Tiene que traducir en ocasiones mundos ajenos con mirada propia para hablar además en nombre de muchos. José Antonio Nieto (Guadalcázar, 1970), licenciado en Derecho, marca ahora la posición de los populares en el Parlamento autonómico.
–¿Aguantará la legislatura hasta el final? Desde Vox repiten que Cs no es de fiar...
–La legislatura va a terminar y sí creo que Cs es de fiar. Hay una ventaja de Andalucía con respecto a otras comunidades y es que tenemos al grupo parlamentario de Cs más comprometido y leal que conozco. Soy el presidente de la comisión de portavoces del PP, tengo información muy directa de lo que pasa en cada parlamento autonómico, sé cómo actúa Cs en ellos y que ha habido tensiones en muchos sitios donde tenemos coaliciones de gobierno no siempre estables, lo más evidente es Madrid; y sé cómo han actuado donde somos oposición y tampoco ha estado clara su relación con el PP. Pero en Andalucía siempre hemos sabido dónde está Cs y ha habido una comunicación permanente. Eso me da mucha tranquilidad porque da estabilidad. En cuanto hubo rumores en Murcia, Madrid o Castilla y León, se hizo una rueda de prensa del presidente, Juanma Moreno, y del vicepresidente, Juan Marín, y el asunto quedó claro.
–¿Y Vox es de fiar?
–Hasta ahora, y confío en que siga siendo así, ha sido un socio con voluntad constructiva. Hemos podido cerrar tres Presupuestos con ellos, sacado adelante proyectos legislativos y decretos, más de 20 en 2020 por razones de la covid, y vamos por tres en 2021; y hay que valorar eso. Es de bien nacido ser agradecido y en el PP lo somos. Tengo que agradecer a Vox y a Cs el compromiso que han tenido y la solidez que le han dado al Gobierno de Juanma Moreno. No hay ninguna razón para que eso cambie y lo que esté pasando en Murcia, Madrid o en otros lugares, no tiene por qué afectar a Andalucía. Confío en que tengamos una legislatura de cuatro años que nos permita superar definitivamente la crisis sanitaria y poner los cimientos de la salida de la económica y de empleo que está siendo muy dura.
–Volverán a citar a Susana Díaz y a María Jesús Montero en la comisión de la Faffe, ¿cuándo sería? ¿Algún otro nombre de especial relevancia que no haya trascendido?
–La semana que viene hay una reunión de la mesa de la comisión y se verá. Desgraciadamente muchas personas citadas con vinculaciones claras al PSOE han pretendido tomarle el pelo a la comisión, al Parlamento y, por tanto, al conjunto de los andaluces. Si todo el mundo hubiera declarado, la comisión tendría ya que empezar a elaborar el dictamen, pero como apenas un tercio de los citados ha comparecido y testificado, lo que no ocurre en ningún otro Parlamento de ningún país del mundo, pues no es así. Es inaudito y para que se lo hagan mirar en el PSOE. Qué diría la prensa, el propio PSOE o Podemos si en la comisión de la «Kitchen» o en la de financiación del PP, que fue dirigida políticamente, sólo un tercio de los citados hubiese comparecido y declarado. Diríamos que es un escándalo y una vergüenza para la política.
–Ha mencionado la llamada «Operación Kichen», el PSOE-A pidió su dimisión por conocerla, ¿le preocupa algo de ese asunto?
–Creían que había una grabación mía, cuando eran unas imágenes de La Sexta, con un formato como si fuera un mensaje de voz, leyendo un informe policial y un mensaje de WhatsApp que no tiene nada que ver con la «Kitchen» ni con ninguna actuación ni siquiera irregular, no digo ya delictiva. De hecho, ningún juzgado ni ningún tribunal me ha señalado. No temo absolutamente nada. El PSOE, sobre todo el andaluz, nos tiene acostumbrados a la ley del embudo, que es estrechísimo para los demás, pero anchísimo para ellos. Por tener una reunión con alguien que meses después ha tenido algo que ver en una operación delictiva se pide la dimisión y se hace un escarnio brutal, yo he sufrido eso; y aquí tenemos a quienes han compartido Consejo de Gobierno con Chaves, Griñán, o Antonio Fernández, condenados por malversar más de 600 millones, y siguen diciendo que son personas honorables. Es la doble cara y vara de medir de la izquierda. El PSOE-A no ha pedido perdón por quitarle a los más desgraciados de los andaluces, los que no tienen un puesto de trabajo, millones que deberían haber servido para buscarles una salida profesional o por haber institucionalizado prácticas mafiosas, como queda reflejado en la sentencia. Nadie asume responsabilidades ni se han cambiado de sede, el PSOE sigue en San Vicente y no tiene ningún problema.
–Entiendo que no cree que Javier Arenas deba dimitir de senador...
–Me parece lamentable que a una persona que no está imputada, ha sido citada como testigo y llamada en varias comisiones de investigación sin que nunca haya dejado de asistir ni de transmitir su opinión, se le pida la dimisión. Y después de haber sido elegido, con los votos del PSOE, PP, Cs y algunos de Adelante, hace apenas dos años. Los mismos que lo votaron, sin nada nuevo, ni un sólo dato que haga que cambie la situación, piden que dimita o se le cese, cuando no se le puede cesar. Responde a una política esquizofrénica, tremendamente viciada por el oportunismo, que se ha contaminado del populismo y que tenemos que superar ya para volver a la coherencia y a una política útil para la sociedad, no para los que gritan, sino para los que necesitan soluciones. Hemos estado centrados en una minoría que permanentemente está con la pancarta defendiendo intereses muy particulares y no del conjunto.
–Ha augurado que el «Sánchez team» desalojará a Díaz, ¿preferiría que resistiera o que no?
