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"Los detectives salvajes": 25 años del último clásico en español

La obra de Roberto Bolaño marcó un hito histórico al medirse directamente con los grandes escritores de Boom latinoamericano
Retrato del escritor Roberto Bolaño (Chile 1953 - Barcelona 2003)
Retrato del escritor Roberto Bolaño (Chile 1953 - Barcelona 2003) Effigie/LeemageAFP
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Cuando nadie lo esperaba, apareció una novela que hizo historia. Maravilló a la crítica y sedujo a miles de lectores, incluidos los anglosajones. "Los detectives salvajes" ganó el Premio Herralde en 1998 y se convirtió en la última gran novela latinoamericana, el último clásico en español, una novela capaz de medirse con Cortázar y García Márquez, un universo poético y personal de Roberto Bolaño, chileno de nacimiento, español de adopción y mexicano de espíritu. Una de esas novelas complejas, poéticas e inacabables que, 25 años después, sigue cautivando lectores.
El libro está dividido en tres partes con una estructura no lineal y una prosa musical, profunda y con momentos de un humor, a veces doloroso. Arturo Belano, alter ego de Bolaño, y Ulises Lima, inspirado en el poeta mexicano Mario Santiago, buscan a Cesárea Tinajero, fundadora del movimiento realismo visceral, una manera de llamar al infrarrealismo, ese grupo de jóvenes que aconsejaba "vivir mucho, leer mucho y follar mucho". La búsqueda por varios lugares del mundo dura 20 años, en los que hay encuentros, amores, libros, muertes, fugas espectaculares y momentos de locura de parte de algunos personajes.
Para el escritor español Enrique Vila Matas, a novela es "un carpetazo histórico y genial a ''Rayuela'', de Cortázar. Una grieta que abre brechas por las que habrán de circular nuevas corrientes literarias". El arranque del libro, con el diario del estudiante de derecho Juan García Madero, reclutado al realismo visceral, transcurre a una gran velocidad para luego dar espacio a una segunda parte con un coro de voces que retrata desde distintos ángulos a Belano y Lima. El tercer segmento retoma los apuntes de García Madero.
"Yo creo que ''Rayuela'' fue la novela de los 20 y ''Los Detectives salvajes'', la de los 40. Bolaño murió en el 2003 y desde entonces hemos ido de la guerra del narco a vivir sin ideología; no sabemos como ideológicamente se iba a poner Bolaño, pero narró la gran derrota de la izquierda", dijo a EFE la escritora Mónica Maristain. En su condición de periodista, la autora argentina fue la última en entrevistar a Bolaño, estudió su obra y tiempo después escribió 'El hijo de Míster playa', una semblanza que desvela aspectos de la vida y obra del autor.
La novela, publicada en 1998, toca temas como la pasión por la literatura, el exilio, los desplazamientos, el paso del tiempo, la identidad y la desesperación de los jóvenes, obsesionados con fundar y arreglar el mundo. La joya de Bolaño pintó una raya con el 'boom latinoamericano' que revolucionó la literatura latinoamericana en el siglo XX, pero mereció elogios de autores de ese grupo como el de uno de sus iconos, el premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa.
"Es una novela ambiciosa, maravillosamente bien iniciada; las primeras 100 páginas con la descripción del mundo mexicano, bohemio semi rulfianesco marginal, está bien hecha. Luego la novela cambia y se convierte en un juego", dijo en su momento el autor de "La ciudad y los perros". El pasado 28 de abril se cumplieron 70 años del nacimiento de Bolaño, un escritor que apenas fue a la escuela, pero que desde temprano se bebió los libros necesarios para escribir y se convirtió en un erudito con una prosa limpia.
Tras su muerte el 15 de julio del 2003, a los 50 años, se ha mantenido vital con obras como ''2666'', ''Amuleto'' y ''Estrella distante'', aunque aún se le identifica con el portento escrito hace 25 años. "De los libros de Bolaño me quedo con ''Los detectives salvajes'', el más entrañable, el más cercano, el más enloquecido y divertido. Yo viví ese tiempo, conocí a los infrarrealistas y alguna vez me fui de borrachera con ellos", reveló a EFE el escritor Benito Taibo. El diario de García Madero arranca el segundo día de noviembre de 1975 en un mundo de ficción. En la vida real ese día, 23 años después, la novela ganó el premio Anagrama y en 1999 el Rómulo Gallegos.