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Gastronomía

El pueblo detenido en el tiempo y el único donde se come el cocido al revés

Está además considerado como uno de los más bonitos de España

El tiempo detenido en Castrillo de los Polvazares Jcyl

Qué mejor manera que disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de España y degustar uno de los platos únicos de nuestra rica y variada gastronomía. Para ello, hay que desplazarse hasta la comarca de la Maragatería, en la provincia de León. Allí, hay una pequeña localidad, también elegida recientemente como uno de los pueblos más bonitos de España, y que está aledaña a Astorga, que bien merece una visita por su catedral, el Palacio de Gaudí o el Museo del Chocolate, pero también por este plato exquisito.

Calles empedradas en Castrillo de Polvazares (León)Turismo Jcyl

Y es que este manjar es el cocido maragato, cuya principal peculiaridad es que se come al revés. Es decir, primero la carne y luego la sopa y el pueblo en cuestión es Castrillo de los Polvazares, localidad declarada en 1980 Conjunto Histórico-Artístico de alto valor monumental y con una gran belleza arquitectónica al pasear por sus calles empedradas y casas blasonadas, que nos transporta a épocas de otros tiempos. Una localidad que parece detenida en el tiempo. Su arcilla roja de sus fachadas contrasta con los vivos colores de los portones y ventanas coloridas, que reviven su pasado arriero a los cientos y cientos de turistas que atraviesan la calle Real.

Entre el patrimonio del pueblo nos detenemos en la Iglesia parroquial de Santa María Magdalena, construida en el siglo XVIII. Cuenta con una torre con campanario, y se encuentra situada en la plaza con un busto dedicado a la escritora Concha Espina. Otro lugar de interés es el pequeño Parque de Castrillo, situado en la ribera del río, una agradable zona verde que recibe a visitantes y peregrinos y en sus alrededores no puede realizar un agradable paseo por bosques y prados en la ruta del Prado de San Juan.

Cocido maragato en Las TermasLa Razón

Pero para los amantes de la buena gastronomía, uno no puede dejar pasar la ocasión de probar este manjar único, el cocido maragato, cuyo origen se remonta a los maragatos que recorrían España como arrieros. Durante su viaje llevaban una fiambrera circular de madera en la que guardaban piezas de carne de cerdo cocida y al llegar a las posadas era lo que primero comían, para pedir luego un caldo o sopa caliente. De ahí el rito que se sigue en la actualidad y que lo hace tan especial.

Unos ingredientes que se encuentran ligados a la ganadería de la zona, y que va desde el repollo, los garbanzos y una gran variedad de carnes como el morcillo, lacón, chorizo, tocino, manitas y orejas de cerdo, costilla, morro y careta, y por supuesto la panceta y donde tampoco falta el relleno hecho de pan, huevo, ajo y perejil. A continuación llegan los garbanzos con el repollo y las patatas para acabar, si se puede, con la sopa de fideos. Y ya de postre las natillas con bollo. Hay que tener estómago para acabar con todo ello

Y si nos dejamos caer por la localidad son varios los sitios que ofrecen este plato: desde el Mesón del Arriero, a la Casa Juan Andrés, pasando por el Rincón Maragato, Cuca La Vaina, Entrepiedras o el Restaurante Coscolo, el Mesón la Peregrina o la Casa Maruja, toda una institución.