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Curiosidades
La bandera más peculiar, única y con más historia de España
Conocida durante once siglos como la Seña Bermeja, tiene su origen en el héroe lusitano que fue el terror del imperio romano

Las banderas son los principales símbolos que identifican a un país, a una Comunidad Autónoma o a una ciudad o pueblo, junto a los himnos y los escudos, y cuya oficialidad está regulada por ley.
La española, formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas, se recoge en el artículo 4.1 de la Constitución Española de 1978.
Las enseñas que no estén recogidas por ley o en el caso de las regiones en su respectivo Estatuto de Autonomía, se supone que son ilegales y no sirven o no deberían ser utilizadas, aunque no siempre es el caso. Es lo que curre, por ejemplo, con la estelada catalana, que usan los ciudadanos de ideología independentista de Cataluña o por movimientos pancatalanistas de la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares.
Las guerras y lo militar están detrás del origen histórico de las banderas, con las que los reyes y los nobles de antaño acudían a las batallas para identificar a sus ejércitos. De hecho, eran estandartes espectaculares adornados con grandes escudos y llamativos colores para que los soldados supieran en todo momento donde combatían y evitar así confusiones.
Igualmente, la bandera servía en la distribución de los efectivos, y su enarbolamiento en castillos y naves quería trasladar a los autóctonos y visitantes que el señor se encontraba presente en el lugar. Ahora bien, lo realmente importante no era propiamente la bandera en sí, sino el escudo que se podía ver en ese paño alzado.
En España, fue a través de la invasión de los pueblos germánicos y de los visigodos cuando se introdujo la costumbre de adornar los escudos con colores o figuras simbólicas,.
Una tradición altomedieval que con el tiempo dio paso a la aparición de los escudos de armas o blasones en el tránsito de los siglos XI al XII.
Pero en estas líneas de LA RAZÓN queremos hablar de una bandera que es única en España y, quizás, la más original e todas las que hay en nuestro país.
Se trata de la enseña de Zamora, conocida durante once siglos como la Seña Bermeja, compuesta por ocho franjas rojas y una verde.
Una bandera que tiene, como principal característica, sus ocho desgarrones o quiebras que mantiene rotas a las nueve franjas y a merced del viento. Una enseña que algunos interpretan como la destrucción de las banderas aunque tiene su explicación.
En primer lugar, cabe señalar que el origen de la bandera de Zamora reside en el héroe más venerado en la ciudad: Viriato, el gran líder lusitano que plantó cara al imperio romano en Hispania a mediados del siglo II antes de Cristo.
Un guerrero, al conocían como el Terror de Roma, que hizo frente a los romanos en las Guerras Lusitanas, que abarcaban la actual Portugal, pero también Extremadura y Salamanca, y que, según cuenta su leyenda, se unió siendo pastor a la resistencia para finalmente liderarla contra los romanos, ideando para ello una guerra de guerrillas, con ataques sorpresa y aprovechando el conocimiento de los terrenos para causar numerosas bajas en el ejército romano.
Victorias que consiguió al menos en ocho ocasiones contra pretores y cónsules romanos, de ahí los ocho desgarrones de la bandera, para desesperación del pretor Galba, el líder romano que despertó a la bestia tras su traición al pueblo lusitano, cuando hizo reunir a más de nueve mil de ellos con el pretexto de llegar a un acuerdo de paz y reparto de tierras con ellos, para después quitarles las armas y matarles.
Y en honor a esas ocho victorias de Viriato frente al Imperio romano se formó la bandera de Zamora. La leyenda cuenta que, cada vez que el pastor ganaba una de esas batallas, el cónsul que iba al frente de la tropa romana vencida le entregaba su vexilla, el estandarte que identificaba a las legiones y las cohortes romanas, como mandaba su tradición.
Tras ello, y como señala de victoria, Viriato procedía a arrancar un jirón de la tela para colocarlo en su lanza.
Cientos de años después. se completó la Seña Bermeja de la mano de Fernando el Católico en marzo de 1476 tras ganar la Batalla de Toro a las tropas del Rey Alfonso V de Portugal y del príncipe Juan de Portugal dentro de la guerra de Sucesión Castellana.
Tras la contienda, el Rey Católico se interesó por la enseña zamorana y su curiosa forma, y al conocer su historia se quitó una banda verde esmeralda que portaba sobre sus hombros que añadió a la Seña Bermeja en agradecimiento y reconocimiento a los zamoranos por el auxilio prestado en la guerra.
Actualmente, este estandarte es la bandera oficial de la ciudad de Zamora, pero no de la Diputación Provincial no tiene bandera propia.
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