Las siete mudanzas de Gaudí en Barcelona: sus casas en Ciutat Vella, Eixample y Gràcia

Es conocido que Antoni Gaudí (1852-1926) vivió durante casi 20 años en la fabulosa “Casa Rosada” del Park Güell, también conocida como “Casa Berenguer” en alusión al arquitecto que la proyectó. La casa fue edificada entre 1904 y 1906, año en que Gaudí la compró para instalarse junto a su padre enfermo y junto a su sobrina huérfana, también con problemas de salud.

La Casa Rosada, convertida en la casa-museo de Gaudí desde el año 1963, fue la vivienda que más tiempo ocupó el llamado “arquitecto de Dios”. Vivió en ella desde 1906 hasta 1925, año en que el genio optó por trasladar su domicilio al taller que tenía en la Sagrada Familia, a la que se entregó en cuerpo y alma durante la última etapa de su vida.

Su vivienda en el obrador de la Sagrada Familia se alargó poco tiempo, puesto que en junio de 1926 sufrió el mortal atropello de un tranvía en la Gran Vía de Barcelona mientras se dirigía a pie a la iglesia de Sant Felip Neri, adonde solía acudir a rezar.

Aterrizaje en Ciutat Vella

Pero antes de que Gaudí viviera en lugares tan insignes como la Casa Rosada del Park Güell y la Sagrada Familia, el arquitecto fue vecino de varios barrios de Barcelona. Hasta siete mudanzas hizo a lo largo de su vida en la capital catalana.

Procedente de la ciudad de Reus (Tarragona) —todavía existen discrepancias sobre si fue esta su ciudad de nacimiento—, Gaudí llegó a Barcelona en el año 1868 para estudiar arquitectura. Su familia vendió unos terrenos para sufragar sus estudios y se instaló, junto a su hermano, en un piso económico en el barrio del Born (Ciutat Vella), en concreto en la plazoleta de Montcada, 12.

El futuro arquitecto aprovechó su estancia en esta zona de Barcelona para visitar a menudo la iglesia de Santa Maria del Mar, magnífico ejemplo del gótico catalán.

No dio muchos pasos Gaudí para llevar a cabo su primera mudanza en la capital catalana, puesto que su siguiente domicilio se situó en la calle Espasaria, 10, a apenas 150 metros de donde vivía.

Gaudí le cogió el gusto al casco antiguo de Barcelona y continuó su periplo trasladándose a la calle Verdaguer i Callís, 16, donde vivía su tía materna, a unos 800 metros de su anterior vivienda. Su etapa en este piso, no obstante, no fue suficientemente larga como para ver empezar las obras, a solo un puñado de pasos, del emblemático Palau de la Música, construido entre 1905 y 1908 por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner.

Sin embargo, sí que tuvo tiempo de sobras para empaparse de las originales edificaciones que predominaban en el centro histórico de Barcelona.

El arquitecto llevó a cabo una tercera mudanza en Ciutat Vella y se trasladó a la calle Sant Rafael, 26, en unas coordenadas muy próximas a dónde hoy se halla la rambla del Raval (inexistente como tal en la época en que Gaudí fue vecino de esta zona).

En este punto, dio por concluida su etapa en el centro histórico de Barcelona y acometió el primer gran cambio al trasladarse al Eixample de la ciudad.

En concreto, se marchó a vivir a una primera planta a la calle Consell de Cent, 370. Comienza así Gaudí su inmersión el modernismo que domina buena parte del ensanche barcelonés.

El periodista y guía turístico Rafa Burgos considera que es posible que el traslado de Gaudí a esta zona de la ciudad se debiera a que muchos de los burgueses que hacían encargos al arquitecto vivían en esta parte de Barcelona.

Finalmente, y antes de su traslado a la imponente Casa Rosada, Gaudí vivió en la calle Diputació, 339.

Acabada su experiencia en el Eixample, el arquitecto se trasladó a vivir a la mencionada casa del Park Güell, en el distrito de Gracia, bastante alejada de las zonas céntricas de Barcelona y en un entorno natural.

Sin embargo, a Gaudí no le importó dar cada día paseos de 30 minutos para acudir a la Sagrada Familia, la obra en la que volcó todo su esfuerzo durante 43 años de su vida.