Cuidado con estos cargadores de móvil: Pueden sorprenderte en la factura de la luz

En un contexto donde el costo de la electricidad varía constantemente y cada pequeño ahorro cuenta, muchas personas buscan formas de reducir su consumo energético sin comprometer su comodidad. Sin embargo, hay que fijarnos primero en lo que ya hacemos, pues existen hábitos cotidianos que nos generan un gasto innecesariosin que nos demos cuenta. Uno de los más comunes es dejar el cargador del móvil enchufado incluso cuando no se está utilizando.

Aunque pueda parecer inofensivo, este pequeño gesto puede influir en el consumo eléctrico a largo plazo y reflejarse en la factura de la luz. Pero no solo eso, el desgaste progresivo de los cables y adaptadores conectados de manera permanente también puede provocar fallos eléctricos, reduciendo su vida útil y obligando a reemplazarlos con mayor frecuencia. Por estas razones, adoptar hábitos responsables en el uso de los cargadores contribuye al ahorro tanto en la factura de la luz como en el consumo y, lo obvio: nos garantiza seguridad en el hogar.

¿Cuánto consume un cargador que no está en uso?

La pregunta que todos nos hacemos recae sobre el consumo de un cargador enchufado sin un dispositivo conectado, y la realidad es que es relativamente bajo, pero eso no quiere decir que con el tiempo no pueda acumularse. De acuerdo con datos de la Unión Europea, un cargador puede llegar a consumir hasta 2,5 kilovatios/hora al año si permanece conectado sin estar cargando un teléfono.

Aunque esta cifra puede parecer insignificante, cuando se suman varios cargadores y dispositivos conectados en espera en un hogar, el impacto se vuelve más relevante. Además, en un momento donde el precio de la electricidad puede fluctuar, cada pequeño ahorro contribuye y se valora para una reducción en la factura mensual.

¿Cuáles son los riesgos de seguridad?

Más allá del gasto innecesario de energía, dejar un cargador conectado sin uso también puede representar un riesgo de seguridad. En particular, los cargadores de baja calidad o los no homologado, porque pueden sobrecalentarse, lo que aumenta la posibilidad de cortocircuitos, chispazos e incluso incendios.

Además, el desgaste de los cargadores con el tiempo puede provocar que los cables se deterioren y expongan conexiones internas, lo que representa un peligro eléctrico. Por ello, es recomendable utilizar siempre cargadores certificados y evitar que permanezcan conectados cuando no están en uso, ya que, no todos los cargadores consumen la misma cantidad de electricidad cuando están en espera.

La tecnología ha avanzado y, desde 2022, una normativa de la Unión Europea exige que los cargadores vendidos en el mercado europeo tengan un consumo máximo de 0,10 Wh en reposo. Sin embargo, los modelos más antiguos tienen un consumo significativamente mayor: por un lado están los cargadores fabricados entre 2011 y 2021, que pueden consumir hasta 0,30 Wh en espera; y por otro están, los cargadores anteriores a 2010, que su consumo en reposo puede llegar hasta 0,5 Wh (cinco veces más energía que los cargadores modernos).

Recomendaciones para reducir el consumo y los riesgos

Adoptar buenos hábitos en el uso de los cargadores no solo contribuye al ahorro energético, sino que también mejora la seguridad en el hogar. Una de las prácticas más sencillas y efectivas es utilizar regletas con interruptor, ya que permiten desconectar varios dispositivos al mismo tiempo con un solo gesto, optimizando el consumo eléctrico de manera más eficiente.

Además, es fundamental evitar cargar el móvil en superficies inflamables como camas, sofás o cerca de materiales combustibles, ya que esto aumenta el riesgo de incendios en caso de sobrecalentamiento. Del mismo modo, utilizar cargadores homologados y de buena calidad garantiza un funcionamiento seguro y reduce la posibilidad de accidentes eléctricos.