
Sociedad
El taller para mujeres migrantes del medio rural que abre puertas y fomenta la convivencia
LA RAZÓN se adentra en la dura realidad de muchas de ellas que viven en precario en varios pueblos de la provincia de Valladolid, la mayoría marroquíes, a través de un proyecto social en el que aprenden español y a desenvolverse en la sociedad

Castilla y León lleva décadas luchando contra la pérdida de población, especialmente en el medio rural, y no con demasiado éxito, a pesar de las numerosas agendas e iniciativas que se llevan a cabo. Un problema que no es exclusivo de esta comunidad, puesto que afecta a muchas zonas de la España del interior sobre todo, pero que en la región castellano y leonesa no tiene fácil solución.
Si bien, Castilla y León ha comenzado este 2025 con más población que el año anterior. En concreto, con 6.207 habitantes más censados que los 2.391.682 que tenía a 1 de enero del 2024, gracias al empujón de la migración. De hecho, en estos momentos son 200.468 las personas de nacionalidad extranjera que viven en la región, 16.333 más que hace un año, lo que supone un repunte del 8,9 por ciento.
La llegada de migrantes se ve en buena parte de la sociedad como una oportunidad para repoblar muchas de estas zonas deshabitadas, pero también para el trabajo en sectores que tienen dificultades para encontrar mano de obra cuando se necesita, como puede ser el campo o la hostelería. Aunque también hay otra parte de la sociedad que recela de la llegada de estos migrantes o de que se pongan en marcha centros de acogida en sus pueblos o ciudades para poder albergar a quienes entran de manera irregular hasta que se les pueda dar una solución.
Además, cabe señalar que la mitad de los que viven en España se encuentran por debajo del umbral del riesgo de la pobreza lo que les convierte, por razones obvias, en los principales beneficiarios de ayudas públicas, algo que también se ve con cierta desconfianza desde otra parte de la sociedad, lo que tampoco favorece su inclusión ni la convivencia porla que se apuesta.
Frente a ello hay personas y asociaciones que trabajan cada día en iniciativas y proyectos que tratan de ayudar a estas personas de nacionalidad extranjera que han venido a nuestro país a intentar labrarse un futuro a que puedan integrarse lo mejor posible.
Es el caso del proyecto que ocupa estas líneas, detrás del cual se encuentra la Diputación de Valladolid pero que lleva a cabo una asociación de reciente creación, Espacio Feminista Peñafiel y Comarca, que quiere abrirse un hueco en lo social y aportar su granito de arena para ayudar a los más vulnerables a salir adelante, como por ejemplo las mujeres migrantes del medio rural, que es el proyecto en el que se han implicado en los últimos meses.
Este programa se ha desarrollado entre los meses de octubre y diciembre en los municipios vallisoletanos de Peñafiel, Arrabal de Portillo e Íscar, aunque en esta última localidad se ha ampliado tres meses debido a la demanda existente, pero al margen del proyecto incial.
Alrededor de medio centenar de mujeres (una quincena en Peñafiel, cuatro en Arrabal y 32 en Íscar), la mayoría de origen marroquí, pero también de Ucrania, Bulgaria, Pakistán y Afganistán, han participado en esta iniciativa en la que enseñan a estas mujeres a hablar en español, al menos lo básico en cuanto a vocabulario, gramática y ortografía, para que puedan defenderse mejor cuando van al médico, al colegio o a comprar al supermercado, pero que incluye más aspectos.
De hecho, en esta iniciativa se llevan a cabo talleres de inclusión social y laboral un día a la semana durante dos horas que están teniendo buenos resultados. Y en ellos se habla y se informa a estas mujeres inmigrantes sobre salud sexual, reproducción yautocuidado; sobre cómo expresar y controlar emociones; cómo generar igualdad entre todas las mujeres independientemente de su procedencia; sobre cómo favorecer su autonomía y autoestima o cómo hacer frente al machismo; pero también sobre cómo trabajar en equipo e incluso sobre creación artística y matemáticas. En este sentido, durante los talleres han detectado también que muchas de estas mujeres tienen problemas con los números.
"La mayoría de ellas no superan los 40 años ni manejan el español e incluso algunas no están alfabetizadas en su propio idioma y desconocen el funcionamiento de los servicios básicos como la Sanidad, la Educación, los Servicios Sociales o el acceso al mercado laboral, por lo que viven aisladas de la sociedad y además se encuentran con el rechazo de los vecinos del lugar de acogida", señala a LA RAZÓN Mayte San Juan, miembro de Espacio Feminista Peñafiel y una de las personas que coordina este proyecto, para quien el hecho de que estas mujeres que no se conocían de nada puedan juntarse y hablar de sus cosas cuando terminan la clase "ya es un logro importante".
De hecho, cuenta Mayte que en este pequeño espacio de tiempo ya han conseguido crear grupos de convivencia donde estas mujeres han hecho piña y están empezando a relacionarse más entre ellas además de ayudarse en el día a día en los municipios donde residen. "Para estas mujeres el programa no es solo aprender español, sino que es mucho más", afirma.

