Curiosidades

La pequeña ermita junto al pueblo de los muertos donde se produjo el crimen más horrendo de la cristiandad

Este templo prerrománico se erigió en el año 782 y está considerado como una de las básilicas cristianas más antiguas

Ermita de las santas Elena y Centola en Valdelateja (Burgos)
Ermita de las santas Elena y Centola en Valdelateja (Burgos)La RazónLa Razón

La comunidad de Castilla y León, formada por los antiguos reinos de Castilla y de León, puede presumir de una historia sin igual forjada a lo largo de los siglos. Un territorio que ha sido crucial en la construcción de la España que conocemos hoy.

Castilla y León cuenta con un extenso y variado patrimonio monumental, religioso o cultural en todos y cada uno de los 2.248 municipios o entidades locales existentes, donde sobresalen desde castillos, palacios, puentes, catedrales, monasterios, conventos, iglesias o pequeñas ermitas de todo tipo de estilos arquitectónicos y con joyas escultóricas o pictóricas en sus interiores, que convierten a esta región en un auténtico museo. Una comunidad, además, en la que se mezclan leyendas, mitos y misterios que la hacen única en el mundo.

Brujas, pasadizos secretos, pueblos abandonados, castillos encantados con habitaciones vacías, puertas y ventanas que se abren y se cierran o ruidos sonoros, además de montañas, ríos y lagos mágicos forman parte de esta sabiduría popular que se ha pasado de boca en boca e lo largo de los siglos y que aún se mantiene y se recuerda en gran parte de la región, sobre todo en zonas rurales, donde estas creencias están más arraigadas.

Una de las leyendas que rodean a la ermita soriana de San Bartolomé, y que cuenta que el Apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde el alto de uno de los farallones del cañón del río Lobos. Los cascos del animal dejaron sus huellas sobre la piedra, y en las proximidades del camino hoy utilizado, la espada se le cayó al suelo y allí donde quedo clavada quedó revelado que sería el lugar donde se edificaría el templo.

O la del castillo de Los Sarmiento, en Fuentes de Valdepero(Palencia), en cuyo interior se cuenta que existió una espada cuya empuñadura, envuelta en un pergamino, se alojaba dentro del muro., concretamente entre las dos rodelas que portan las armas de los Sarmiento, en el cubo del Sudeste. Y se dice que en ese lugar salía la hoja de acero del muro y que la razón de su existencia era, además de simbolizar la jurisdicción criminal del señor sobre los vecino, ajusticiar a los condenados a muerte, arrojándolos desde las almenas sobre su hiriente filo.

Pero el mito o leyenda que ocupa estas líneas de LA RAZÓN de este domingo tiene como protagonista a la provincia de Burgos, y más en concreto una pequeña ermita situada en lo alto de un pequeño cerro o peñasco que se eleva en un desaparecido poblado (Siero o Castrosiero) ya comido por la maleza que pertenece a la vecina localidad de Valdetejada, en el mismo centro delespectacular Valle del Rudrón.

Según cuenta la tradición, en la época del emperador Diocleciano, una de las más convulsas para los cristianos por las persecuciones que sufrían por parte del Imperio Romano, fueron martirizadas en Castrosiero un 13 de agosto del año 304 dos jóvenes, Elena y Centola, cuyo pecado fue abrazar la fe de Cristo y dedicarse a la caridad y la piedad con los pobres. Pero no fue un martirio cualquiera, ya que ambas fueron víctimas de una crueldad sin igual. Los historiadores cuentan que ambas murieron degolladas pero después de haber sufrido todo tipo de torturas, desde el estiramiento de las extremidades del cuerpo en un potro hasta el corte de los pechos y la lengua pasando por el desgarro de varios de sus miembros hasta que las ajusticiaron con una espada en lo alto del monte de castrosiero donde tiempo después, concretamente cuatro siglos, se levantó la pequeña ermita en su recuerdo eterno.

Inscripción en la ventana de la ermita
Inscripción en la ventana de la ermitaTurismo BurgosLa Razón

De hecho, según cuenta la leyenda, todavía hoy, 1.800 años después de aquél horrendo crimen, si alguien se acerca al pequeño monumento sobre la roca en la que degollaron a las mártires Elena y Centola y pasa un paño húmedo por la piedra se puede ver la sangre que derramaron durante su ejecución.