–Al PP no le ha ido mal con Susana Díaz al frente del PSOE-A, pero no me gusta la política que se mete en cuestiones internas de otros partidos. Antes había unas pautas de elegancia que se respetaban y consistían en entender que los procesos internos de cada formación debían resolverse en ese ámbito. Hemos sufrido mucha injerencia desde la izquierda en los nuestros y, a veces, uno tiene la tentación de responder de la misma forma, pero es mejor respetar. Para el conjunto de Andalucía, el PP y el Gobierno de Moreno, es muy importante un PSOE sensato y que sea capaz de construir soluciones desde su punto de vista para los andaluces. Ahora tenemos un PSOE instalado en las «fake news», que no deja que la verdad le estropee un tuit y que hace política de tierra quemada, porque no quiere que nada se solucione al estar en el ‘cuanto peor mejor’. Espero que pronto reorienten su estrategia y su liderazgo y empiecen a construir alternativa.
–Quedan cuatro congresos provinciales del PP-A por celebrarse, visto lo visto en Sevilla, ¿habrá unidad o más pulso entre las direcciones regional y estatal?
–Hasta ahora se han celebrado cuatro, tres de ellos de absoluta unidad que han evidenciado que el partido está fuerte y que hay un proyecto sólido, con mucho vigor, para sacar adelante a Andalucía y seguir apoyando al Gobierno. El PP de Sevilla viene arrastrando algunos problemas como esa división interna que ojalá pronto dejemos atrás, pero es un hecho aislado que se sale de la norma que hemos visto en los otros tres y de la que veremos en los de Almería, Cádiz, Huelva o Jaén. El PP, al contrario que el PSOE, sí ha hecho bien su proceso de renovación tras la salida de Rajoy del Gobierno en la primera moción de censura que prospera en España, y luego del partido. Hay que agradecerle el gesto de que asumiera la responsabilidad en primera persona, abandonara la política y se abriera un escenario nuevo en el que estrenamos estatutos, primarias y congresos con reglas radicalmente diferentes. Era la nueva política la que reclamaba ética y huir de los liderazgos caudillistas y ahora siguen utilizando el rodillo. El PSOE, y sobre todo el PP, hicimos un ejercicio muy potente de democracia interna. Se está remontando gracias al trabajo de Pablo Casado y de Moreno. Hay que entender que el día que se cierra un congreso, lo que han decidido los militantes es sagrado y hay que ponerse manos a la obra. Sevilla es más una excepción que la norma.
–¿Qué piensa de la insistente invitación de Teodoro García Egea a dirigentes y militantes de Cs a que se pasen al PP?
–El PP tiene que construir una alternativa de centro derecha, reformista, moderna, que dé esperanza a quien no opina igual que el “sanchismo”, Podemos, Bildu, ERC... Una alternativa al “Gobierno Frankenstein”. ¿Cómo? Se intentó articulando una alianza de partidos que pudiera generar una nueva mayoría con España Suma, pero no pudimos llegar a un acuerdo con Cs y Vox. Si no se crea por arriba, hay que crearla por abajo. A mucha gente le sorprende que Egea le diga a los militantes y a los dirigentes de Cs que si su proyecto no es sólido y no se mantiene, aquí tienen su casa. Me gustaría que en Cs o en Vox pensasen cuántos militantes y dirigentes del PP han ido en sus listas, la inmensa mayoría. Ahora se pone el dedo en que Toni Cantó va en la lista de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, pero es que Ángel Garrido, que era el presidente de la Comunidad de Madrid cuando se convocaron las últimas elecciones autonómicas, dejó el PP y se fue con Cs el mismo día. ¿Y eso no era grave? El PP lo aceptó y ya está. Hemos tenido a muchos que en algún momento determinado decidieron irse. Afortunadamente están volviendo, aunque todavía tenemos una etapa que superar.
–¿Hay diferencias entre el modelo de gestión de la pandemia de Andalucía y el de Ayuso en Madrid?
–Hay un gran acierto de Moreno y de Ayuso que es adaptar el trabajo de lucha contra la pandemia al territorio en el que gobiernan. Ayuso lo ha hecho bien en una comunidad uniprovincial donde se concentra una población de casi siete millones de personas y con menos del territorio de la provincia de Córdoba, que es la mía; y Moreno ha hecho la gestión adecuada para otra que tiene el territorio y casi la población de Portugal, ocho millones y medio de habitantes. No son comparables. Si Moreno hubiese hecho la gestión de Ayuso hubiese sido un fracaso, y al revés, porque no son las mismas realidades.
–¿Se llegará al verano con el 70% de la población vacunada?
–Si nos llegan vacunas. Tenemos capacidad para inocular más de 500.000 semanales, se ha hecho una labor de formación de más de 15.000 personas para poder estar en condiciones de abordarlo, tenemos a todos los centros sanitarios con capacidad para ponerlas y además en cada gran núcleo de población hay un espacio en el que, si tenemos vacunas suficientes, poder suministrarlas de forma masiva. Ahora si no llegan, es imposible. Sí parece que para el mes de julio vamos a tener a toda la población de riesgo vacunada, mayores de 65 años, profesionales con más exposición al virus, personas con enfermedades que pueden tener una resistencia menor... Eso nos va a dar mucha tranquilidad porque a partir de ese momento, quien se contagie tendrá una evolución clínica más favorable. Cuatro de cada cinco fallecidos tenía más de 65 años o sufría una patología que lo hacía vulnerable, reducir en un 80% ese riesgo de muerte o de una evolución grave de la enfermedad va a ser muy importante. A partir del verano empezaremos a ver esa nueva normalidad de verdad, no como nos decía el presidente del Gobierno -Pedro Sánchez- hace un año.