Memoria histórica

La poeta catalana a la que pide perdón Guatemala

El pasado martes se realizó un acto de homenaje a la autora desaparecida

Una imagen de Alaíde Foppa
Una imagen de Alaíde FoppaLa Razón

Es una asignatura pendiente, pero el Gobierno de Guatemala por fin ha dado un paso esta semana con unas disculpas públicas. Bernardo Arévalo de León, el máximo mandatario del país americano, pidió perdón por la desaparición y detención ilegal de la poeta y activista catalana Alaíde Foppa Falla en 1980, durante el conflicto armado interno del país centroamericano.

“Este acto que asumo como jefe de Estado no es producto de una obligación, no es resultado de una negociación, es un acto voluntario de un Estado que entiende que conocer su historia, reconocer el error, es permitirnos avanzar hacia la verdad”, dijo Arévalo de León durante el acto celebrado en el Palacio Nacional de la Cultura (sede de Gobierno), junto a la familia de la escritora y figuras públicas como la premio Nobel de La Paz de 1992, Rigoberta Menchú.

Pero ¿quién era Alaíde Foppa y que ocurrió con ella? Hablamos de una escritora nacida en Barcelona el 3 de diciembre de 1914, que también fue una activista feminista, con sangre argentina y guatemalteca corriendo por sus venas. La infancia de Foppa, hija de un periodista argentino, transcurrió en Europa hasta que en 1944 cruzó el charco para nacionalizarse en Guatemala y formar parte de la revolución del país, cuando empezaba a caer la dictadura de Jorge Ubico. Allí participó en iniciativas importantes de corte social, como la alfabetización del pueblo, a lo que se sumó su labor como enfermera voluntaria.

Casada con Alfonso Solórzano, quien acabaría siendo cónsul en París, el matrimonio se instaló en México, donde nació el primero de sus cinco hijos, para posteriormente ir a la capital francesa.

Alaíde publicó varios libros de versos, como “Elogios de mi cuerpo”, así como ensayos. Fue la fundadora de la revista semanal feminista “Fem”, además de colaborar con su voz en el programa de radio “Foro de la Mujer” y ser miembro de la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión.

La política estuvo muy presente en su familia. Algunos de sus hijos no dudaron en formar parte del Ejército Guerrillero de los Pobres, muriendo uno de ellos siendo integrante de la guerrilla, un suceso que afectó profundamente a la familia. Era 1980 y ese mismo año, durante un viaje a Guatemala para renovar su pasaporte, fue secuestrada y asesinada, convirtiéndose en una de las muchas desaparecidas víctimas de la represión en su país.