Movilidad

La nueva realidad de la Plaza del Ayuntamiento

El próximo lunes finalizan los trabajos para la peatonalización del emblemático centro de Valencia

La declaración del estado de alarma dejó en suspenso un país, encerró en casa a sus ciudadanos y cambió usos y costumbres. También dejó en el aire muchos proyectos, no solo de vida, sino de esos más terrenales, de hecho, tan terrenales que tienen que ver con el suelo que pisan cada día miles de valencianos.

La peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia estaba prevista para el 20 de marzo. Fecha estratégicamente elegida porque era el primer día de resaca fallera; con las huellas sin enfriar de una Cremà que al final no se produjo. Cayeron las Fallas, del calendario esta vez, y las ilusiones de todos los que aman las fiestas josefinas, pero el Gobierno de Joan Ribó no anuló el plan para peatonalizar la más céntrica de todas las plazas de la ciudad. Sobre si finalmente habrá Fallas en 2020 hablaremos otro día. Ahora nos toca contar que las obras en el ágora capitalina comenzaron el lunes, que van a buen ritmo y que traen consigo aires de renovación y unas cuantas críticas.

Este lunes, el alcalde se hizo acompañar en el día de la primera piedra (esta fue de quita, no de pon) por sus manos derechas (curiosidades de pactos políticos). Allí estaban, arrodillados sobre el asfalto como agentes de policía inspeccionando un cadáver, la vicealcaldesa Sandra Gómez, el vicealcalde Sergi Campillo y el que para muchos es el Keyser Söze de la movilidad, Giuseppe Grezzi.

“Una reconstrucción de Valencia basada en la salud”. El que habla con terminología posbelicista es el alcalde de Valencia, el que ha derrocado al rey, al del transporte, no nos alarmemos. "Hasta ahora circulaban y mandaban los coches” (...) ahora hay que poner "en primer plano a las personas”.

Sostiene Ribó que la obra “se ha puesto en marcha con alegría, con la convicción de que la inmensa mayoría de los valencianos apoyan esta iniciativa". Y sale a escena María José Broseta, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia para decir que sí, pero no, vamos, que hay cosas que se pueden mejorar. “Respaldamos las políticas en su fondo, pero no en las formas. Se pide más información sobre remodelación de líneas EMT y poder participar en los cambios antes de que se aprueben, algo que no ha sucedido ni en esta remodelación (la de la Plaza) ni en las anteriores”. Recuerda la lideresa vecinal que se convoca a la mesa de movilidad “y se presentan como hechos consumados, pero eso no es una participación real”.

El proyecto estrella del equipo de Ribó-Gómez (la lucha por la autoría sigue en tablas) es también objeto de críticas por parte de los grupos de la oposición, menos sutiles en sus denuncias. La del grupo popular municipal hace referencia a la ausencia de informes de Policía Local, Emergencias y Urbanismo y a la falta de “falta de transparencia” al utilizar la EMT como “medio propio para hacer unas obras sin contar con el consenso de vecinos y comerciantes, que siguen confinados y en estado de alarma”. Mientras, desde el grupo de Ciudadanos insisten en que estas actuaciones no son prioritarias para la ciudad, y que “lo realmente urgente” es centrar todos los recursos municipales “en las personas, sanitarios y autónomos” víctimas de la pandemia.

La maquinaria política no descansa, la de asfaltado y compactación, tampoco. Entre los trabajos de los próximos días está previsto renovar el asfalto y habilitar la señalización y mobiliario urbano que permitirán delimitar los 12.000 metros cuadrados de nuevo espacio. También se habilitará el futuro carril de autobús por donde circulará la nueva línea C1-Centro Histórico, ahora desviada por Poeta Querol. El lunes, como avanzadilla de esa nueva realidad de la que todos hablan, la plaza del Ayuntamiento ya no será la misma.