¿Son los manchegos 'más feos' o es que no sabemos apreciar su belleza?
No existe una manera 'objetiva' de medir el nivel de atractivo, pero parece que la gente de Castilla-La Mancha no gusta tanto fuera de la región
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Rilke, el poeta bohemio, defendía que lo bello siempre estaba siempre ligado con el horror. En ‘Elegías a Duíno’, aseguraba el genio de la pluma que:
Pues la belleza no es nada
sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces
de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente
desdeña destrozarnos.
Tal vez este austrohúngaro fuese algo exagerado ya que, aunque sí hay ciertas veces en que una persona demasiado guapo nos causa algo de repulso, por lo general casi todo el mundo se siente atraído naturalmente a la belleza de los demás.
No hay una forma real y efectiva de medir, de cuantificar objetivamente el grado de belleza de una persona. Obviamente que existen atributos que la mayoría de la sociedad comparte como atractivos, ligados sobre todo a una conciencia de lo que es un cuerpo sano.
Curiosamente, la simetría, que se suele mencionar mucho cuando se habla del rostro de alguien guapo, puede ser un arma de doble filo. Por lo general, cuanto más simétrica sea la cara de una persona, más bella nos parece. Pero existe un punto en el que, pasada cierta línea, un rostro ‘demasiado’ simétrico provoca una sensación de inquietud.
El escritor Francisco Umbral, que siempre presumía y se las daba de ser un mujeriego, dio con una de las claves para que una persona parezca ‘guapa’, lo que él llamaba “una mancha”. Es decir, un supuesto ‘defecto’: una verruga, una cicatriz, un lunar ostentoso… Se trata una vez más de la ruptura de la armonía que le da ese toque ‘personal’ sin el que un hombre o mujer puede ser demasiado bello.
Existe un concurso con varias décadas de antigüedad que trata de escoger a una única persona (hombre o mujer) como la más ‘guapa’ de cada país y después hacerla competir con otras naciones por el título mundial. Curiosamente, el certamen para hombres lleva celebrándose solo desde 2008, pero desde que comenzó a ganado muchos seguidores.
Hablamos de ‘Miss y Míster Universo España’. El concurso femenino de este año se celebrará en la Arena de la Ciudad de México, mañana sábado 16 de noviembre. Competirán 130 mujeres de diferentes nacionalidades, y la representante española será Michelle Jiménez, una barcelonesa de origen dominicano que ha dado mucho de qué hablar en los últimos días.
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Salga quien salga ganadora, lo cierto es que Castilla-La Mancha, otro año más, se ha quedado fuera de poder ser la Comunidad Autónoma que represente a España internacionalmente, tanto en la categoría de hombres como en la de mujeres. Y es que es una de las regiones que menos veces a ganado el concurso.
Tan solo un hombre manchego ha logrado alzarse con el puesto de ‘Míster España’ en la historia del certamen, pero lo hizo de manera consecutiva en 2011 y 2012. Se trata de Diego Otero, quien comparte el privilegio de haber sido campeón por partida doble con el presentador televisivo Jorge Fernández.
En cuanto a las mujeres, a pesar de los muchos años en los que lleva celebrándose el concurso, no fue hasta 2006 que lo ganó una manchega, Inmaculada Torres. Después, la región repitió podio en 2016 y 2017, con Noelia Freire y Sofía del Prado, respectivamente.
A pesar de ser una de las regiones de España que abarca más territorio, lo cierto es que Castilla-La Mancha tiene una densidad de población más baja que otras zonas del país (supone alrededor del 4% del total nacional). Esto, sumado a que es una de las Autonomías más envejecidas (con una edad media de 43,7 años, a datos de 2024), crea muchas menos oportunidades.
Por lo tanto, no es que los manchegos y manchegas sean ‘más feos’, sino que simplemente se presentan ‘menos guapos’, porque no tienen tanta población y la competencia dentro de la propia región es mucho menor que en otros lugares de España. Igualmente, la belleza es un rasgo subjetivo, y ni mucho menos el más relevante en una persona.