¿Por qué cantan los niños de San Ildefonso en el sorteo de Navidad?
Existen varias teorías que se acercan a la verdadera historia de estos jóvenes cantores, protagonistas desde 1812 del día de la Lotería de Navidad
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Es tradición navideña el despertarse un 22 de diciembre escuchando cómo desde la televisión varios niños cantan al ritmo de “miiil eeeuroos”. Durante el Sorteo de la Lotería de Navidad, una serie de jóvenes cantores recogen las bolas que cada bombo suelta con el fin de celebrar los premios que miles de españoles esperan con ilusión. Son los jóvenes del Colegio de San Ildefonso, uno de los centros educativos más antiguos de España y cuyo origen se remonta en la época de los Reyes Católicos (siglo XV). Si bien estos pequeños son un rasgo definitorio del día de la Lotería de Navidad, cabe preguntarse por qué cantan: ¿De dónde viene esa tradición?
Desde la página web oficial de la Lotería de Navidad, se explica que no se sabe a ciencia cierta la razón del canto de la lotería por parte de los niños, “pero existen múltiples teorías”, aseguran. Una de ellas es que “los alumnos de este colegio ya cantaban antes por las plazas”, en cualquier tipo de fecha. Por tanto, hacerlo durante el sorteo “es simplemente un paso más por el que, a cambio de cantar, recibían una limosna”.
Es aún un misterio el hecho de que sean los niños de San Ildefonso quienes se encargan de protagonizar el sorteo, así como su tradición de cantores. Lo que sí está documentado es que estos menores tenían experiencia en el canto: además de en plazas, cantaban en funerales de personalidades importantes o en fiestas. Fue en 1771, durante el reinado de Carlos III, cuando empezaron a intervenir en los sorteos, mientras que en 1812 sus voces comenzaban a entonar los números de la Lotería de Navidad por primera vez.
Pero, ¿cantan todos los niños? En realidad, cada año se hace un casting tipo “Operación Triunfo”, en el que se busca una buena voz, vocalización, fluidez verbal, presencia escénica y habilidad con los números. Una vez elegidos, ensayan una media hora diaria, con el objetivo de que el día del sorteo el disfrute quede por encima de cualquier atisbo de nervios.
En sus orígenes, el colegio de San Ildefonso, fundado en Madrid en 1543, funcionó como orfanato para niños varones, siendo el Ayuntamiento el encargado de ofrecerles una educación sobre un oficio. Esto se manautvo hasta el comienzo de la democracia y en 1981 las niñas fueron por fin admitidas.
Hoy, la residencia funciona como un recurso de la Comunidad de Madrid que depende de la Dirección General de Educación y Juventud, del área de equidad, derechos sociales y empleo. Se trata de un centro que busca apoyar a familias que presentan dificultades temporales, de carácter económico, social o laboral.