Cultura

Aquel lugar donde Picasso bebía cerveza en Barcelona

Una exposición rememora la vida bohemia en Els 4 Gats con numerosas obras de los artistas que pasaron por el mítico local

El interior de Els 4 Gats, según un dibujo de Opisso
El interior de Els 4 Gats, según un dibujo de OpissoMuseu del Modernisme

Me decía hace ya muchos años el desaparecido Josep Palau i Fabre, uno de los grandes conocedores del genio malagueño, que en La Coruña es donde el joven Pablo Ruiz Picasso se convirtió en artista, pero que fue en Barcelona donde pasó a ser la persona en la que se convirtió. En la capital catalana aprendió a vivir y a sobrevivir gracias, también, a los que amigos que allí hizo, algunos inseparables durante décadas, como Jaume Sabartés o Manuel Pallarès. Parte de esa formación tuvo en la cervecería Els 4 Gats uno de sus principales ejes. Ahora una importante exposición rememora el espíritu de ese local en el Museu del Modernisme de Barcelona.

La muestra recoge trabajos de nombres como Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Ricard Canals, Ignacio Zuloaga, Antoni Gaudí, Ismael Smith, Joaquim Mir, Ramon Pichot, Ricard Opisso, Carles Casagemas, Isidre Nonell, Xavier Gosé y, naturalmente, Pablo Picasso, entre otros. Pintura, dibujo, cartel, escultura y mobiliario permiten reconstruir lo que fue ese tiempo de bohemia, pero también de modernidad.

Els 4 Gats fue una feliz ocurrencia de Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Miquel Utrillo y Pere Romeu, un poco a imagen y semejanza de célebre cabaret parisino Le Chat Noir. Casas y Rusiñol lo conocieron y adaptaron algunas de las propuestas que tenía ese local, como los espectáculos de sombras chinas en latón. Pero lo que mejor supieron traerse de Montmartre fue la encendida apuesta por la modernidad.

En la exposición se puede precisamente ver esta virtud de Els 4 Gats que tiene mucho que ver con el espíritu que empezó a impregnar la capital catalana tras la celebración de la Exposición Universal de 1888. Eso es algo que se refleja con pinturas de Ramon Casas o Joan Planella, destacando en el caso de este último el impresionante óleo «La niña obrera» de 1889. Tampoco se olvida el museo de otro centro de modernidad creativa como fue el Cercle de Sant Lluc, así como de un gigante llamado Antoni Gaudí.

La cervecería se sirvió de algunos de los grandes fenómenos artísticos del momento. Es el caso, por ejemplo, de Ramon Casas, autor de uno de los principales carteles que sirvieron para anunciar el local, con Pere Romeu como protagonista. La muestra recoge tanto el cartel original como el dibujo preparatorio de la mano de Casas. A ello se le suma uno de los menús originales, realizado por un jovencísimo Pablo Ruiz Picasso, además del móvil de latón con cuatro gatos que se atribuye al genio malagueño y que colgaba de la pared del local situado en la calle Montsió.

¿Y cómo era Els 4 Gats por dentro? Se conservan muy pocas imágenes originales de la época. Lo que sí tenemos son algunos de los dibujos de Ricard Opisso que captan a la perfección esos días. Precisamente, de la mano de Opisso, son dos pequeños, pero maravillosos retratos de Carles Casagemas y Antoni Gaudí que también se exhiben en estas salas.

La muestra va más allá y nos permite también pasear por el París que conocieron Casas y Rusiñol y, poco después, el joven Picasso. De esta manera, por ejemplo, podemos ver el extraordinario retrato que Rusiñol realizó del compositor Érik Satie. Una mención aparte lo merece el cuadro de Zuloaga protagonizado por Amélie Élie, una celebérrima prostituta parisina conocida por el seudónimo de Casque d’Or. Otro nombre de ese tiempo que tiene su espacio en el museo es la modelo Germaine Gargallo. Ella fue la pasión amorosa del pintor Carles Casagemas, pero una pasión no correspondida. Eso hizo que Casagemas acabará pegándose un tiro en la cabeza en el parisino Café Hippodrome tras intentar matar de un disparo a Germaine. Nunca sabremos si el artista supo que su querida Germaine le era infiel con uno de sus mejores amigos: Pablo Picasso. Esa muerte obsesionó al malagueño hasta el punto de pintar varias veces el cadáver expuesto de su camarada muerto.