Cataluña
Ola de solidaridad con el niño que ha pedido más clases en castellano
Numerosas muestras de apoyo a la familia del alumno catalán que ha pedido aumentar las horas lectivas en español
El caso del niño de la escuela de Canet de Mar (Barcelona) que está sufriendo un linchamiento por haber pedido más clases en castellano parece haber marcado un punto de inflexión en el constitucionalismo. El independentismo ha iniciado una dura campaña, promoviendo incluso acciones violentas, contra un alumno de P5 que pidió que en su aula se impartiese un 50% de las horas lectivas en español (aunque el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha ordenado, de momento, que sea el 25%), que ha levantado una ola de solidaridad en el constitucionalismo que da claras señales de estar movilizado en esta batalla por la lengua. Bajo el hashtag “YoApoyoALaFamilia”, las redes sociales se han inundado de comentarios en apoyo al niño: tanto es así que se ha convertido en Trending topic.
Y es que no es para menos. Este caso ha revelado con meridiana claridad por qué las familias van con el freno echado a la hora de reclamar más horas de castellano para sus hijos en la escuela catalana, donde rige el sistema de inmersión lingüística (es decir, el catalán es la lengua vehicular y el castellano solo se estudia en la asignatura de Lengua). Plantear un recurso ante los tribunales para que se impartan más horas en castellano puede suponer toda una ofensiva de señalamiento y acoso del independentismo, muy movilizado y bien organizado para defender los temas lingüísticos, como ha ocurrido con el niño de Canet de Mar.
En este caso, un grupo de padres de la misma escuela (Turó del Drac) se han organizado a través de las redes sociales para estudiar medidas para evitar que se aplique el 25% de castellano. De hecho, algunos de estos padres no descartan no llevar a sus hijos a la escuela durante el rato las clases se impartan en español. De entrada, han anunciado ya una recogida de firmas. Y no les faltan respaldo, como se ha podido ver en las redes sociales. Por ejemplo, el mosso y activista independentista Albert Donaire, publicó un tuit con el mensaje: “Este niño se tiene que encontrar absolutamente solo en clase. En las horas que se hacen en castellano, los otros niños deberían salir de la clase. Reaccionemos o nos matan la lengua”.
También se ha alentado la violencia contra la familia del niño. “Me apunto a apedrear la casa de este niño. Que se vayan fuera de Cataluña. No queremos supremacistas castellanos que nos odian”, apunta en el tuit Jaume Fàbrega, un bloguero vinculado al medio digital “Vilaweb” y exprofesor de la UAB que impartía a asignatura de Gastronomía y Enología del grado de Turismo y que ya tuvo que dimitir del puesto en 2018 por mensajes xenófobos contra Ciudadanos y Tabarnia, que divulgó en Twitter. Es decir, es reincidente.
Todas estas amenazas han conducido a entidades, como la Asamblea por una Escuela Bilingüe, Hablamos Español, o partidos, como Vox, a tomar acciones judiciales. Y, en este sentido, nada de todo ello ha movido al Govern a condenarlo (se ha limitado a decir que estarán frente a cualquier acción violenta) y han alimentado el rechazo al niño al acusarlo de imponer una lengua al resto de alumnos. A esto hay que añadir que el conseller de Educación, Josep González-Cambray, tiene previsto hacer una visita a la escuela de Canet de Mar.
Entre los comentarios solidarios con la familia aparecen desde conocidos defensores del castellano en la escuela pública catalana a líderes políticos.
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