Otra de las integrantes de esta asociación que está echando una mano en este proyecto es Isabel Canal, que hace hincapié en lo enriquecedora que le está resultando esta experiencia en lo personal. "Estamos aprendiendo mucho de estas mujeres por cómo se enfrentan a los prejuicios y estigmas que sufren por parte de mucha gente que las ve como bichos raros, así como por su fortaleza y vitalidad, ya que son ellas quienes, además, se encargan del trabajo y el cuidado de la casa y tienen hijos, en muchos casos sin escolarizar, a los que deben atender", apunta a este periódico.
Las clases, como decíamos antes, son un día a la semana durante dos horas, que en el caso de Peñafiel se han llevado a cabo en la Biblioteca Municipal mientras que en Arrabal de Portillo se dieron en las Escuelas Viejas y, en Íscar, se están realizando aún en la Casa de Cultura.
Arantxa Mateo Burgos es la profesora que se encarga de este taller y muestra su satisfacción a LA RAZÓN por cómo estas mujeres están progresando en apenas unos meses que lleva en marcha la iniciativa. "Aunque aún les falta mucho para poder comunicarse bien, han aumentado bastante su capacidad lingüística y sus habilidades sociales, que es lo más importante, ya que ahora tienen más conocimiento de los recursos y servicios que tienen a su alcance", apunta esta trabajadora social especializada en dinamiación comunitaria, feminismo y literatura.
Arancha pone en valor los vínculos de vecindad y amistad que han adquirido estas mujeres así como la confianza y seguridad que ellas sienten en clase, de ahí que en el caso de Íscar y fuera del proyecto inicial, se haya decidido ampliarlo. Si, bien advierte de que queda mucho camino por andar, sobre todo en materia de convivencia.
"Estas mujeres están haciendo un gran esfuerzo por integrarse en la comunidad en la que viven, pero favorecer su inclusión es una responsabilidad que atañe a todos", advierte la también socióloga, para quien la convivencia, el punto clave en su opinión, no se está asumiendo igual por todas las partes.
De hecho, mejorar la convivencia y el entendimiento mutuo entre la población autóctona e inmigrante es uno de los retos que persigue también este proyecto.

