Opinión

Segundas oportunidades

A las críticas del sector por los compromisos incumplidos, se le suman Muface y el Estatuto Marco

La ministra de Sanidad, Mónica García, durante una rueda de prensa, a 15 de enero de 2025, en Madrid (España).
La ministra de Sanidad, Mónica GarcíaFernando SánchezEuropa Press

Corren tiempos adversos para el Ministerio de Sanidad.

A las críticas del sector derivadas de los compromisos incumplidos y de la ausencia de avances tangibles desde el comienzo de la legislatura en ámbitos como, por ejemplo, la nueva estrategia en salud mental, se han sumado en las últimas semanas dos reveses de gran calado: Muface y el Estatuto Marco.

En el primer caso, la ministra Mónica García ha sido claramente desacreditada en el Consejo de Ministros al ver sometida su propuesta de supresión del mutualismo por la oferta económica realizada para renovar el modelo desde Función Pública, que ha cedido a las peticiones de las aseguradoras.

En el segundo supuesto, la profesión médica en bloque ha rechazado frontalmente la propuesta de cambio de la ley en vigor realizada desde Sanidad por cuestiones como la incompatibilidad público-privada, el ajuste de los niveles funcionariales y la retención de los MIR.

En este contexto, a mi parecer, el Ministerio puede reaccionar de dos formas.

La primera consiste en empecinarse y seguir priorizando su posición partidista, aunque ello suponga ir en contra de lo que de verdad requiere el Sistema Nacional de Salud (SNS).

La segunda supone rectificar el rumbo seguido hasta ahora y traducir en acciones útiles las solicitudes de los agentes del sector.

Yo soy de los que creen en las segundas oportunidades y considero que el Gobierno está actualmente ante la suya en materia de Sanidad.

Desaprovecharla supondría un error irreversible a todos los efectos a tenor de la crispación provocada, cuanto menos, entre los funcionarios y mis colegas médicos.

Mario Mingo es médico y político