
Salud
Vall d'Herbon estrena un nuevo espacio para optimizar el abordaje de las enfermedades neurodegenerativas
Se ubica en el Parc Sanitari Pere Virgili y permite ampliar la capacidad para atender al paciente ambulatorio con trastorno cognitivo y del movimiento, así como incorporar todos los avances que se prevén en relación al tratamiento y diagnóstico de estas patologías

La prevalencia de las enfermedades neurodegenerativas va claramente en aumento. El envejecimiento de la población se traduce en un incremento del número de personas afectadas por estas patologías, entre las que destacan el Parkinson y el Alzheimer como las más frecuentes, para las que, aunque a día de hoy no hay cura, existen una serie de tratamientos que permiten paliar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad.
En este contexto, recientemente la Agencia Europea del Medicamento ha recomendado la aprobación del lecanemab para el tratamiento del Alzheimer en fases tempranas y este fármaco, como otros que están desarrollándose, abren una nueva puerta para el abordaje de las enfermedades neurodegenerativas.
En este sentido, el doctor Xavier Montalban, jefe del Servicio de Neurología de Vall d'Hebron y del grupo de Neuroinmunología Clínic del VHIR y director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña señala que "ha habido una eclosión de conocimientos en torno a las enfermedades neurodegenerativas y se está modificando el pronóstico de los pacientes". "En lo referente al diagnóstico, ahora somos capaces de identificar a pacientes asintomáticos que aún no tienen la enfermedad gracias a biomarcadores y, en el ámbito de los tratamiento, hay medicamentos que limpian la proteína anómala que ésta produce", añade para a continuación asegurar que "estamos ante un cambio de paradigma".
Adaptación a un nuevo contexto
Ante esta realidad, en previsión del aumento progresivo de la prevalencia de las enfermedades neurodegenerativas y con el objetivo de crear las condiciones óptimas para poder trasladar a la práctica clínica estos nuevos avances en el manejo y abordaje de estas patologías y aquellos que se espera que lleguen en un futuro próximo, Vall d'Hebron ha estrenado un nuevo espacio de 120 metros cuadrados en el edificio Garbí situado en el Parc Sanitari Pere Virgili, el cual se construyó durante la pandemia como hospital polivalente para tratar a los pacientes de COVID-19, para el manejo del paciente ambulatorio con enfermedad neurodegenerativa.
Este espacio, que se enmarca en el nuevo modelo asistencial que desde 2020 está desplegando Vall d'Hebron y que se caracteriza por organizar la asistencia por áreas de conocimiento y ya no por servicios o colectivos profesionales, garantiza al paciente una experiencia más amable y al profesional, un entorno de trabajo más cómodo, pero además permite al hospital estar preparado para lo que vendrá en los próximos años, tanto en relación al abordaje de la enfermedad en el ámbito del diagnóstico y el tratamiento como en lo relativo al manejo de la avalancha de pacientes que se prevé.
Asimismo, el traslado de la atención ambulatoria de las enfermedades neurodegenerativas al Edificio Garbí "deja libre espacio en el hospital general, de lo cual se van a beneficiar aquellos pacientes de otros ámbitos de los neurociencias que, por su complejidad, siguen visitándose en Vall d'Hebron", indica Albert Salazar, gerente del hospital.
Tratamiento ambulatorio
El nuevo espacio cuenta con cinco consultas externas, una sala de trabajo y dos despachos de neuropsicología, donde se llevan a cabo los test cognitivos que aportan la información necesaria para que los neurólogos puedan afinar su diagnóstico y su valoración acerca del estado del paciente. Además, en la segunda planta, en el Hospital de Día donde se trata a pacientes oncológicos, hay una butaca en la que se administran las terapias de alta complejidad a las personas con Parkinson que así lo requieren.
Al respecto, Sara Belmonte, enfermera referente para los pacientes con Parkinson, recuerda que "hace unos cuatro años, estos pacientes requerían hospitalización debido a la complejidad de estas terapias, sin embargo ahora la prioridad es hacer todo aquello que sea posible de forma ambulatoria" y de ahí la importancia de esta butaca.
Y es que inicialmente a los personas con Parkinson se les trata con levadopa oral, pero llega un momento en que este fármaco les deja de hacer efecto o ese efecto es fluctuante y entonces se les aconseja usar una bomba, que puede ser subcutánea o digestiva, la cual conecta directamente con el intestino".
Se trata de un dispositivo similar al que se usa para la diabetes, el cual suministra al paciente la medicación, pero su instalación y uso requieren de un control y supervisión, más intenso al principio y poco a poco se va relajando, que se lleva a cabo desde el Hospital de Día.
Julio es uno de esos usuarios de la bomba. Tras 12 años manejando la enfermedad mediante medicación oral, empezó a comprobar que ésta apenas le hacía efecto. "No podía andar, me caía", asegura este paciente con Parkinson, quien si bien inicialmente fue muy reticente a recurrir a la bomba, ahora, solo tres días después de que se la instalaran de forma subcutánea, ve todos sus beneficios.
"La bomba me ha cambiado la vida", admite Julio, quien esta semana ha tenido que acudir a diario al Hospital de Día para el ajuste y optimización de la dosis, pero tras conseguir ese objetivo, las visitas se distanciarán y serán solo para comprobar que la dosis es la adecuada y, si no es así, ajustarla de nuevo en función de la progresión de la enfermedad.
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