Nissan
Trabajadores de Nissan: “Te señalan y te dicen: espabila, que otros trabajan más que tú”
Los empleados no se resignan y la patronal catalana pide unidad a las instituciones para salvar los puestos de trabajo
Pese a que Nissan confirmara ayer los peores presagios –el cierre de su factoría en Barcelona–, los trabajadores de la planta de Zona Franca no arrojan del todo la toalla y tienen voluntad de apurar todas las opciones para encontrar alguna alternativa. Es el caso de Eladio, que entró a trabajar el 27 de junio de 1988 con tan solo 20 años: ha desarrollado allí toda su carrera profesional y alberga todavía un mínimo de esperanza. «Vamos a luchar hasta el final. Asumimos la decisión, pero no la compartimos», asegura, en conversación con este diario.
Ha desempeñado sus funciones en la cadena de montaje durante 32 años y ha sido buen testigo de la evolución de la compañía japonesa: de hecho, sitúa la entrada en el accionariado de Renault en 1999 como un punto de inflexión en su día a día en el propio centro de trabajo. «Fue un cambio como de la noche a la mañana», asegura. Según describe, la transformación fue radical, sobre todo, en cuanto a trato: «Con Nissan se imponía la cultura japonesa, un trato mucho más familiar y cercano. Cuida mucho la imagen», explica. «En cambio, con Renault solo se exigen resultados y piden más y más trabajo», añade.
«Me he sentido explotado alguna vez desde que ha entrado Renault», asegura. «Te obligan a ser más productivo y te señalan con el dedo como planta. Te comparan con el resto y te dicen que son más productivas. Te vienen a decir: a ver si espabilas que estos trabajan más que tú», sostiene.
Eladio, que nació en Barcelona en junio de 1968 y estudió mecánica, es consciente del horizonte borrascoso, pero no se resigna. «Son muchos años ya y no hay que rendirse», manifiesta, aunque echa la mirada atrás y también asegura que es una decisión que se veía venir ante el declive en la producción fruto de la falta de inversión de la compañía. La factoría estaba por debajo del 30 por ciento de su capacidad –cerró 2019 produciendo 55.000 unidades cuando tiene capacidad para 200.000–. Esta caída sin freno en la producción durante los últimos años ha ido alimentando los malos presagios.
Todavía no se ha planteado ninguna alternativa laboral. «De todas formas, con 52 años, ¿dónde vas a pedir trabajo? Es un futuro muy oscuro. No es lo mismo tener 30 años que tienes un futuro por delante que 52. Cuando voy a pedir trabajo la desventaja es mayor, aunque la experiencia también es un grado», reflexiona. También explica cómo la decisión de Nissan impacta sobre sus planes de vida. Sin hijos, vive junto a su mujer –que mantiene el trabajo– en un piso de alquiler y estaba a punto de adquirir una vivienda. «Pero con esto te lo replanteas todo», precisa.
Eladio, como el resto de trabajadores, no pierde la esperanza. A partir de ahora van a remar junto a administraciones públicas, sindicatos y patronales para tratar de dar con alguna solución. En este sentido, Foment del Treball, tras conocer la decisión de la compañía japonesa –el cierre no está previsto hasta diciembre–, se ha afanado en pedir unidad para «retener la factoría» y salvar los cerca de 30.000 puestos de trabajos. La patronal catalana, presidida por Josep Sánchez Llibre, considera que esta crisis debe convertirse en una «oportunidad» para explorar nuevas tendencias aunque cree que la planta –con ayudas y modernización– puede encajar aún en los planes de Nissan u otro operador.
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