Exploración Espacial
Ni Marte ni Saturno: este es el planeta al que la NASA y la ESA sueñan ir
Las dos agencias espaciales más importantes quieren unir fuerzas para la misión más ambiciosa de este siglo.
A la hora de buscar vida fuera de la Tierra, los científicos mencionan Marte, Saturno y sus lunas y algunos exoplanetas fuera del sistema solar. Pero rara vez escuchamos hablar de uno de los más lejanos y a la vez atractivos planetas del sistema solar. Uno al que la NASA ha propuesta a la ESA (Agencia Espacial Europea) visitar juntos este siglo: Urano. Para la agencia estadounidense, Urano ofrecería “la oportunidad de participar en una misión innovadora y emblemática”, señalaba en un artículo de opinión en Nature.
Los autores del editorial, Olivier Mousis, astrofísico de la Universidad de Aix-Marseille, y el astrofísico estadounidense Robin Canup, del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado, señalan: “La falta de una participación europea sustancial en un proyecto que tal vez ocurre una vez en la vida también socavaría a la gran comunidad de científicos, ingenieros y técnicos dedicados a la exploración espacial en toda Europa que tienen un gran interés en los planetas y la búsqueda de vida extraterrestre”.
Con estas palabras Mousis y Canup proponían una asociación internacional con la NASA. La cooperación garantizaría que la misión a Urano, que implicaría poner una nave espacial robótica alrededor del planeta y lanzar una sonda en su espesa y helada atmósfera. La misión tardará 10 años en desarrollarse y entre 12 y 15 años en llegar a Urano.
No es la primera vez que la NASA y la ESA proponen unir fuerzas. En 2004, la sonda Cassini de la NASA entró en órbita alrededor de Saturno antes de lanzar una sonda construida por ESA, llamada Huygens, que luego aterrizó en paracaídas en la luna Titán del planeta.
En su editorial, Mousis y Canup sostienen que, si la ESA no aprovecha la oportunidad de unirse a una misión a Urano, debería crearse un consorcio de países europeos individuales para construir la sonda que sería lanzada desde la nave espacial construida en Estados Unidos.
Pero, ¿por qué Urano? El sistema solar está formado por tres categorías de planetas: los mundos rocosos interiores de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte; dos gigantes gaseosos, Júpiter y Saturno, que se encuentran más alejados del Sol; y luego, en el borde del sistema solar, Urano y Neptuno. Estos se conocen como gigantes de hielo porque tienen un diámetro cuatro veces mayores que el de la Tierra y poseen grandes cantidades de metano, agua y otras moléculas formadoras de hielo en sus atmósferas.
Esta última característica siempre se consideró intrigante, pero no lo suficientemente interesante como para justificar enviar una sonda. Al menos hasta que se estudiaron otros planetas similares en otras regiones del espacio. Y lo que descubrieron fue que estos gigantes helados son moneda corriente en toda nuestra galaxia. “A la naturaleza le encanta crear planetas de este tamaño”, explica Jonathan Fortney, científico planetario de la Universidad de California, en una entrevista.
A esto hay que sumarle que Urano es diferente en algunos aspectos peculiares. Mientras que el resto de los planetas de nuestro sistema solar giran como peonzas, Urano yace de lado. Y aunque no es el planeta más alejado del Sol, sí es el más frío del sistema solar. Por si esto fuera poco, cada polo del planeta pasa décadas bañado por luz solar ininterrumpida, seguidas de décadas de oscuridad total.
Pese a estas cualidades de gran interés para los astrónomos, solo una sonda espacial ha visitado Urano y de lejos. En 1986, la Voyager 2 pasó por allí, revelando un mundo monótono y de color azul pálido con una familia de lunas, 28 en total. Desde entonces nunca hemos vuelto. Aunque el interés no se ha desvanecido.
Hace dos años, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos publicó un informe en el que pedía a la NASA que lanzara una sonda a Urano como misión prioritaria. Y esto tiene que ver con otro de los motivos por los que los expertos quieren ir a Urano. Al igual que ocurrió con los inicios de la exploración del planeta, atreverse más allá (Urano está 20 veces más lejos que el Sol y 34 veces más lejos que Marte), fuerzan a los científicos a desarrollar nuevas tecnologías que luego tendrían una aplicación en nuestro planeta.
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