Vista del cuadro de la Inmaculada de Murillo que se puede ver en la iglesia de San Vicente Mártir de Sevilla

La primera Inmaculada de Murillo, pintada en torno a 1645, sale a la luz

Se conserva en la iglesia de San Vicente Mártir de Sevilla

Una investigación realizada por la empresa sevillana Gestionarte, con Benjamín Domínguez como conservador-restaurador, ha sacado a la luz una pintura de Bartolomé Esteban Murillo que se considera su primera Inmaculada, que se conserva en la iglesia de San Vicente Mártir de Sevilla y fue pintada en torno a 1645.

La pintura ha salido a la luz al culminar un proceso iniciado en 2011, según ha indicado Domínguez a Efe, que ha concretado que el entonces párroco, Pedro Arenal, le encargó una labor que retomó su sucesor, Marcelino Manzano, que encontró la financiación, y con la llegada del actual sacerdote, Carlos Coloma, se inició el trabajo propiamente dicho.

La Inmaculada de Murillo que se puede ver en la iglesia de San Vicente Mártir de Sevilla
La Inmaculada de Murillo que se puede ver en la iglesia de San Vicente Mártir de SevillaFermín CabanillasAgencia EFE
El conservador-restaurador Benjamín Domínguez muestra a Efe algunos de los bocetos con los que ha trabajado para restaurar la Inmaculada de Murillo que se puede ver en la iglesia de San Vicente Mártir de Sevilla, que, pintada en torno a 1645, ha resultado ser la primera de la serie dedicada a esta figura religiosa realizada por el pintor sevillano. EFE/Fermín Cabanillas
El conservador-restaurador Benjamín Domínguez muestra a Efe algunos de los bocetos con los que ha trabajado para restaurar la Inmaculada de Murillo que se puede ver en la iglesia de San Vicente Mártir de Sevilla, que, pintada en torno a 1645, ha resultado ser la primera de la serie dedicada a esta figura religiosa realizada por el pintor sevillano. EFE/Fermín CabanillasFermín CabanillasAgencia EFE

“A partir de setiembre de 2019 iniciamos una intervención, con la dificultad propia de ser una pintura sobre lienzo que estaba muy deteriorada, aunque no dañada desde el punto de vista del soporte, con lo que fue una labor muy complicada”, ha explicado Domínguez.

Así, el trabajo siguió adelante, y “cuando se hace el primer informe, se ve que es pintura de una alta calidad, pero los barnices impedían ver la calidad de la obra”, con “la complicación de que, además, no existe documentación histórica en la parroquia sobre su origen”.

Los expertos manejaron distintas hipótesis, como que fuese un encargo a la parroquia no registrado o una obra desamortizada de algún convento, pero aparte de definir su origen, el trabajo de restauración salió adelante, “y cuando empieza el proceso de limpieza se confirma la calidad de la técnica pictórica, la formula, y cada pincelada era un descubrimiento tras otro”.

Hasta ahora, la primera Inmaculada de la veintena que Murillo pintó era, cronológicamente, la realizada en 1652 que se puede ver en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, y la última en 1680-1681, y se puede ver en el Oratorio San Felipe Neri de Cádiz

Todo el trabajo de investigación ha sido desarrollado por los expertos Antonio Romero e Ignacio Cano, y se encuentra publicado en la revista especializada ‘Ars Magazine’.

El estudio realizado ha llegado a la conclusión de que Murillo pintó la obra en torno a 1645, y se concluye que se trata de la primera del pintor sevillano de esta figura religiosa.

Hasta ahora, la primera Inmaculada de la veintena que Murillo pintó era, cronológicamente, la realizada en 1652 que se puede ver en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, y la última en 1680-1681, y se puede ver en el Oratorio San Felipe Neri de Cádiz.