Medio ambiente

El osezno de Barniedo vuelve a ser libre tras su etapa de aclimatación

El animal ha sido puesto en libertad en buen estado y con dos emisores una zona próxima al entorno donde fue hallado herido, en un robledal con gran producción de bellota, lo que le facilitará alimento en los próximos meses

El osezno que fue hallado herido en la localidad leonesa de Barniedo, tras una etapa de aclimatación, ha sido puesto en libertad en una zona próxima al entorno donde fue localizado, en un robledal con gran producción de bellota, lo que le facilitará alimento en los próximos meses.

El animal porta dos emisores, uno colocado en su espalda, que emitirá señal por GPS, y el otro es un crotal que emite radiofrecuencia, que ayudarán a conocer sus movimientos, hábitos y localización, lo que facilitará más conocimiento sobre la especie. Su peso es de casi 30 kilogramos, aunque cuando llegó al CRAS de Valladolid el 2 de agosto solo pesaba 6 kg.

Daniel Pinto, responsable de la Patrulla Oso, ha explicado que tenerlo localizado es, además, una herramienta muy útil para evitar posibles situaciones de conflicto con los habitantes de las poblaciones más cercanas.

Barniedo lleva además incorporado un microchip que permitirá identificarlo en caso de que vuelva a ser capturado por cualquier motivo.

Se encuentra en muy buen estado de salud, con gran energía y su comportamiento es muy esquivo con los humanos, lo que permite suponer una rápida y perfecta adaptación a la naturaleza, según informan fuentes de la Junta.

Antes de liberarlo definitivamente en la naturaleza, el osezno Barniedo estaba desde la noche anterior en una habitación de aproximadamente 25 metros cuadrados, donde entró para alimentarse. Esta situación permitió a los veterinarios de la Junta realizar la sedación con cerbatana para poder trasladarlo a la sala del centro de Valsemana donde se evaluó su estado de salud.

Una vez en la sala habilitada, en primer lugar se le extrajeron muestras de sangre y de pelo, lo que permitirá conocer su variabilidad genética, entre otras cuestiones.

En este trabajo, dirigido por el personal técnico y veterinario de la Junta de Castilla y León, han participado también veterinarios del Principado de Asturias. Se trata de una participación mutua cuando el ejemplar es liberado en Asturias, como fue el caso de Cova, y que permite compartir conocimiento y experiencia que enriquece a ambos equipos. Agentes medioambientales y celadores de la Junta, más personal de la Patrulla Oso de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León, se han encargado de ejecutar distintas fases del manejo y traslado de Barniedo.

Las plantas de sus patas recuperadas

Se le tomaron medidas físicas y se comprobó el estado de las garras que había perdido al lesionarse en un incendio. Las plantas de sus patas están totalmente recuperadas y no presentan ningún rastro de las lesiones sufridas.

El lugar elegido para la suelta se encuentra en una zona próxima al entorno donde fue rescatado, lo que según todos los expertos facilitará su rápida integración al resultarle seguramente familiar el entorno, donde se movía con su madre y otros dos oseznos antes del accidente.

Durante el transporte, realizado en una trampa 'Culvert', ha estado monitorizado con una cámara constantemente para comprobar su estado y acompañado de dos veterinarios.

El oso de Barniedo debía de tener prisa por volver a su entorno natural porque, en cuanto se subió la puerta de su transporte, salió corriendo a gran velocidad entre los robles.

Después de un día y medio de seguimiento, se ha podido comprobar que se mueve bien por una amplia zona, lo que probablemente sea un reconocimiento del territorio.

Según Álvaro Soto, director veterinario del CRAS de Valladolid y responsable de su liberación, lo normal es que, si hay abundancia de alimento, no necesite hibernar, ya que lo hacen como recurso cuando hay muchas nevadas y no tienen alimento disponible, por lo que, es posible que haga grandes siestas pero no una hibernación en sentido clásico.

Proceso

El oso de Barniedo fue localizado por personal de la Patrulla Oso de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León tras el aviso de los vecinos de Barniedo de la Reina, en León, que vieron al animal que aparentemente cojeaba de una de sus patas.

Posteriormente, celadores y agentes medioambientales de la Junta se incorporaron para su captura y se le trasladó al Centro de Recuperación de Animales Silvestres CRAS de Valladolid, tras comprobar que tenías las plantas de sus patas ensangrentadas, posiblemente por pisar sobre terreno quemado.

En el CRAS se le desparasitó, se limpiaron y desinfectaron sus heridas y administraron antibióticos para evitar infecciones.

Se inició un proceso de cura de sus plantas quemadas y de alimentación para que ganara peso y autonomía hasta el momento de su traslado a la finca de aclimatación de Valsemana de la Junta de Castilla y León. Allí llegó con algo más de 15 kilogramos de peso.

Durante su estancia en este recinto cerrado, monitorizado con cámaras y aislado de la presencia humana, se le alimentaba cada dos días lanzándole la comida por encima de la valla hasta alcanzar casi 30 kilogramos de peso.

Desde el primer momento, mostró capacidad para trepar fácilmente a los árboles y poca relación con Cova, la osa recogida herida en Asturias con la que compartió recinto durante unas semanas