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El anonimato le cuesta a Banksy los derechos de otras dos obras

La Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea le ha quitado la marca registrada al artista callejero de “Radar rat” y “Girl with umbrella”
Leo RodríguezEFE

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Puede que el anonimato sea su esencia, el sello que le otorga tanta fama, pero también es su mayor castigo. Banksy, el artista callejero más famoso del mundo, pero sin conocerse ni su rostro ni su nombre real, tan solo sus grafitis, está perdiendo paulatinamente los derechos de sus obras. Ya en octubre de 2019, Banksy decidió abrir en Londres una tienda de accesorios llamada “Producto Interno Bruto”, en un intento de proteger sus derechos. No obstante, no le funcionó. También en septiembre de 2020 perdió los de su obra “Flower Thrower”, así como los de “Laugh now but one day we’ll be in charge”, tras una batalla judicial en la que reclamaba sus derechos a Full Color Black, una empresa de tarjetas de felicitación que vende recreaciones del trabajo de Banksy.
Con esto, y teniendo en cuenta que uno de los lemas del artista es que “los derechos de autor son para los perdedores”, cada vez está perdiendo el control de más obras suyas. Ahora, las que se eliminan de forma definitiva de la “marca Banksy” son “Radar Rat” y “Girl with umbrella”. Según informa “The Telegraph”, un tribunal de la Oficina de la Propiedad intelectual de la Unión Europea le ha quitado a Banksy sus derechos por dichas obras.
Explica la publicación que ha sido Full Color Black, de nuevo, la encargada de convencer al panel de la UE de que se extrajeran estos derechos. Según explica el tribunal, “Banksy permitió a las partes difundir su trabajo e incluso proporcionó versiones de alta resolución en su sitio web. También invitó al público a descargarlas y producir sus propios artículos”.
Así lo avisó el abogado de la empresa mencionada de postales a “LAD Bible”: “Todas las marcas registradas de Banksy están en riesgo. Todas sus obras tienen el mismo problema”. El artista está perdiendo sus obras al no ser identificado como el dueño indiscutible, consecuencia de su anonimato. De nuevo, una estrategia atractiva, pero arriesgada. El tribunal declaró el pasado fin de semana que el anonimato “le impide poder proteger sus obras de arte bajo las leyes de derechos de autor sin identificarse, mientras que identificarse le quitaría la personalidad secreta que impulsa su fama”.
Banksy arrancó su carrera artística en 1990 en la calle, y ahí ha permanecido hasta ahora. Su habilidad y talento le permiten que sea escurridizo, que de repente sorprenda en cualquier esquina del mundo -especialmente en ciudades británicas- con un nuevo dibujo. Sus obras, por lo general, son críticas, de denuncia. Banksy no escatima en ridiculizar si así lo ve conveniente. No obstante, este misterio no le ha funcionado para conservar sus creaciones bajo su propiedad, sino que, según la Oficina de la UE, al poseer la marca de las obras pero no reclamar personalmente sus derechos, esto hace que, o los pierde, o se verá obligado a salir del anonimato.