Post 14-F

Los disturbios y el papel de los Mossos irrumpen y agitan las negociaciones para formar Govern

El titular de Interior, en el punto de mira de la CUP, se reúne con el cuerpo policial tras el hartazgo por las críticas políticas

Vista del despliegue de los Mossos d´Esquadra en el centro de la ciudad de Barcelona este sábado, en prevención ante posibles protestas por la detención del rapero Pablo Hasél
Vista del despliegue de los Mossos d´Esquadra en el centro de la ciudad de Barcelona este sábado, en prevención ante posibles protestas por la detención del rapero Pablo HaséllarazonAgencia EFE

Justo una semana después de las elecciones del 14-F, un factor imprevisible ha irrumpido con fuerza en el escenario postelectoral catalán: se trata de los disturbios provocados a raíz del encarcelamiento del rapero Pablo Hasél y el papel de los Mossos d’Esquadra. Una variable que la CUP ha usado para exigir a ERC –y a Junts– el cese «inmediato» del consejero de Interior Miquel Sàmper, la disolución de la unidad antidisturbios y una revisión «a fondo» del modelo policial en las negociaciones para formar Govern.

Tres reclamaciones que este sábado, quinto día de protestas, la formación antisistema ha vuelto a poner sobre la mesa además de pedir una moratoria en el uso de las balas de foam por parte del cuerpo. La CUP «exige a los responsables políticos de la Generalitat cambios profundos en las políticas policiales este próximo ciclo y también actuaciones inmediatas para resolver la actual situación de descontrol sobre los cuerpos policiales», ha advertido el partido.

Todo después de que los sindicatos que conforman el cuerpo policial emitieran un inédito comunicado conjunto en el que aseguran que los ánimos en el colectivo están muy crispados y piden una reunión de carácter urgente –que se materializará este domingo a las 11:00 horas– «ante la grave situación generada en las últimas jornadas y las críticas a nuestra institución, para buscar una solución inmediata».

«Los ánimos dentro de nuestro colectivo están muy crispados y nosotros, las organizaciones sindicales que representamos al cuerpo y que, en definitiva, somos las que velamos siempre por la paz social dentro de los Mossos d’Esquadra, estamos ya en el límite asumible de poder garantizar esta paz», sostienen.

Esquerra, por su parte, se ha alineado con Junts y en parte con la CUP y ha reclamado al departamento de Interior que abra una investigación para esclarecer si ha habido casos de mala praxis dentro del cuerpo de los Mossos d’Esquadra en los disturbios ocasionados a raíz del encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

«El derecho a manifestación se debe garantizar siempre y la policía debe actuar con proporcionalidad y dentro de los protocolos establecidos». «En caso de que no sea así, las actuaciones policiales se deben revisar de la forma más rápida posible para, si es el caso, depurar responsabilidades para no poner en duda la profesionalidad de todo un cuerpo», aseguran ahora los republicanos.

En un comunicado, la vicesecretaria de Derechos, Libertades y Lucha Antirrepresiva de ERC, Marta Vilaret, ha insistido en que «es necesaria la formación de un nuevo gobierno para adaptar el modelo policial, un modelo democrático que ha de estar basado en la confianza mutua entre los cuerpos de seguridad, los servidores públicos y la ciudadanía».

Un mensaje en la línea con el posicionamiento de los republicanos tras la creciente presión ejercida por Junts y especialmente por la CUP en este sentido. Ante las reclamaciones de los antisistema, en ERC se mantienen algo más templados y se muestran partidarios de revisar el modelo policial, aunque siempre vinculándolo a la formación de un nuevo Ejecutivo y a su andadura en el Parlament.

La CUP, cuyos nueve diputados pueden ser claves para completar los 33 de ERC y los 32 de JxCat en la investidura, ya ha advertido de que la actuación del cuerpo policial «condiciona» las conversaciones y exige la dimisión del conseller de Interior, Miquel Sàmper, además de un «giro de 180 grados» en la gestión del modelo de seguridad imperante.

Y es que el caso Hasél y los disturbios derivados han irrumpido de lleno en las negociaciones para formar Govern y en la intención de Esquerra de atar cuanto antes una investidura exprés de Pere Aragonès para frenar el paso a Salvador Illa.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha llamado a la calma no sin antes protagonizar un rifirrafe con la CUP: «Necesitamos política, no retórica inflamada», le ha espetado a Dolors Sabater, la cabeza de lista de los antisistema. EL PSC, por su parte, pide al Govern que ampare a los Mossos en boca de Ramon Espadaler (Units per Avançar), quien fuera consejero de Interior en la etapa de Artur Mas.