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Debacle
Ciudadanos se desploma en su tierra natal
La formación naranja convoca un comité de «urgencia» tras perder un millón de votos y 30 escaños
Fuera como fuese la jornada electoral, Ciudadanos tenía la papeleta más difícil de todo el arco parlamentario. No en vano, la del 21 de diciembre de 2017 fue la gran noche del partido naranja. Con poco más de, por aquel entonces, diez años de historia, la candidatura encabezada por Inés Arrimadas recogía el descontento del «procés» y ganaba las elecciones superando la frontera del millón de votos. Fue la más votada en las diez ciudades más grandes del Cataluña y pintó de naranja el área metropolitana de Barcelona. Las comparaciones, por lo tanto, nunca habían sido más odiosas. Y más aún cuando la debacle es mucho más acusada de lo esperado. En apenas tres años, Ciudadanos ha perdido más de tres cuartas partes de su electorado. De 36 escaños en 2017 a unos escuetos seis diputados en este 2021.
El ambiente fúnebre en la se de de Ciudadanos asomaba por encima de la mascarilla de Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa. La comparecencia, breve, sirvió para lamentar la baja participación. «Tengo una sensación de tristeza porque el separatismo ha salido reforzado. No hemos sido capaces de movilizar el voto constitucionalista», señaló Arrimadas.
Fragmentación del voto
Lo cierto es que los últimos años no podrían haber sido más movidos. El varapalo en las elecciones generales, la fragmentación del voto conservador, la fuga de Inés Arrimadas a Madrid o la sustitución de Lorena Roldán y su posterior fichaje por el PP auguraban la tormenta perfecta para Ciudadanos. Y, sin que sirva de precedente, las bajas expectativas se han cumplido. O lo que es lo mismo, Ciudadanos ha retrocedido casi diez años en el tiempo. De hecho, en la última cita con las urnas, en las elecciones generales de noviembre de 2019, la formación naranja quedó en octava posición en Cataluña. De los principales partidos, fue el que obtuvo menos votos, por detrás, incluso, de Vox.
Antes de conocerse los resultados, y minutos después del cierre de los colegios electorales, la formación naranja anunciaba la convocatoria de un comité de «urgencia» para esta tarde a las 19:00 ante el inminente «descalabro» en las urnas, algo que habían interiorizado en la formación naranja tras los pronósticos de todas las encuestas.
A pesar de la caída en la tierra donde despegó Cs, Arrimadas aún tiene en el horizonte seguir con la baza de erigirse en partido «útil» y ofrecerse como alternativa para sostener al Gobierno de Sánchez. A nivel interno tendrá que reorganizarse ante un futuro incierto con choque de barones y posible fuga de miembros del partido incluído.
La lista que lideraba Carlos Carrizosa y que se presentó bajo el lema «Para que ganemos todos», tenía como objetivo hacer posible un gobierno de partidos constitucionalistas en el Palau de la Generalitat. La apuesta del partido era formar una única candidatura con PSC y PP, pero finalmente concurrieron en solitario a las urnas, algo que los de Arrimadas echaron en cara a ambos partidos porque, «quien pierde es el constitucionalismo», repetía.
Carrizosa sustituyó a Arrimadas al frente del grupo parlamentario, pero en un primer momento se autodescartó como candidato. Las primarias para decidir el presidenciable a la Generalitat las ganó Lorena Roldán, que pocos meses después presentó una moción de censura contra Quim Torra que fracasó, al conseguir sólo el apoyo del PP y la abstención del PSC.
Ciudadanos entró en el Parlament en 2006, cuando la lista encabezada por Rivera obtuvo tres diputados por Barcelona y se convirtió en la lista más votada. Fue un espejismo. Ciudadanos se encuentra con la curda realidad de que su tierra natal le ha dado la espalda.
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