"El bloc"
¡Disidente!
“Podría decirse que la militancia al completo de cada una de estas formaciones «cabe en un taxi»”
En una de las escenas más desternillantes de «La vida de Brian», la resistencia a la ocupación romana se reúne en el anfiteatro para constatar que no suman más de una docena de efectivos divididos en varios grupúsculos irreconciliables. El Frente Popular de Judea es enemigo jurado del Frente Judaico Popular y ninguno de los dos soporta al Frente del Pueblo Judío, ni tampoco al único miembro de la Unión Popular Judaica que contempla en solitario el espectáculo, sin molestar a nadie, y al que espetan «¡disidente!» en cuanto lo localizan. Algo parecido le ocurre al margen izquierdo del PSOE en las venideras elecciones autonómicas, a las que concurrirán dos listas tras una negociación de infarto. Teresa Rodríguez peleará tan sola como el vituperado resistente de la UPJ para no caer al abismo extraparlamentario. Ella, que es el partido como el Rey Sol era el Estado, el alcalde Kichi y su jarca anticapitalista podrían arañar un escaño por Cádiz, tal vez, pero restarán sufragios en las otras siete circunscripciones porque el tinte nacionalista, entre anacoide y batasuno, que le han dado a su formación espantará a cualquier votante medianamente alfabetizado. Y el viernes por la noche, entre efluvios feriales, la sopa de letras IU, Podemos, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde conformaron la plataforma Por Andalucía, una de esas coaliciones tan caras a la zurdera que contendrá más partidos que personas. Rescatando la vieja maldad de Alfonso Guerra, podría decirse que la militancia al completo de cada una de estas formaciones «cabe en un taxi». Como pintan bastos ante el volantazo a la derecha de un electorado harto de tonterías, cada cual busca al menos salvar el puñado de sueldos que depende de cada escaño.
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