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Johnny Depp: «No me da pena dejar de ser Jack Sparrow»

El actor presenta su película «El fotógrafo de Minimata» dentro de la programación del BCN Film Fest
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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Ya no es Jack Sparrow, aunque admite que nunca lo abandonará el personaje. Sin embargo, Johnny Depp ahora es W. Eugene Smith, uno de los nombres míticos del reporterismo gráfico y a quien interpreta en «El fotógrafo de Minamata», dirigida por Andrew Levitas. Depp estuvo este viernes en la capital catalana para presentar la película dentro del BCN Film Fest, uno de los platos fuertes dentro de la programación del certamen. La cinta llegará a las carteleras el día 30.
Con un retraso marca de la casa, con prácticamente todos sus dedos vestidos de anillos, él mismo excesivamente cubierto y recubierto de numerosas alhajas, Depp apareció ante los pacientes medios con voz suave y apagada, nada que ver con algunos personajes excesivos a los que ha dado vida en el pasado, ya fuera Ed Wood, Hunter S. Thompson o el Sombrero Loco de «Alicia en el país de las maravillas». Había motivo, porque «El fotógrafo de Minamata» parece como un punto y aparte, un hombre comprometido con su tiempo y que usó su trabajo en la revista «Life» para denunciar el envenenamiento por mercurio que sufrió la población de la ciudad japonesa de Minamata. En eso tiene mucho que ver el trabajo de los medios, algo que parece reivindicar quien ha sido en muchas ocasiones blanco de ellos, especialmente de las «fake news». En este sentido, Depp recordó a su querido Hunter S. Thompson, «alguien que estaba obsesionado con la verdad, aunque para ello tuviera que formar parte de la historia». Un día, Depp vio cómo Thompson lanzaba por los aires un ejemplar de «The New York Times» por el giro que había dado ese diario tan cargado de publicidad. «Ahora parece que es más importante la publicidad que las noticias. Es como la serpiente venenosa que se muerde su propia cola. Se crea cualquier cosa para que una noticia cause sensación», dice el actor. A este respecto, puntualiza que «los periodistas quieren contar la verdad, pero siempre hay fuerzas superiores que se lo impiden». En ello tiene mucho que ver «la cultura del miedo, la del divide y vencerás, algo que hemos podido ver en el reciente ataque al Capitolio. La gente escribe lo que escribe para no perder su trabajo».
El no de Disney
Hace unos meses, Disney anunció que Johnny Depp no volverá a ponerse en la piel de Jack Sparrow en la franquicia «Piratas del Caribe», algo que ha sido un duro golpe para los numerosos seguidores del personaje. Cuando se le pregunta si lo echará de menos, contesta que no, «porque está cada día conmigo. No me da ninguna pena, seguirá siempre conmigo. Eso es lo maravilloso de esta profesión: que él puede estar en cualquier lugar al que voy». El protagonista de «Eduardo Manostijeras» admitió que en sus viajes «siempre llevo una maleta con el vestuario de Jack Sparrow. Si tengo la oportunidad, siempre y cuando la Prensa no se entere, acudo a un hospital, sobre todo, para acompañar a niños enfermos. Ese es para mí el lugar al que pertenece Jack Sparrow para poder divulgar sus locuras y que los padres y los hijos puedan escapar de esas vidas».
¿Le molesta que Hollywood aparentemente le haya dado la espalda, que estudios como Disney o Warner ya no cuenten con él? Tras pedir permiso a los periodistas, se lía un cigarro y no duda al proclamar que «ante eso puedo tener muchos sentimientos, pero finalmente solo hay una cosa que se puede hacer, que es respirar hondo y sin miedo a despertarse cada mañana. No suelo alargarme pensando en esas cosas porque son temporales. Prefiero poder permitirme, como hago ahora, hacer música, escribir canciones o libros. Es mejor que todo vaya fluyendo».
W. Eugene Smith, su personaje en «El fotógrafo de Minimata», es alguien que tiene que luchar contra los excesos, contras sus adicciones. ¿Tiene algo en común Depp con él? «Esto es algo que ocurre desde el inicio de los tiempos. Ha pasado siempre, con numerosos artistas y escritores, con gente que hemos admirado mucho. Van Gogh era un infeliz, y consumía con un fuego interno y se automedicaba. Charles Baudelaire tomaba opio, hachís y vino para afrontar todas las capas de su dolor. Es algo que también hemos visto en cómicos, que nos hacen reír pero luego son gente solitaria e infeliz. A veces, el arte procede de su propio dolor. A Eugene le pasaba lo mismo y nunca hubiera sido quien fue sin su dolor».
¿Qué le depara el futuro a Depp? El actor reconoció que le persigue la idea de volver a ponerse detrás de las cámaras, como ya hizo en 1997 cuando dirigió, escribió e interpretó «The Brave», en la que compartía reparto con Marlon Brando. «Hay una película que quiero dirigir y que llevo dentro de mí desde hace mucho. La buena noticia es que no tengo que estar en ella, solo dirigirla. Cuando hice “The Brave” tuve que lidiar con dos fuerzas porque debía estar a los dos lados de la cámara. Los directores únicamente deben mirar adelante. Por eso me costó lidiar esa cinta», concluye.