Arte
Proust y Tusquets se dan la mano
Los Espais VolART de la Fundació Vila Casas presentan dos grandes exposiciones a partir de miradas complementarias
Aparentemente son dos maneras de entender el arte, dos miradas opuestas, pero si nos fijamos con más detalle, si dejamos a un lado según qué juicios, en realidad son complementarias. Eso es lo que podemos encontrar en sendas exposiciones que abren hoy sus puertas en los Espais VolArt de Barcelona y que pueden visitarse hasta el próximo 15 de enero.
Por un lado, tenemos a Luis Marsans y su personalísima lectura del ciclo novelístico de Proust «En busca del tiempo perdido». Por otra parte, el arquitecto Óscar Tusquets nos ofrece una aproximación completa a los temas que le interesan desde una perspectiva pictórica.
Este año se celebran cien de la muerte de Marcel Proust, uno de los grandes renovadores de la literatura de todos los tiempos. Eso ha ha hechos que sean muchas las propuestas, no solamente editoriales sino también expositivas, que han querido aproximarse al universo del gran escritor francés. Alguien que conoció bien la palabra de Proust fue el pintor Luis Marsans. Por encargo de una editorial, empezó a trabajar en la adaptación plástica de todo el ciclo de «En busca del tiempo perdido». Pese a que el contrató con el sello francés se canceló, Marsans siguió trabajando convirtiendo Proust en el proyecto de su vida a partir de dibujos, acuarelas, gouches y grabados en los que encontramos los personajes del grupo de novelas, así como los decorados en los que se desarrolla la acción, sin olvidar al propio autor.
En la exposición se recogen 139 obras originales de Marsans realizadas entre 1965, cuando se inició esta aventura proustiana, y 2015, poco antes del fallecimiento del artista. Todo ello se complementa con una imponente colección de documentos y objetos originales vinculados a Proust, como algunas de sus cartas, primeras ediciones o algún libro firmado, todo ello perteneciente al fondo creado por la familia Cuito. Igualmente también se tiene la posibilidad de conocer algunos manuscritos inéditos, como la traducción –todavía sin publicar– que Miquel Llor realizó de «Pel cantó de Swann».
En otra sección de la muestra podemos comprender mejor la relación que tuvo Marcel Proust con el mundo del arte, como la fascinación que en él ejerció la visita a una exposición sobre pintura holandesa en el Jeu de de Paume, en el París de 1921, con una especial atención hacia la «Vista de Delft» de Jan Vermeer. Igualmente se recogen obras de dos artistas contemporáneos al escritor, como son Alfred Stevens y Édouard Vuillard.
Vayamos a la otra exposición en este mismo espacio barcelonés de la Fundació Vila Casas. Los cuerpos, las ciudades y los interiores son los ejes temáticos que fascinan a Óscar Tusquets cuando coge sus pinceles y se pone ante el lienzo en blanco. Eso es lo que contemple a selección de 200 obras reunidas para la ocasión, con óleos, dibujos, acuarelas, esculturas, joyas y objetos relacionados con diferentes momentos de la carrera de Tusquets, más allá de su trayectoria como arquitecto, diseñador y ensayista.
Él mismo se definió ayer como «pintor por vocación». En rueda de prensa, Tusquets confesó que se inició la preparación de la muestra quiso matizar que que quería «que no fuera la exposición de un arquitecto que pinta, sino la de un pintor, con ninguna pieza de diseño industrial» y que no fuera cronológica, sino por temáticas.
Diez secciones estructuran la muestra, con una parte final que no deja indiferente, el conjunto de acuarelas y óleos que dedicó a Anna Bohigas Gurgui, quien fue su segunda esposa, muerta prematuramente en 1984 a causa de un tumor cerebral.
Àlex Susanna, director artístico de la Fundació Vila Casas, sostuvo que la exposición «no deja indiferente», con obras que reflejan desde una fregona o la taza de un váter, mientras alguien orina, a los rascacielos de Benidorm, en un ámbito en el que se contrasta con su Barcelona natal.
Dos propuestas que merecen ser visitadas.
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