The Offspring: «Hemos vendido nuestro catálogo, pero tenemos veto»
El grupo ha publicado «Let The Bad Times Roll», su primer disco en más una década y hablamos con ellos de pañales para adultos, falta de sexo y punk-rock
Los grupos simpáticos son los más escurridizos. Dexter Holland y Kevin Wasserman «Noodles», cantante y guitarrista de The Offspring no paran de hacer bromas durante la entrevista que mantenemos con ellos por Zoom para hablar de «Let The Bad Times Roll», el primer disco de The Offspring en una década y el primero que lanzan después de la venta de parte de su catálogo de canciones por 35 millones de dólares. Tampoco preguntados por este asunto iban a dar una respuesta seria y aburrida: «Bueno, no es una decisión que tomes a la ligera, pero la verdad es que en este caso, mantenemos cierto control sobre las canciones. Podemos vetar que se usen en anuncios de pañales para adultos, por ejemplo», dice Noodles. «¿Qué tienen de malo? Yo los uso mucho –dice Dexter–. Me gusta pasarme el finde entero en el bar y mi equipaje es un burrito de 30 centímetros, un tanque de cerveza y mi pañal». «¡Yo también los llevo! Por pura vagancia», reconoce el guitarrista.
Una brújula moral
El grupo fue una de las bandas, junto con Green Day, que supo llevar el punk rock californiano al éxito de masas. Tomaron la cultura que la generación de bandas anterior (Black Flag, Fugazi, dead Kennedys y muchos otros) no pudo y no quiso convertir en producto, y lograron un ventas millonarias a base de canciones rápidas y melódicas: infalibles. Hoy, con los 50 años cumplidos y la vida resuelta, ¿qué queda de la filosofía del punk? «Bueno, vivimos en una casa okupa, sí, comemos chile vegetariano todos de la misma olla enorme, leemos literatura anarquista... ¿qué más? Hacemos cócteles molotov...», enumeran por turnos. «Cuando éramos jóvenes que intentaban descubrir su camino en el mundo –dice Noodles–, el punk rock nos enseñó una cosa: no tienes que aceptar lo que la gente te diga que tienes que hacer si no crees en ello. Te dicen “debes esto”. Y tú: ’'¿por qué?’'. O te dicen: “no puedes lo otro”. Y tú: ’'¿cómo que no?”. Eso es lo que nos enseñó y todavía es. Una especie de brújula moral que nos sigue sirviendo».
El nuevo disco tiene un trasfondo social. «Hay una una incertidumbre social en todo el mundo, una crisis generalizada y una enorme insatisfacción –dice Dexter en serio–. Y luego, ¡la gente ya no folla! ¡Hablemos de ello! ¡Digámoslo!», pide riendo. Una canción del disco se titula así precisamente («We Never Have Sex Anymore»), ¿es autobiográfica?. «Tío, cualquiera que haya estado en una relación durante más de dos semanas sabe lo que sucede con el tiempo, cuando la pasión se esfuma... hay momentos bajos», apunta su compañero. «¿Dos semanas? Pensé que ibas a decir diez años», contesta el cantante. «Bueno, eso depende. A veces basta el primer domingo juntos para que se termine la pasión...”.
El título parece una invitación a dejar atrás estos tiempos oscuros. “Bueno, hay dos formas de verlo. Una de ellas es: “Joder, ¿cuánto más puede empeorar esto? Venga, vamos a seguir, ya veremos cómo salimos de esta’'. Y la otra es que los líderes políticos tienen el interés de mantenernos divididos y ellos quieren que los malos tiempos siempre nos arrollen. Así que esos son los dos significados que tienen para nosotros”. También se refieren a “las raíces de América”. ”De nuevo, creo que hay dos maneras de verlo. Una es ver las raíces del desencanto, la gente pidiendo un cambio. Otra es valorar adónde hemos llegado”. Para Dexter, vocalista, “es justo decir que la canción trata sobre el odio y de cómo nosotros queremos que el futuro sea mejor. Eso no se puede construir desde ese sentimiento, que es el que más impregna hoy la sociedad. La última línea dice cuánto tiempo vamos a tardar hasta que el amor venza al odio”. Así que pensamos que el amor vencerá, ¿pero cuánto tiempo tardará en hacerlo? “Ese es el quid de la cuestión. El disco habla de cuánto tiempo más vamos a estar enfadados y desunidos. Cuánto más vamos a permitir que jueguen con nosotros».