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Turismo

Las portentosas atalayas islámicas que sorprenden en Soria

La provincia se encuentra plagada de castillos y recintos amurallados centenarios

Atalaya de Caracena Jcyl

Nuestros pasos vuelven de nuevo a la provincia soriana. Un tierra que sufre año tras año los efectos devastadores de la despoblación pero que tiene auténticos tesoros tanto naturales como patrimoniales. Y todo ello unido a una rica e ingente historia. Una tierra de conquistas, reconquistas, llena de pobladores y donde la huella de la historia sigue viva. Desde sus iglesias románicas, hasta sus castillos medievales y murallas, palacios episcopales, arcos romanos únicos y también de atalayas islámicas, que algunas a día de hoy han llegado hasta nuestros días, aunque restauradas la mayor parte de ellas.

Hay que remontarse hasta el año 711 cuando las tropas árabes llegan a la Península y en tan solo cinco años se hacen con una buena porción de territorio. Varios siglos de expansión y de conquista y que dio lugar a numerosas construcciones que a día de hoy perduran y que son un atractivo para los turistas, ejemplo de ellos son la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba. Pero en su expansión por tierras españolas llegaron más al Norte y convirtieron al río Duero en una auténtica frontera para los intereses árabes, estableciendo al sur de la provincia soriana un poderosos dispositivo militar compuesto por varias fortalezas. Entre ellas, una serie de torres, denominadas atalayas, con el fin de vigilar las rutas de comunicación.

Unas atalayas que se levantaron con gruesos muros de sillarejo de caliza, de planta circular y de forma cilíndrica, con reducidas dimensiones y con una altura de unos diez metros. Y eran fundamentales para comunicación visual entre la capital, situada en aquella época en Medinaceli. y la gran fortaleza califal de Gormaz.

En su interior, constaba de un piso inferior que servía de almacén y desde la terraza se servía para comunicarse entre ellos. Existen alrededor de una treintena de atalayas en la provincia soriana en los valles de los ríos Bordecorex y Torete y aquí nos sumergimos en algunas de las más destacadas.

Atalaya de VeruelaJcyl

Arrancamos con la atalaya islámica de La Veruela, situada entre Caltojar y Bordecorex. Cerca se encuentra Torre Tiñón, en Rello, caracterizada por un alzado troncocónico que la diferencia del resto de las atalayas por su escaso diámetro, al no superar los 1,4 metros y se encuentra dividida en tres pisos.

Nuestro periplo nos lleva a La Riba de Escalote donde se encuentra Torre Melero, levantada entre los siglos IX y X, con la singularidad de contar con la presencia de almenas. Conserva en la actualidad unos doce metros e altura y los muros tienen aproximadamente un metro de grosor.

Atalaya de Riba de EscaloteJcyl

En El Burgo de Osma existen tres atalayas pero solo es visitable una, la ubicada en la zona más alta del cerro. Una torre circular y con una alzada de más de 11 metros y que fue edificada sobre los restos de una vivienda romana. Seguimos hasta Quintanilla Tres Barrios, donde se ubica la Torre de San Esteban, con una altura de nueve metros y edificada con sillarejo de piedra caliza abierto y unos 2,5 metros para permitir el acceso al piso principal.

Y nuestra última parada nos lleva a Caracena, una torre en buenas condiciones que controlaba todo el valle y que tennía contacto visual con el castillo y muy p`robablemente con la atalaya de Navapalos