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El gadget del sábado: Roborock Saros 10, un espejo en el que otros deben mirarse
Es, sin duda, la próxima generación de robots aspiradores. No solo por las prestaciones estrictamente de limpieza, sino por batería, conectividad y facilidad de uso

Cien años atrás, una de las fantasías de los futuristas era que viajaríamos en coches voladores. Pese a que estrictamente eso no se ha cumplido, sí nos desplazamos con aviones, que son autobuses voladores. Lo mismo sucedía con los robots que iban a hacer las tareas del hogar: se describían como androides que se desplazarían en ruedas y se ocuparían de la cocina, el orden y la higiene del hogar.
Afortunadamente en este último apartado hemos evolucionado favorablemente y contamos con robots aspiradores, que también friegan suelos y son casi invisibles e igualmente silenciosos. Algunos de ellos se pueden programar a distancia y determinar áreas específicas. Uno de estos es el Roborock Saros 10.
Claro sucesor del S8, este modelo es claramente un paso adelante. Ejemplos hay muchos y aun antes de ponerlo en marcha. Si las generaciones pasadas Roborock había confiado en el plástico blanco o negro moldeado con detalles de metal, ahora el S10 se basa, en su base y en su estación completa de carga, en el metal espejado. Esto le da una apariencia futurista y le suma una ventaja: no es tan alto como otros similares y eso hace que sea mucho más sencillo ubicarlo en cualquier rincón.
Al levantar la parte superior de la estación se encuentra el tanque de agua sucia y limpia, cada uno con una capacidad de unos cuatro litros de agua. Un panel en la parte delantera de la base se abre para revelar la bolsa de la aspiradora y la base dedicada para una solución de limpieza. Aún mejor, se trata simplemente de un contenedor, no hay que comprar cartuchos específicos de la marca; puedes usar la solución que quieras, aunque obviamente Roborock aconseja que uses la suya. El problema con esto es que no es fácil encontrarla en la tienda web de la marca. Nosotros no pudimos. La sugerencia es usar una solución que no produzca mucha espuma.
El robot en sí es más delgado que las versiones anteriores de esta marca u otras. Si bien he levantado gran parte de mis muebles para facilitar la limpieza de los robots (o de mí mismo), el Saros 10 incluso se podía colar en mesas en las que apenas si cabía un puño. Pero no solo tiene esta capacidad, también es capaz de salvar escalones de hasta tres centímetros, como la barra de una escalera que tenemos en el sitio en el que la hemos probado.
De hecho, en nuestra casa, el salón separa dos estancias mediante escalones de 10 centímetros de altura, no muy altos, pero lo suficiente para que ningún robot los pueda salvar. Para ello construimos unas pequeñas rampas con una inclinación notable y el S10 las salvó sin problema.
La capacidad de lidiar con espacios reducidos y salvar obstáculos tiene que ver con su tecnología LiDAR, el sistema de mapeo de muchos robots. Solo que en este caso esta “cámara cartográfica” es retráctil y si el objeto al que se enfrenta es muy bajo, la cámara desciende y el trayecto lo hace basándose en el mapa que ha trazado previamente. En ese punto, el robot depende de cámaras, luces y un poco de inteligencia artificial.
El uso de la IA le permite detectar cambios en la configuración del mapa, ampliarlo, seleccionar zonas específicas y detectar si hubo algún “accidente doméstico”, como comida o bebida derramadas. Y actuar en consecuencia limpiando la zona con mayor ahínco.
Una buena noticia es que el Saros 10 sale de la caja armado. Solo hay que poner la mínima rampa para la estación de carga y enchufarlo. Descargar la aplicación y escanear el código QR también es cuestión de segundos. Y esto es fundamental para controlarlo a distancia. Algo que Roborock ha diseñado para que sea muy sencillo. Un detalle importante es que también, con autorización previa e identificación, podemos activarlo para hacer llamadas a través del S10. Más allá de la curiosidad, esto nos permite usarlo como seguro para saber si hay alguien en casa. O qué están haciendo nuestras mascotas, ya que podemos pedirle que acuda a una zona determinada y nos muestre qué hay allí.

Una vez activado, el Saros 10, tal vez debido a la potencia adicional de las cámaras y la IA, comienza a meter la nariz en cada rincón de la zona a limpiar. Este le permite crear el mapa, uno muy preciso en términos de medición del espacio, pero también estaba repleto de información que ninguna otra aplicación de robot había captado con tanto detalle.
En general hay que confesar que soy bastante escéptico del uso de la etiqueta de IA en muchos productos, termina siendo el “aloe vera tecnológico” de la actualidad, que aparece en todas partes. Sin embargo, en este caso, aquí sirve para que, a cada nueva misión, el S10 aprenda de la gestión de la limpieza en las zonas y se haga de forma más eficiente y rápida.
Por primera vez, cada mueble, cada alfombra y cada cable estaban dispuestos en la aplicación. No entiende que el obstáculo que encuentra es un purificador de aire, pero acertó con la forma del mismo en la aplicación. Esto es importante por dos razones: primero, tener puntos de referencia precisos en la habitación hace que la creación de zonas de limpieza sea mucho más definida. En segundo lugar, demuestra lo útil que es la IA, ya que identificar correctamente lo que encuentra el robot significa que puede decidir con mayor precisión cómo lidiar con ese elemento. Una alfombra de pelo corto necesita una presión diferente a la de un piso de baldosas.
Todos los demás aspectos de la aplicación Roborock funcionan de maravilla, incluida la función de "pin and go", que permite marcar un punto en el suelo y el robot irá allí y, si quieres, lo limpiará. También me encanta la función de control remoto, que convierte la aplicación en un control remoto para el robot, para que puedas dirigirlo hacia donde quieras aun si no estamos en casa.
En el apartado específico de limpieza, también destaca. Mientras la mayoría de los robots oscilan entre uno o dos rodillos, el Saros es el primero que presenta un diseño de rodillo dividido, que según Roborock prácticamente eliminará que el cabello quede atrapado en la máquina.
Estos elementos funcionan bien para recoger los desechos del suelo, ya sea de una alfombra, moqueta, baldosas o madera. Más interesante aún, el Saros 10 tiene una cantidad absurda de potencia de succión: 22.000 Pa. Eso es más del doble de la mayoría de los robots.
La mopa es otro detalle importante: el Saros 10 para fregar, cuenta con una almohadilla vibratoria para fregar y gracias a su capacidad para alcanzar los 80 °C, la limpieza está garantizada. Segundo, el chasis del robot (básicamente el robot en sí) puede levantar su parte delantera. Si bien esto está pensado para ayudarlo a navegar mejor por los espacios, también se ha aprovechado para ejercer presión en la parte trasera del robot, donde está la almohadilla, y así la fregona tiene un mejor contacto con el piso.
Veredicto
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