Una menor atropellada por un tranvía cerca de su colegio: la consejería de educación toma cartas

El trágico accidente ocurrido este martes en Zaragoza, en el que una niña de 12 años perdió la vida tras ser atropellada por un tranvía cerca de la parada de La Romareda, ha encendido las alarmas sobre la seguridad vial en zonas escolares. La menor, estudiante del instituto Miguel Catalán, fue arrollada frente al hospital Miguel Servet, un lugar donde confluyen varios centros educativos, lo que genera un intenso tránsito de estudiantes en ciertos horarios.

La consejera de Educación, Tomasa Hernández, ha señalado este miércoles que se están investigando las circunstancias exactas del suceso. "Todavía no se sabe exactamente qué pasó", ha declarado antes de la reunión del Observatorio Aragonés por la Convivencia y contra el Acoso Escolar. Según Hernández, una vez que se conozca la mecánica del accidente, se analizará si la coincidencia en los horarios de salida de los centros escolares de la zona podría suponer un factor de riesgo.

Un área escolar de alta densidad

El lugar donde ocurrió el accidente, cercano al estadio de La Romareda, alberga varios colegios e institutos, como el instituto Miguel Catalán, el colegio del Salvador (Jesuitas), el colegio Romareda Agustinos Recoletos y centros de Infantil y Primaria como Doctor Azúa, César Augusto, Margarita Salas y Cesáreo Alierta. La confluencia de tantos centros educativos genera un elevado número de estudiantes transitando por la zona, especialmente en los horarios de entrada y salida.

Hernández ha reconocido que, aunque en esa área coinciden numerosos estudiantes en los mismos horarios, todavía no está claro si esta concurrencia pudo ser un factor determinante en el accidente. "Cuando sepamos cuál ha sido la mecánica del accidente, podremos analizar si influye en algo que haya coincidencia en el horario de salida de los centros que se ubican en ese espacio", ha declarado.

En este sentido, algunos padres de estudiantes ya han expresado su preocupación por la falta de supervisión en las horas de mayor afluencia. Proponen desde el establecimiento de pasos peatonales más visibles hasta la presencia de agentes de tráfico para regular el paso de estudiantes, además de medidas específicas para evitar riesgos asociados al paso del tranvía.