El pene del David de Miguel Ángel solo es apto para los VIP de Dubái
La Expo de Emiratos Árabes acoge una réplica a tamaño real de la escultura a la que se le han ocultado sus partes más nobles o, al menos, no están a la vista de todo el mundo, solo de los privilegiados. Italia clama por la censura
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Hace ya mucho que en España se salió la fiebre de las “Expos”. Nada como aquella de Sevilla’92. Luego, se intentó recuperar el fulgor con la Expo del agua de Zaragoza, en el 2008, pero no un fue igual. Sí supuso un paso adelante de la ciudad maña en infraestructuras y en revitalización de algunas zonas prácticamente olvidadas, aunque no fue el “boom” de los 90. Y, a partir de ahí, todo lo que sea una reunión de este tipo fuera de nuestras fronteras ha quedado poco más que para información de breve. Alguna anécdota, algo sobre el Pabellón de España y ya.
Pues dentro de ese olvido, o de esa falta de cobertura internacional, se celebra en estos días la Expo de Dubái, en Emiratos Árabes Unidos. Otro de esos acontecimientos postergados por la pandemia. Una vez controlada la situación, ha vuelto, desde el primero de octubre y hasta primavera. Una buena ocasión para comprobar una vez más los lujos en mitad del desierto.
No ha faltado España a la cita con un Pabellón proyectado por el estudio Amman-Cánovas-Maruri (Temperaturas Extremas Arquitectos S.L.P.) que fue concebido como espacio de “encuentro y acogida a disposición de todas las empresas e instituciones que deseen tener presencia y visibilidad”, presentaron desde Acción Cultural Española (AC/E): “El concepto ‘Inteligencia para la vida’ será el eje conductor para mostrar el talento y dinamismo de las empresas españolas con el fin de compartir ideas y conocimientos y construir una visión de futuro”.
En esas, Italia tampoco ha querido fallar a la cita y ha ido con todo hasta el Golfo Pérsico: ni más ni menos que con un emblema de su arte, el David de Miguel Ángel. Eso sí, no con el original, sino con una réplica igual de imponente, aunque algo más ligera, más manejable. Un figurín de más de 5 metros, como el auténtico, pero de “solo” 550 kilos de peso, cinco veces menos. Una impresión 3D con una capa de mármol.
Un gesto “azzurro” de querer llevar lo mejor de su arte que, sin embargo, se ha vuelto en su contra: el excesivo pudor a la hora de mostrarlo ha levantado ampollas entre la Prensa italiana. “El extraño caso de la desnudez oculta del David”, titulaba “La Repubblica”. Y es que la concepción de esta nueva obra no es de abajo a arriba como se ha hecho toda la vida. El visitante ya no llega a los pies de este modelo para dejarse sorprender por sus enormes medidas, sino, al contrario, a esta réplica se la observa de arriba a abajo, desde la cabeza.
Los bienpensantes dicen que, simplemente, es una nueva forma de contemplar la pieza, pero en el extremo opuesto están los que defienden que es una censura más de los tiempos que vivimos, más en un país excesivamente pudoroso como Emiratos Árabes. Según la publicación italiana, un compatriota “de alto nivel” que trabaja en Dubái habló de que la “vergüenza fue muy fuerte” cuando se destapó “el pastel”. Asegura que “el David desnudo por delante y también por detrás habría causado vergüenza en el mundo árabe”. Incluso se apunta que se podría haber recurrido a cubrirle con ropa interior o de alguna manera, pero se dieron cuenta tarde “de que fue un error traer una estatua de un hombre desnudo a los Emiratos”.
Así que con toda la logística montada y con “el hombre” allí de cuerpo presente, optaron por otra vía para “evitar la vergüenza” que podría causar la imagen de un hombre desnudo a algunos de los visitantes. Recoge la información que fue por ello por lo que “se optó por dejar a la vista solo su cabeza y reservar el resto del cuerpo a quienes accedan a una cámara creada para cubrirlo”. Una teoría ante la que cabe plantearse hasta qué punto es más fácil improvisar un “agujero octogonal”, como ha sido descrito por medios como “Forbes” y “The Times”, que ponerle un calzón... Pronto, la Prensa italiana clamó por el ocultamiento de parte del orgullo nacional y ya son varias las fuentes que aseguran que “no todo el mundo puede acceder a esa cámara”. Solo los importantes, los VIP.
Por su parte, Davide Rampello, responsable de lo que ocurre en el citado Pabellón, jura y perjura que solo se trata de una solución que ofrece “una perspectiva diferente”: “Nueva, introspectiva y conmovedora”, puntualiza, y niega cualquier tipo de censura gubernamental. Postura que no ha convencido a críticos de arte como Vittorio Sgarbi, que califica la forma en la que se ha expuesto al David como “grotesca y ridícula”: “Cancelar una parte del David de Miguel Ángel es inclinarse ante la religión y la cultura”.