Hay gente amante del mar y gente amante de la montaña, pero también hay mucha otra que no sabría por cuál de las dos decantarse. Es por eso que encontrar una ruta sencilla que transita por un monte y termina en un maravillo mirador con vistas al mar es todo un lujo. Pues ese lugar existe y está en Asturias.

Esta ruta es una de las más transitadas de Asturias porque es accesible, sus vistas son una maravilla y en días despejados las imágenes que se ven quedan guardadas para siempre en las retinas de lo que la hicieron. El camino pasa por pastizales en plena montaña, donde se puede ver vacas, ovejas y cabras. Y a la vez que se pisa la montaña, al otro lado está todo el esplendor de la costa cantábrica que parece que se puede tocar con la mano. ¿Qué montañas se pueden ver? las de Arriondas, Cangas de Onís y también los Picos de Europa.

Las cumbres de roca caliza son impresionantes durante todo el trayecto que sale desde el Mirador del Fitu hasta el Picu Pienzu. El camino discurre por la Sierra del Sueve, en la zona centro-oriental de Asturias cuyo mayor encanto es que se encuentra muy, muy cerca de la costa. Se camina a más de mil metros de altura hasta llegar al Picu Pienzu a 1.161 metros sobre el nivel del mar y considerado uno de los mejores balcones naturales de Asturias.

La ruta es de dificultad media, pero si estás acostumbrado a practicar senderismo la harás con facilidad. Dicen los viajeros que es sin duda una de las más bonitas del Principado, y aunque hay bastantes zonas de desnivel no hay dificultades técnicas, solo tener cuidado para pisar bien y evitar accidentes. De hecho es una ruta que también se puede hacer con niños.

Lo ideal es dejar el coche aparcado en el Mirador del Fitu, para recorrer los doce kilómetros que hay entre la ida y la vuelta. Se tarda entre cuatro horas y media a cinco en hacerla completa y el desnivel que hay que salvar es de 550 metros, tanto de subida como de bajada.

Ya el mirador de El Fitu, que es el punto de partida de la ruta, es una maravilla. Un plataforma construida en hormigón en Colunga, en la carretera AS-260, que comunica Arriondas y Colunga.

Subir por sus escaleras y disfrutar de sus vistas es una auténtica maravilla: mar, montañas, valles, niebla, pueblos y animales. Este mirador se eleva a 597 metros de altitud y en otoño es una estación perfecta para visitarla. Desde allí arriba, además de ver los Picos de Europa, la Reserva Natural del Sueve y parte del Parque Natural de Ponga, se pueden ver un buen puñado de localidades de la costa: Ribadella, Caravia. Villaviciosa e incluso Gijón.