Si me tomo un té por la tarde, ¿voy a poder dormir por la noche?

Si eres un amante del té y te preocupa que su consumo pueda afectar tu descanso nocturno. Bueno, la respuesta no es tan simple como un sí o un no. En este artículo te explicamos cómo el té puede influir en tu sueño y qué debes tener en cuenta para disfrutar de una buena taza sin preocupaciones.

¿La teína y la cafeína son igual de estimulantes?

Lo primero que debemos entender es que la teína y la cafeína son -esencialmente- la misma molécula. Es lo mismo que ocurre -por ejemplo- con la guaranina, que es la sustancia estimulante que encontramos en la guaraná. Es decir, que la diferente nomenclatura está relacionada con el origen de la molécula, pero no difiere demasiado en su estructura o características.

De hecho, las diferencias a las que nos referimos cuando hablamos de teína y cafeína suelen tener más que ver con la concentración que encontramos de esta molécula en las diferentes plantas. Aunque sí que podemos reseñar, por ejemplo, una diferencia notable en cómo estas sustancias son absorbidas por el organismo: la cafeína se absorbe en el estómago, mientras que la teína lo hace en el intestino delgado. Esto sucede porque las moléculas de cafeína se liberan de una forma más abrupta que las del té, que tiene se libera más lentamente, pero tiene un efecto más progresivo y duradero.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) elaboró una tabla donde se referenciaban diferentes bebidas con efectos estimulantes y sus respectivas concentraciones de cafeína. Entre ellas podemos señalar, por ejemplo, la concentración de 15 mg de teína por cada 100ml de té verde, frente a los 22 mg de teína en el té negro; o los 44,5 mg de cafeína en cada 100 ml de café de cafetera italiana o los 134 mg de cafeína presente en cada 100 ml de café expresso.

Haciendo un poco de números, podemos concluir que el café expresso es 10 veces más estimulante que el té verde y que -además- su efecto es más brusco... pero más efímero. Aunque -evidentemente- esto es sólo una aproximación referida a un tipo concreto de café y a un tipo concreto de té. Y hay otras muchas variables que podrían afectar al resultado, como el tipo de tueste del café, la efusividad con la que se ha molido la hoja de té verde o el tiempo que están en contacto con el agua, etc.