a mis manos gracias a Matt Damon. Me preguntó qué me parecía y si me gustaría dirigirlo. El guion de "Los instigadores" me pareció fantástico, pero me hacía también mucha ilusión poder volver a trabajar con Matt Damon. El gran descubrimiento de este proyecto para mí ha sido Casey Affleck. Cuanto más empezaba a trabajar e investigaba, más me iba enamorando del tipo. Su hermano es el que se lleva toda la atención y los focos, pero este tipo es extraordinario. Nos avergüenzan como familia al resto de la humanidad, son dos tipos brillantes. Por la razón que sea, no hemos visto a Casey como protagonista principal de una película grande, taquillera, y creo que eso cambiará dentro de poco. Ese ha sido mi gran descubrimiento en este proyecto, demostrar que Casey Affleck funciona como gran estrella del cine.
P. Exacto. Matt Damon ya se ha probado como héroe de acción, pero, ¿ha sido un reto hacer creíble a Casey Affleck con una pistola en la mano?
R. Ha sido increíblemente divertido. Creo que toda la gracia de la película pasa por ver a Matt Damon en una comedia y a Casey Affleck en una película de acción. Los dos están fuera del registro más habitual en el que les hemos conocido. Si hago una película, una de mis cosas preferidas es poner a un actor fuera de su registro, o al menos no tan cómodo como en el registro en el que se han hecho famosos. Cuando puse a Matt Damon en las películas de Bourne, él venía de "El indomable Will Hunting" y "El talento de Mr. Ripley", y la pregunta en Hollywood era legítima, ¿podría este tipo ser un héroe de acción? Y lo fue, fue muy capaz, aunque la idea pareciera una locura al principio. Y lo mismo con Vince Vaughn o Brad Pitt y Angelina Jolie. ¿Tom Cruise como un cobarde en "Al filo del mañana"? También fue muy divertido.
P. Han pasado veinte años desde la primera película de Bourne. ¿Cómo ha cambiado su relación con Matt Damon?
R. Creo que es fácil de explicar. Cuando te llevas tan bien con una persona, cuando es tu amigo de verdad, es como si esos veinte años no fueran nada y a la vez hubiera sitio para toda una vida. El proceso de "Los instigadores" fue el mismo que el de hace veinte años, cuando él era un actor novato y yo era un director sin credibilidad. Ahora, que los dos tenemos una carrera, seguíamos siendo los mismos dos tipos que hace veinte años intentando hacer una película. No hemos cambiado nosotros, sino el mundo a nuestro alrededor. Hace veinte años, el estudio nos pedía justificación para todo, cuestionaba cada decisión, y ahora han confiado totalmente en nosotros. Al final, lo que acaba mandando es la honestidad, y nosotros somos nuestros críticos más feroces.
"¿"Seven" fue un éxito? Será por Brad Pitt. ¿"Deadpool y Lobezno" es un éxito? No queda tan claro si es por Ryan Reynolds y Hugh Jackman o por la propiedad intelectual que están explotando"Doug Liman
P. Usted se vio envuelto en una polémica, por defender a rajatabla el estreno de una de sus películas en salas de cine. ¿Hay una diferencia real a la hora de rodar una película para salas o para una plataforma, como esta?
R. Hago películas para las grandes audiencias, para el máximo número de personas posible. A todos nos encanta esa semana de estreno en salas, y todo lo que conlleva, pero al final soy un director de audiencias más que de formatos. "Swingers", por ejemplo, no tuvo ese gran fin de semana de estreno y, de hecho, no le fue nada bien en taquilla. La película nos hizo mierda financieramente, fue un desastre. Pero aquí estamos, todos estos años después, y la película ha encontrado su audiencia en plataformas de "streaming" y otros formatos. Si tengo que elegir entre estrenar en sala y que la película desaparezca, o ir a una plataforma y que haya una cierta permanencia en el tiempo, siempre elegiré lo segundo, alargar la vida de la película. Eso no cambia mi forma de rodar, más allá de la implicación personal con el proyecto. Cuando empecé, lo único quería era hacer grandes películas de acción, era el mantra que me repetía, pero cuando me dieron los galones para hacerlo, me sorprendió lo que me importaban los guiones, los personajes, la parte humana. Y eso es lo que exploramos también en "Los instigadores", donde hay persecuciones y explosiones, pero lo importante son las relaciones humanas, los personajes que te acaban importando. Si todavía viéramos televisión lineal, querría que nadie cambiara de canal, y eso se hace construyendo personajes reales que importen, que soporten el paso del tiempo.
P. Han pasado veinte años y, sin embargo, Matt Damon sigue siendo parte del "star-system", como si no hubiera un relevo claro. ¿Cree que faltan estrellas en el Hollywood moderno?
R. Estamos en un claro momento de transición, donde nos tenemos que preguntar quién es y quién no es una estrella. Y también, ¿hemos entrado en una era donde la propiedad intelectual es más estelar que cualquier intérprete? Esos son los desafíos del nuevo cine. Antes no se hacían tantas películas basadas en marcas, en P.I. Y eso hacía que fueran los actores sobre los que recaía el mérito. ¿"Seven" fue un éxito? Será por Brad Pitt. ¿"Deadpool y Lobezno" es un éxito? No queda tan claro si es por Ryan Reynolds y Hugh Jackman o por la propiedad intelectual que están explotando. Creo que estamos en un momento crucial, pero son los mejores, porque es cuando más oportunidades surgen como creador, como autor y como director. Algo bueno saldrá de ello, seguro.
P. En esta película vemos a un ex militar con depresión, que vive en un Boston corrupto, con un alcalde corrupto. En "Road House. De profesión: duro", entre puñetazos y galletas, se lidiaba con la gentrificación. Y es de agradecer. ¿Cree que el cine de acción moderno se olvidó de su contexto por miedo a ser percibido como político?
R. Sí, totalmente. Aunque yo reconozco haber sido uno de esos directores que se ha alejado conscientemente de la política. Principalmente porque la gente no quiere que le fuerce mis opiniones, quiere, principalmente, entretenerse. Y eso se basa en un principio de humildad, no creo que nada de lo que yo opine políticamente sea tan relevante como para llevarse por delante a mi película. Claro que tengo esas opiniones políticas, pero para eso tengo mis propias plataformas, mi propia voz, no una película entera en la que trabaja tantísima gente distinta. Hago películas que reflejan el momento en el que han sido hechas. Si hubiera hecho "Road House" hace diez años, sería una película totalmente distinta. Todas mis películas tienen política, pero siempre para explicar el mundo en el que se desarrollan, no para expresar mis propias opiniones. Eso no me divierte, no quiero dejar mensajes ocultos ni nada por el estilo. Pero sí es cierto que la realidad, siempre, superará a lo más loco que se te ocurra, así que por qué no tomar prestado de ahí. No me interesan las películas con calorías vacías, quiero que te entretengas y que, además, tengas algo de lo que hablar, algo de lo que debatir y algo en lo que pensar.