Un Lope muy «british»
El ex director del mítico Shakespeare’s Globe Theatre, Dominic Dromgoole, dirige en España «El perro del hortelano», una nueva producción de la Fundación Siglo de Oro
Debilidad por Lope y, muy especialmente, debilidad por «El perro del hortelano». Eso es lo que a todas luces parece sentir la Fundación Siglo de Oro si atendemos a su ya dilatada trayectoria. Amén de otros títulos del dramaturgo madrileño como «Fuenteovejuna», «El castigo sin venganza» o «Mujeres y criados» –comedia inédita que estrenaron en 2015, poco después de que el investigador Alejandro García Reidy la descubriera en los fondos de la Biblioteca Nacional de España–, será esta la tercera vez que la compañía ponga en escena la archiconocida historia de amor imposible –o casi imposible– de Diana, la condesa de Belflor, con su secretario Teodoro.
Y una vez más será un director británico el encargado de llevar las riendas de la propuesta. Si Laurence Boswell estuvo al frente, en 2007, del primer montaje, y firmó, además, junto a Rafael Díez-Labín, la dirección de otra renovada puesta en escena en 2014, ahora es Dominic Dromgoole quien coge la batuta para plasmar su particular mirada en esta comedia palatina escrita en 1613 y ambientada en Nápoles cuando era un dominio español.
Rodrigo Arribas, máximo responsable de la Fundación Siglo de Oro y director de producción del montaje, reconoce que no estaba en sus primeros planes volver otra vez a este título: «Es verdad que tenemos cierta preferencia por Lope dentro de los autores del Siglo de Oro; no porque nos parezca mejor que otros de los grandes, pero sí porque creemos que es uno de los más teatrales, es decir, uno de los que mejor maneja la acción. Nosotros estamos empeñados en ampliar y revitalizar el repertorio, y en difundir títulos que no son tan conocidos. Por eso al principio nos echaba un poquito para atrás la idea de volver a “El perro” por tercera vez. Sin embargo, en conversaciones con Dominic [Dromgoole], que venía de haber hecho ya “Peribáñez y el comendador de Ocaña”, andábamos buscando algo que todo director desea tener entre manos: una obra que aglutine muy bien comedia y drama; y fue así como nos dimos cuenta de que pocas funciones encontraríamos en que ambas vertientes, la dramática y la cómica, estuvieran tan bien desarrolladas como en esta».
Y también Dromgoole recalca esa importancia de la acción; incluso encuentra similitudes entre el teatro de Lope y el de Shakespeare: «El teatro de ambos es un teatro de acción. Sus historias retratan a un ser humano cambiante que es capaz de cambiar también a los demás, y lo hace a una velocidad de vértigo. Tanto en el teatro de Lope como en el de Shakespeare el lenguaje de sus personajes es bello; expresivo y rebelde; rico e ingenioso, y se convierte en telón de fondo del drama».
Y añade Arribas algunas otras virtudes de este monumental texto: «Una cosa que nos parece genial es que Lope sabe contar historias sin tomar partido en ellas. En el caso concreto de “El perro del hortelano”, Lope nos dejó casi un lienzo en blanco, con un espacio brutal a la interpretación; tanto a la interpretación del texto por parte del director, como a la interpretación puramente actoral, como a la interpretación final que ha de hacer el público de esa historia que le han contado entre el autor, el director y los actores».
Y es precisamente esa relación última de los actores con el público la que adquiere en este montaje una impronta muy particular de acuerdo con la manera de trabajar de Dromgoole. El británico, que ha sido director artístico del Shakespeare’s Globe Theatre durante diez años, así como de reconocidos montajes de obras de Shakespeare, Chéjov o Strindberg, se enfrenta ahora al texto de Lope para hacerlo discurrir por los mismos cauces escénicos en los que se han desarrollado sus trabajos relacionados con el teatro isabelino. Eso se traduce en un estilo que se caracteriza por la desnudez, el desenfado, el baile, la música en directo y la cercanía con el público.
«Es un trabajo muy en la línea de lo que se hace en el Globe, y vemos que Lope, en este sentido, funciona igual que Shakespeare y que otros autores isabelinos –confirma Arribas–. La obra habla de la lucha entre el deber y el querer; habla de la imposibilidad de cambiar de estatus en una sociedad muy estratificada, y habla también de cómo el amor puede fluctuar entre esas capas sociales.
Sin perder de vista todo ese fondo dramático, Dominic apuesta por contarlo de una manera alegre y en contacto directo con el público. En realidad, se trata de entender el teatro tal y como muy probablemente fue concebido por los autores. En el teatro contemporáneo estamos asistiendo a la ruptura, cada vez más frecuente, de la cuarta pared. Sin embargo, ¡eso ya existía hace 450 años! Por eso ahora funciona tan bien. Aquí los actores comparten toda la acción, todo lo que pasa, con el público; eso genera una relación muy particular».
Para poder establecer esa «particular» relación con el espectador de aquí, Dromgoole, que solo se ha traído de Londres al aclamado vestuarista Jonathan Fensom, ha contado con un equipo artístico y un elenco formados por profesionales españoles: María Pastor, en el papel de Diana, y Nicolás Illoro, como Teodoro, son los actores principales de una propuesta que explora la posibilidad de una diferencia de edad entre los dos protagonistas, algo que el texto original de Lope permite muy bien en realidad. Julio Hidalgo, Raquel Nogueira, Raquel Varela, Jesús Teyssiere, Mar Calvo, Manuela Morales, Daniel Llull y Mario Vedoya completan el reparto.
- Dónde: Teatros del Canal (Sala Verde), Madrid. Cuándo: hasta el 30 de abril. Cuánto: desde 9 euros.