Ambiente de confianza
LA RAZÓN ha estado presente en una de estas clases y ha podido conversar con algunas de sus participantes, no sin dificultades porque aún desconocen buena parte del idioma, pero gracias a la ayuda de algunas de ellas como Fatma o Noura, que hacían las veces de traductoras al manejar mejor el español.
De hecho, esta última, Noura, lleva 16 años en España, la mayoría de ellos en Almería, y aunque llegó a Íscar hace solo cinco meses para trabajar en labores del campo, asegura a este periódico que se encuentra muy a gusto y quiere labrarse allí un futuro con su familia junto a su marido y los tres hijos que tienen de entre 5 y 12 años.
Todas estas mujeres comparten los mismos problemas e inquietudes, como la precarización, la falta de arraigo o de papeles que las dificulta el poder acceder a un contrato laboral, así como el desconocimiento del funcionamiento del sistema de servicios existente, que en algunos casos ha provocado que sus hijos se hayan quedado sin poder acceder a actividades extraescolares, según lamentaba una de ellas.
Si bien, todas comparten igualmente la sensación de que en este proyecto están mejorando, de que son felices -se ve en sus caras cuando entran a clase por la sonrisa que llevan- y que, sobre todo, están creando un grupo fuerte con un vínculo importante y especial del que no quieren desprenderse.
De hecho cuentan algunas durante la conversación que van juntas al mercado a comprar, se ayudan en las traducciones de documentos o se responsabilizan de los niños enfermos de otras que no pueden cuidarles porque tienen que ir a trabajar como temporeras al campo, e incluso que empiezan a relacionarse fuera de las clases para divertirse porque quieren estar juntas cuanto más tiempo mejor.
Y, sobre todo, coinciden igualmente en que quieren que este proyecto siga existiendo en el futuro, como apunta Noura, quien hace de portavoz del grupo de Íscar, para destacar el ambiente de confianza y de seguridad que han encontrado en estos talleres, mientras espera y desea que esta actividad se pueda mantener más tiempo.

De hecho, Espacio Feminista Peñafiel opta a poder seguir prestando este servicio este año y ya ha presentado su proyecto a la institución provincial vallisoletana para poder seguir con él e incluso profundizar en la tarea social que han emprendido en 2024 llevándolo a otros municipios donde han detectado necesidades, como Pedrajas de San Esteban. Pero no será hasta junio cuando sepan si serán los afortunados.
De momento, prosiguen con su compromiso de combatir las situaciones de vulnerabilidad entre las mujeres del medio rural, así como de hacer frente a la violencia machista, el racismo o cualquier otra discriminación.
Una asociación que se implica
Espacio Feminista Peñafiel y Comarca es una asociación que se puso en marcha hace menos de dos años, en septiembre de 2023, pero que está creciendo poco a poco. En estos momentos cuenta con unos 120 socios y, pese a las dificultades, están llegando a la mayor parte de los pueblos de la comarca de Peñafiel, ya sea a través de exposiciones, talleres de artesanía, charlas y conferencias, concentraciones, incluso performance, como la que hicieron el pasado 25 de noviembre con zapatos de víctimas de violencia machista, o encuentros interculturales.
En este año y medio que llevan funcionando han llevado a varias exposiciones fotográficas, entre ellas una que está teniendo una gran acogida sobre las mujeres en el medio rural a lo largo de la historia, en un viaje al pasado sobre su importancia en la vida de los pueblos.
"Queremos dinamizar la vida en la comarca de Peñafiel desde la igualdad, la inclusión y el feminismo transversal, pero también mantener las tradiciones como el encaje de bolillos o la elaboración de membrillo", señala Mayte San Juan, quien avanza que siguen trabajando en poder abarcar más proyectos, como talleres de teatro, que es algo que se demanda cada vez más, siempre y cuando puedan, porque ese es uno de los problemas que tienen, que a veces faltan manos para poder llegar a todo.
El próximo fin de semana, concretamente el sábado 8 de marzo, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, con numerosas actividades por toda Castilla y León.

Y la Asociación Espacio Feminista Peñafiel y Comarca ha organizado un completo programa de actividades para toda esta semana previa, como un taller sobre menopausia y salud mental el martes; un encuentro creativo que servirá para conocer a mujeres ilustres de la provincia de Valladolid, para el jueves; un espectáculo de cuentos en la Bodega La Olmilla, con vino y picoteo, el viernes; y la concentración del sábado por la tarde con motivo del Día de la Mujer por las calles del municipio, que incluirá acciones artísticas y un espectáculo musical, o la primera Marcha en Bici por la comarca, de veinte kilómetros, que realizará por la mañana.
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