Dermatología

Estos son los dos principales problemas que pueden afectar a tus uñas y lo que debes hacer

Los hongos en las uñas pueden enmascarar otra alteración subyancente

Estos son los dos principales problemas que pueden afectar a tus uñas
Estos son los dos principales problemas que pueden afectar a tus uñaslarazon

La fragilidad de las uñas es unos de los problemas más consultados en el campo de la Dermatología que estudia las uñas. Se trata de un fenómeno que casi exclusivamente afecta a las uñas de las manos, y con más frecuencia lo hace a las mujeres, especialmente cuanto mayor es su edad. Pero después se encontrarían también los hongos en las uñas o onicomicosis, una de las consultas más frecuentes en Dermatología, aunque a veces pueden enmascarar otra alteración subyancente. En ambos casos, la supervisión de un especialista en dermatología es fundamental.

Y es que las uñas, tal y como afirma la doctora Rita Rodrigues, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Valle del Henares (Torrejón de Ardoz, Comunidad de Madrid), las uñas constituyen un anexo cutáneo “muy importante” por su función de protección contra traumatismos y agresiones en la falange distal subyacente; así como por su efecto de contrapresión al pulpejo, importante para la manipulación de objetos; y por la sensación táctil, pero igualmente como elemento de belleza.

“Paralelamente, las uñas también pueden proporcionar información sobre hábitos, profesión, o incluso sobre el estado de salud de la persona porque determinadas alteraciones o signos podrían indicar la presencia de enfermedades sistémicas”, agrega.

Una consulta habitual en dermatología

De hecho, señala que las alteraciones en las uñas constituyen un motivo de consulta bastante habitual en Dermatología, pero requieren una valoración especializada para poder obtener un diagnóstico adecuado, y así pautar un tratamiento eficaz.

“En muchas ocasiones son difíciles de tratar, en parte por la dificultad de conseguir que el tratamiento que tenga capacidad de penetrar en la lámina ungueal, y porque normalmente es necesario esperar varios meses para obtener mejoría, y este retraso puede conllevar al abandono del tratamiento antes de ver sus efectos”, asevera esta especialista de Quirónsalud Valle del Henares.

 Rita Rodrigues, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Valle del Henares
Rita Rodrigues, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Valle del HenaresQuirónsalud

El espectro de alteraciones que envuelven a las uñas es bastante amplio, tal y como prosigue esta dermatóloga, e incluye infecciones, enfermedades inflamatorias, tumores benignos u malignos, alteraciones por cosméticos, además de alteraciones congénitas.

“Clínicamente esto se manifiesta sobre todo mediante alteraciones en el color y en el grosor y textura de las uñas. Algunos de los problemas más consultados por los pacientes sobre uñas son: La fragilidad de las uñas y la onicomicosis (hongos en las uñas) que hemos comentado, y que son los dos más frecuentes; pero también los cosméticos ungueales; la uña encarnada; así como las uñas amarillas”, sostiene la experta.

La fragilidad de las uñas

Así, en cuanto a la fragilidad de las uñas sostiene que este problema suele manifestarse con varias alteraciones en la apariencia de la uña (separación en capas, fisuras, erosiones, estriaciones, …), así como con menor elasticidad, o con una lámina más fina y blanda.

Subraya que este problema puede ser de origen desconocido, o bien secundario a factores que alteran la producción de la uña, tales como: enfermedades dermatológicas, sistémicas, traumatismos, déficits nutricionales, medicamentos, o contacto con substancias irritantes.

“Cuando es de origen desconocido se asocia a una alteración en el ‘cemento intercelular’, que se encarga de mantener unidos los queratinocitos en la uña, y la normal organización de otros elementos que la componen”, advierte.

Dentro de los factores ambientales, los que producen la deshidratación progresiva de la uña, dice que intervienen activamente en el desarrollo de la fragilidad ungueal las condiciones de trabajo con alta humedad, los pequeños traumatismos, así como las manicuras agresivas, de manera que cuando su contenido en agua es menor del 16% se vuelven quebradizas. “También el contenido de lípidos influye en la capacidad de la uña de retener agua y, por tanto, si éste baja, las uñas igualmente se vuelven más frágiles”, añade.

La disminución del contenido de sulfato de colesterol que ocurre con la edad en la superficie de la uña se ha relacionado con la fragilidad ungueal en la mujer postmenopáusica, según prosigue la experta de Quirónsalud Valle del Henares.

En cuanto su tratamiento, esta especialista mantiene que requiere de tiempo y de paciencia, ya que la uña es una estructura queratinizada y muerta, de forma que la parte alterada sólo se puede eliminar mediante el corte de la misma y hay que esperar que la uña sana crezca completamente.

“Se deben reducir los traumatismos y en contacto con el agua y detergentes. Tras el lavado de manos, o las actividades que requieran su remojo, rehidratar las uñas con cremas hidratantes adecuadas, con capacidad oclusivas, como la vaselina o lanolina, y humectantes, tales como la glicerina y el propilenglicol suelen ser adecuadas”, advierte.

A su juicio, es igualmente idóneo el utilizar guantes de algodón debajo de los guantes de goma durante los trabajos manuales; mantener las uñas cortas y cuadradas; evitar y minimizar la utilización de cosméticos de uñas, ya que podrían empeorar el problema; la suplementación oral de algunos elementos puede ser beneficiosa; el empleo de lacas protectoras y reestructurantes puede ser beneficios; en cambio, los endurecedores en cambio pueden paradójicamente causar uñas quebradizas si se utilizan de forma prolongada.

Los hongos en la uña, una infección que debe tratarse

Mientras, en el caso de la onicomicosis, la dermatóloga indica que se produce consecuencia de la invasión de la uña por hongos (ya sean dermatofitos, mohos, o levaduras): “Es una de las consultas más frecuentes en dermatología, aunque en varias ocasiones enmascaran otra alteración subyacente como una psoriasis ungueal u otras enfermedades inflamatorias de la uña, siendo necesario una buena valoración clínica, dermatoscópica, y confirmación mediante cultivo microbiológico. Es una infección y siempre debe ser tratada de forma adecuada”.

Su tratamiento, igualmente, requiere de mucho tiempo y paciencia, tal y como asevera la doctora debido a la baja velocidad de crecimiento de la lámina ungueal, y por la dificultad de conseguir principios activos que lleguen a la zona infectada.

“Actualmente disponemos de las siguientes opciones terapéuticas: Antifúngicos tópicos y orales; así como las terapias coadyuvantes. Recientemente, se han investigado e introducido tratamientos coadyuvantes como la terapia fotodinámica, o los láseres y para mejorar la tasa de curación de la infección, y aumentar el perfil de seguridad del tratamiento”, concluye esta experta.