Muere Juan Romero, el último español superviviente de Mauthausen
El cordobés republicano sobrevivió a la masacre y tras la liberación del campo se instaló en el país vecino
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Tras una vida entera lastrada por el recuerdo de su cautiverio en un infierno llamado Mauthausen, el último español militante antifascista vivo de los 9.300 que fueron prisioneros, superviviente de los campos de concentración nazis, el cordobés Juan Romero, ha fallecido a los 101 años, tal y como ha confirmado elDiario.es, en la localidad francesa de Ay, en la que residía desde que fue liberado. Romero, nacido en 1919 y oriundo de Torrecampo (Córdoba), combatió en defensa de la II República en España y salió de nuestro país en 1939. Después de luchar en la sierra de Guadarrama, Brunete, Guadalajara y en la encarnizada batalla de El Ebro (en donde resultó gravemente herido después de que soldados franquistas le dispararan), Juan regresó con su brigada. En febrero de ese mismo año, ya recuperado, pasó la frontera francesa por Puigcerdà en dirección al territorio galo.
Una vez en Francia, la situación empeoró considerablemente y las autoridades le internaron en el campo de concentración de Vernet d' Ariège. En vista de la rapidez con la que estaba aconteciendo el avance del fascismo por Europa y con una inminente guerra a las puertas, se alistó en la Legión Extranjera para seguir combatiendo este mal endémico durante el transcurso de la II Guerra Mundial. En ese momento, coincidiendo con la invasión alemana de Francia que se produjo en 1941, fue capturado y deportado a Mauthausen. “Yo veía a toda la gente que entraba en las cámaras de gas. Algunos pasaban primero por el campo de concentración, pero otros les llevaban a las duchas directamente desde el tren", recordaba el pasado mes de agosto durante el primer y único homenaje que el Gobierno español le hizo como reconocimiento a su compromiso con la libertad.
En 2016, Francia le concedió la Legión de Honor y cuatro años más tarde, España hacía lo propio. Una de las circunstancias que “amenizó” la estancia del cordobés en Mauthausen, tal y como recoge “Deportados”, fue su incursión en un grupo de trabajo denominado kommando, encargado de la desinfección. Un total de doce prisioneros formaban parte de este grupo cuya misión consistía en recoger las ropas de las expediciones de presos que llegaban al campo y, en unas grandes parihuelas, llevarlas al edificio de la desinfección que se encontraba fuera de las alambradas. Dentro de los bolsillos de estas prendas, los prisioneros solían encontrar algo de comida que después terminaban repartiendo entre los compañeros. En esta situación permaneció el cordobés tres años, hasta la liberación posterior.
Romero sobrevivió a la masacre y tras el final del cautiverio se instaló en el país vecino. Como muchos otros compatriotas, encontró una vida en la Champaña. Allí conoció a su esposa, se casaron en 1947 y tuvieron cuatro hijos. Estuvo trabajando más de treinta años dentro del sector vinícola para una de las grandes casas del conocido espumoso. En su última aparición pública durante el homenaje presidido por la vicepresidenta Carmen Calvo en agosto, quien se trasladó a su actual lugar de residencia para llevarlo a cabo, el militante quiso subrayar el recuerdo de la mirada de una niña: “Me sonrió, la pobre, no sabía dónde iba. Yo tenía ganas de abrazarla, de besarla, pero sabía que si lo hacía, yo iba con ella a la cámara de gas. Eran criminales. Ese recuerdo me ha perseguido toda la vida”, señaló entonces, visiblemente emocionado.
Tras enterarse de su fallecimiento, algunos miembros del Gobierno como Pablo Iglesias, Carmen Calvo o el propio Pedro Sánchez no han querido perder la oportunidad de expresar sus condolencias mediante las redes sociales: