Salud Pública

Andalucía trabaja en un nuevo protocolo contra el virus del Nilo de la mano de los arroceros

Salud Pública ya se ha reunido con el sector y con la Consejería de Agricultura para consensuar medidas que mitiguen la proliferación de mosquitos en estos entornos

Un dron interviene en la campaña para el tratamiento contra los mosquitos que propagan el Virus del Nilo sobre un arrozal
Un dron interviene en la campaña para el tratamiento contra los mosquitos que propagan el Virus del Nilo sobre un arrozal EP

La Junta de Andalucía ha dado por finalizada la temporada de vigilancia del virus del Nilo Occidental (VNO) tras constatar que durante tres semanas consecutivas no se han detectado mosquitos transmisores en los trampeos. Se cierra así una temporada, «muy difícil», en palabras del director general de Salud Pública, Jorge del Diego, con un balance de 10 fallecidos y más de 100 casos positivos, el peor desde que empezó a circular el VNO en España.

Cuando se le pregunta al responsable de Salud Pública de la Junta la razón de este repunte, teniendo en cuenta que 2022 y 2023 apenas se notificaron 4 y 14 casos respectivamente, apunta varias razones. Por un lado, dice, «hemos hecho un gran esfuerzo a nivel de vigilancia animal y medioambiental, y en muchas áreas donde no se había vigilado previamente, para tener un conocimiento mucho mayor y más ajustado de la carga de la enfermedad». Esto ha provocado, según del Diego, que «se hayan detectado más casos y muchos con sintomatología inespecífica, y se ha hecho un gran esfuerzo para detectar si se trataba o no del virus del Nilo». En años anteriores, reconoce, algunas infecciones pasaron como meningitis de origen desconocido.

Se han detectado más casos porque se ha hecho más vigilancia, pero desde Salud Pública también apuntan un segundo motivo: ha habido máyor transmisión de la enfermedad debido a unas condiciones climatológicas favorables en invierno y primavera. «Se creó un caldo de cultivo perfecto», apunta del Diego. «El invierno ha sido muy suave y eso implicó que más hembras sobrevivieran y pudieran poner huevos, lo que se ha traducido en mayores poblaciones». A las temperaturas suaves del invierno se sumaron después las lluvias de abril y el incremento de las temperaturas, provocando balsas de agua, «los reservorios perfectos para que se desarrollen las larvas».

El tercer motivo que explicaría el repunte es la enorme cosecha en los arrozales. Este año, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) permitió el llenado del 75% de las balsas de arroz, lo que, según el director de Salud Pública, «provocó la explosión del vector, porque son hábitats ideales para los mosquitos». Para trasladar una idea de cuánto ha crecido la densidad de mosquitos basta un solo dato: el año pasado se capturaron 55.000 mosquitos de especies transmisoras del virus del Nilo y este más de 110.0000.

De cara a la próxima temporada, Salud Pública ya trabaja para implementar nuevas medidas en el protocolo de vigilancia y seguimiento. En este sentido, del Diego anuncia que se han reunido con la Consejería de Agricultura para introducir cambios en el entorno de los arrozales, que «anunciaremos próximamente». Desde Salud Pública insisten en que «el virus del Nilo no es una plaga de la planta del arroz, pero sí favorece su proliferación». Por ello, se van a implementar medidas en estos entornos «que ya se ejecutaron en años anteriores cuando el llenado de arrozales fue menor y ahora que intuimos que, con las lluvias, algunos no se vacían, es preciso trabajar en ello». En este punto, del Diego aclara que ya se han reunido con la Federación de Arroceros de Sevilla y que las medidas que se anuncien «serán consensuadas».

Desde Salud Pública piden, además, colaboración a las instituciones locales y supramunicipales para la lucha contra esta enfermedad zoonótica. Más teniendo en cuenta la polémica suscitada con la decisión de la Diputación de Sevilla (PSOE) de recurrir judicialmente el Programa de Vigilancia y Control del Virus del Nilo de la Junta, al considerar que las responsabilidades en esta materia debían recaer en el Gobierno autonómico y no en los ayuntamientos. «Cuando se producen cruces de acusaciones en problemas de Salud Pública hay una merma de confianza en los ciudadanos y esto es lo último que puede ocurrir», afirma del Diego y recuerda que «cada una de las administraciones tenemos que jugar un papel dentro del marco que la normativa nos ofrece». No obstante, «ya estamos hablando con las Diputaciones para abordar la temporada que viene» porque «cuando trabajamos en una relación de confianza los resultados se notan».

"No podemos predecir cómo será el 2025"

Respecto a las previsiones para el año que viene, el director de Salud Pública de la Junta, Jorge del Diego, explica que «se trabaja con tendencias y probabilidades», pero que hay que tener en cuenta que los brotes del Virus del Nilo hasta ahora han sido «completamente irregulares», por lo que es «impredecible». «Nuestro trabajo es de preparación, para minimizar la exposición de la población a este y otros virus transmitidos por mosquitos, como si fuera a llegar una temporada como la que hemos sufrido este verano», concluye del Diego.

Respecto a la llegada de una posible vacuna contra este virus, el director del Salud Pública lamenta que, al menos a corto plazo, no estará disponible ninguna. No obstante, añade, que siguen muy de cerca la evolución de proyectos como el que está desaroolando el científico del IrsiCaixa, Jorge Carrillo.

El proyecto que dirige Carrillo en el IrsiCaixa engloba dos patas: el desarrollo de una vacuna preventiva y de un tratamiento. No obstante, según el investigador, son varios los hándicaps.

Por un lado, explica, «el VNO es un virus con gran cantidad de linajes, aunque los que afectan a humanos son, principalmente, el 1 y el 2 ». El otro, es la reactividad cruzada de los flavivirus, familia a la que pertenecen el VNO, el Zika y el dengue, entre otros. Pero, quizá, el motivo más importante en el retraso de una vacuna es que «no se le ha dado prioridad». Pero, debido a la propagación de virus transmitidos por mosquitos, la UE ha financiado con 5,7 millones este proyecto.