En cuanto a la ermita, es de estilo mozárabe y cuenta con una sola nave, muros de mampostería y sillarejo y cubierta de madera. Su ábside es recto y presenta una ventana de tipo aspillera con decoración vegetal más mozárabe que visigoda y una interesante inscripción en la que se lee claramente «FREDENANDUS ET GUTINA», entre dos cruces patadas visigodas con la alfa y la omega, que se completa debajo con «ERA DCCCXX», se deja entrever que este edificio se levantó a finales del siglo VIII (año 782), siguiendo la tradición hispanovisigoda, por lo que se trataría de un edificio de estilo visigodo construido setenta años después de la invasión árabe. Aunque hay otros historiadores que consideran que esta ermita se levantó antes, en el siglo VII debido al arco de herradura interior, los tres altares y la forma de cobertura y la ventana del ábside.

Un lugar mágico al que solo se puede acceder a pie o con un animal de tiro y desde el que se domina todo el valle del Ebro que se puede visitar hoy en día, aunque no sin cierto recelo o desasosiego por la tétrica y fantasmal historia que rodea a Siero o Castrosiero, un pueblo en ruinas que fue abandonado -él último habitante conocido se marchó en el año 1933 y usado después como cementerio de los municipios de alrededor, de ahí que muchos conozcan a este lugar como el poblado de los muertos.

Qué ver y disfrutar en Valdelateja

Por otro lado, el turista que se acerque hasta Valdelateja y alrededores puede conocer otras cosas muy interesantes que no le dejarán indifirente. Un municipio que no cuenta con palacios ni casonas señoriales, pero que se encuentra dividido en dos barrios unidos por un esbelto puente sobre el Rudrón que llama poderosamente la atención del viajero.

Sobresalen su arquitectura popular en piedra de estilo montañés a dos alturas y cubierta con tejado a dos aguas. El piso superior seuel tener una solana o balcón que se completa con una balaustrada de madera., mientras que el piso bajo está construido en piedra caliza para buscar un mejor aislamiento de la humedad.

Pasear por sus calles es una delicia y se puede visitar la iglesia de Santa Eulalia, en cuyo interior hay unas esculturas de bulto de Santa Centola y Santa Elena, realizadas en madera de nogal policromada.

Además, desde esta localidad parten rutas que permiten recorrer el cañón del río Ebro, como el GR99, que permite acompañar al río más caudaloso y largo del país a su paso por las provincias de Cantabria, Palencia, Burgos, Álava, La Rioja, Navarra, Zaragoza y Tarragona.

Segín informa la web turismoburgos este camino llentra a Castilla y León por Orbaneja del Castillo desde Villaescusa de Ebro (Cantabria). Gracias a la mágica cascada que la atraviesa y a sus formaciones kársticasOrbaneja es una de las poblaciones más pintorescas y con mayor atractivo turístico de Burgos. Desde eallí la ruta prosigue hasta Escalada a través de un puente que atraviesa un pronunciado meandro para seguir por Valdelateja y admirar el valle desde el mirador del Cañón del Ebro en la carretera que se dirige a Pesquera de Ebro localidad declarada Conjunto Histórico.

Mirador del Cañón del Río Ebro
Mirador del Cañón del Río EbroTurismo BurgosLa Razón

El desfiladero de los Tornos, Manzanedo, Cidad de Ebro, Puente Arenas y el ascenso al Collado de la Muñeca son las siguientes paradas de este sendero que después se introduce de lleno en el Parque Natural Montes Obarenes – San Zadornil.

Ya en Trespaderne, el camino se adentra en un sotobosque de boj, encinas, quejigos, pinos y serbales hasta llegar al monasterio de San Miguel en San Martín de Don, punto y final de esta espectacular ruta.

Y para los amantes de la pesca de la trucha, en esta zona se encuentra el coto de pesca de San Felices, uno de los más prestigiosos y conocidos cotos trucheros de toda la Península. De hecho, en las aguas del Rudrón son frecuentes los saltos de la trucha y grandes ejemplares de barbos de montaña.

Y para la historia de Valdelateja queda el balneario de lujo de aguas medicinales que tuvo en el siglo XIX