El abogado de Suu Kyi rechaza la acusación de soborno contra la líder birmana

(EFE). El abogado de la depuesta líder de Birmania, Aung San Suu Kyi, ha rechazado la acusación de corrupción formulada el jueves contra ella por los militares que tomaron el poder el 1 de febrero mediante un golpe de Estado.

Un portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, denunció que Suu Kyi había recibido pagos ilegales por valor de 600.000 dólares y cantidades de oro, una nueva acusación contra la exdirigente que se encuentra bajo arresto domiciliario desde el levantamiento del Ejército.

El letrado Khin Maung Zaw, uno de los representantes legales de Suu Kyi, calificó de “broma hilarante” la denuncia.

“En mis cincuenta años de experiencia como activista político y analista, nunca me había encontrado con un vilipendio tan ilógico (...) Ella tiene defectos, pero el soborno y la corrupción no son parte de ellos. (Suu Kyi) es un raro ejemplo de sacrificio y desinterés”, dijo el abogado a través de las redes sociales.

La junta acusa a la Nobel de la Paz de haber recibido el dinero y el oro durante su mandato de manos de Phyo Min Thein, jefe de la región de Rangún.

Se trata de la acusación más grave contra Suu Kyi, de 75 años, que puede enfrentarse a penas de cárcel si fructifican este y otros cargos presentados contra ella desde su detención el 1 de febrero, como la importación ilegal de un dispositivo de comunicación, vulnerar las leyes contra la covid-19, o publicar mensajes “que inciten al miedo o a la alarma”

La nueva acusación coincidió el jueves con una de las jornadas más sangrientas de la represión de las fuerzas de seguridad en las protestas contra el golpe, en la que murieron al menos 10 personas.

Más de 70 personas han perdido la vida vícrimas de la brutal represión de las manifestaciones pacíficas que desde hace semanas invaden las calles de todo el país y al menos 2.045 han sido detenidas, de ellas 319 ya en libertad, desde el levantamiento militar.

Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.