
Interior
Miedo en Via Laietana: "Hijo de madero, facha y opresor"
Crece el acoso, de docentes y otros padres, contra los hijos de los policías de la Jefatura Superior de Barcelona. Forma parte de la campaña para expulsarles antes de fin de año

Carlos (7 años) ha estado en tres centros educativos a pesar de su corta edad. En ninguno ha sido expulsado y en todos ha tenido un comportamiento ejemplar. El "problema" que tiene este niño es que su padre es agente de la Policía Nacional. "No es consciente de que muchas situaciones que ha vivido es por mi culpa", explica este funcionario en declaraciones a LA RAZÓN. Tanto él como sus compañeros viven el temor de qué pasará con ellos y con su puesto de trabajo en el número 43 de Via Laietana.
La Ley de Amnistía no ha frenado este hostigamiento, "hay que sufrirlo y padecerlo", señalan fuentes policiales a este medio. No es fácil "sobrevivir" con tantos frentes abiertos. Cada semana se despiertan con una noticia nueva. Nadie les comunica nada. La última es que ERC quiere expulsarles del edificio de la Jefatura Superior de Barcelona. Es el símbolo de la Policía Nacional en Cataluña. Los mandos guardan silencio, ni ellos saben "qué va a pasar en realidad".
Siempre ha estado en el punto de mira y ahora mucho más con los acuerdos del Gobierno con los independentistas. "Parece que vivimos una cuenta atrás", remarcan estas fuentes. "La crispación e incredulidad que se está viviendo en Cataluña por los policías va en aumento. El delirio independiente es cada vez más palpable", afirman desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP).
Se ha construido una "leyenda negra" de forma intencionada en torno a Via Laitena para vincular a los policías con las torturas. "No hay nada que reparar", defienden desde los representantes de los policías. Precisamente, están esperando con cautela esta decisión porque podría suponer una denuncia contra los responsables políticos por prevaricación.
Burlas y comentarios despectivos
No se sienten respaldados y creen que es una batalla que, lamentablemente, están librando solos. El silencio del Gobierno provoca que se "degrade de forma paulatina el honor y la imagen" de la Policía Nacional. ¿Dónde están los límites?, se preguntan.
El problema es que estos límites siguen sobrepasando el ámbito profesional y afectan al familiar. El acoso que sufre Carlos por el simple hecho de ser hijo de un policía nacional no es un "caso aislado" ni exagerado. Los niños son el objetivo de vejaciones tanto por parte de otros alumnos como, en algunos casos más graves y especialmente preocupantes, por parte del propio personal docente.

Desde situaciones de burlas o señalamientos pasando por la exclusión social y comentarios despectivos. "Hijo de madero, facha u opresor", son algunos de los insultos que reciben estos menores. Los profesores en cambio optan por ignorarles o despreciarles. "Hemos tenido conocimiento de centros donde se blanquea o se justifica el procés y se señala a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como enemigos del pueblo catalán, lo que alimenta aún más un clima hostil para estos menores", añaden desde el SUP.
La presión que viven estas familias provoca que oculten su profesión por miedo o represalias. Una forma de violencia silenciosa que vulnera sus propios derechos. Es una evidencia de cómo la presión política se traslada al resto de esferas.
El precio del uniforme
Desde el SUP se denuncia que esta circunstancia es "intolerable". "Que un menor tenga que pagar el precio del uniforme de un progenitor. Reclamamos protección real, respeto y tolerancia en todos los ámbitos, incluido el educativo, y pedimos que las instituciones no miren hacia otro lado", añaden.

Los policías temen que los independentistas no descansen hasta que vean como les expulsan de Cataluña. "no vamos a permitir que un prófugo de la Justicia y sus colegas más radicales nos arrinconen", remarcan. Los policías recuerdan que los miembros del Gobierno se Pedro Sánchez se han cansado de reiteras que no cambiarán de postura en el caso de Via Laietana. "Acabarán cediendo. Es otro chantaje político", lamenta uno de los agentes que podría acabar afectado.
"Es como una nube que tenemos encima que nos provoca estrés y ansiedad", infiere este funcionario. ¿Qué pasará con su hipoteca? ¿Cuál será su destino? Son muchas las preguntas que a día de hoy no pueden responder. "Tendremos que comenzar de cero", pronostica sin saber qué le puede deparar los "próximos deseos" de los independentistas.
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