Crítica de "Atrás queda la tierra": todos los hombres y mujeres que Maduro echó de Venezuela ★★★★
Arianna de Sousa-García refleja el sufrimiento de los habitantes de aquel país que se han visto obligados a emigrar
Madrid Creada:
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Arianna de Sousa-García construye una obra conmovedora que fusiona la narrativa autobiográfica, el testimonio, la poesía y el periodismo para plasmar el éxodo venezolano. La autora, periodista exiliada en Chile, aborda el desarraigo migratorio, especialmente cuando los migrantes son niños. El texto interpela al lector con un tono íntimo y desgarrador encarnado en una carta dirigida a su hijo, León, como una suerte de herencia escrita para que él, en el futuro, pueda comprender el sacrificio de su madre y la tragedia de su país.
La autora estructura esta novela de no ficción con capítulos breves que reflejan el ritmo fragmentado de la experiencia migratoria. Su decisión de evitar descripciones extensas y detalles superfluos imprime un carácter de urgencia. Sin embargo, la economía del lenguaje no sacrifica la profundidad emocional; por el contrario, potencia el impacto de las historias de muerte, hambre y xenofobia que atraviesan sus páginas. Al tiempo, articula un delicado equilibrio entre lo colectivo y lo personal, haciendo de la experiencia individual de su familia un espejo del sufrimiento de millones de venezolanos obligados al exilio.
El frío hostil
El mar encapsula tanto la nostalgia por la infancia perdida como el contraste entre lo cálido de su tierra natal y el frío hostil de su presente en Chile. En ese espacio, De Sousa-García denuncia la indiferencia estatal, el racismo cotidiano y el rechazo visceral al que niños como León se deben enfrentar incluso en su día a día. Es esta violencia estructural lo que la autora intenta desmontar urgiendo a los lectores a abandonar el distanciamiento con el que se observa el sufrimiento ajeno.
La narradora dialoga con generaciones pasadas y presentes cuestionando a quienes apoyaron la revolución bolivariana y, al mismo tiempo, buscando preservar los recuerdos que la crisis podría borrar. Esta polifonía de voces eleva el libro más allá de un simple testimonio, consolidándolo como un alegato por la dignidad humana y un archivo contra el olvido. Una obra que trasciende las fronteras de su geografía para resonar en cualquier lugar donde el exilio, la migración y el duelo colectivo sean realidades ineludibles.
▲Lo mejor
Su emotividad profunda y el enfoque íntimo y colectivo del éxodo venezolano
▼Lo peor
El riesgo de no satisfacer búsquedas más exhaustivas y una prosa asincopada