Investigación
Esta hormona ha demostrado efectos en el organismo similares a los de una actividad aeróbica prolongada
Aunque es conocida por otros beneficios, una nueva investigación la postula como estrategia terapéutica para combatir la "diabesidad"
Un estudio internacional en ratones liderado por la Universidad de Granada (UGR) ha revelado que la melatonina, conocida por su capacidad para regular el ciclo sueño/vigilia, puede restablecer la composición de las fibras musculares y proteger al músculo esquelético (que supone el 50% del peso corporal) del daño causado por la mezcla de dos patologías metabólicas que, en muchas ocasiones, se presentan unidas: la obesidad y la diabetes tipo 2. Este cuadro clínico, conocido en salud pública con el término "diabesidad", tiene un alta carga de morbi-mortalidad para quien lo padece.
Las personas con diabesidad pueden experimentar una serie de complicaciones de salud graves, incluyendo enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedad renal, ceguera y amputaciones de miembros inferiores. También pueden tener una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades hepáticas y cáncer. Se estima que alrededor del 90% de las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso o son obesas, y, de estas, alrededor del 80% mueren a causa de una enfermedad cardiovascular aterosclerótica, como un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
Los resultados de esta nueva investigación, publicados en las revistas Free Radical Biologyand Medicine y Antioxidants, muestran que la melatonina, una hormona con un perfil de seguridad bien establecido, mostró efectos similares a los de una actividad aeróbica prolongada mejorando la función mitocondrial, reduciendo el estrés celular y previniendo la muerte programada de las células. Por ello, los científicos afirman que su uso podría ser una nueva estrategia terapéutica para combatir esta enfermedad metabólica.
Mejora y protección de la musculatura
El estudio, dirigido por el catedrático de Farmacología de la UGR Ahmad Agil, demostró que la administración farmacológica de melatonina en roedores obesos y diabéticos durante 12 semanas consiguió favorecer la conversión de fibras musculares glicolíticas (rápidas) a fibras oxidativas (lentas), mejorando la eficiencia energética del músculo.
Las fibras musculares se dividen en tres tipos: las de contracción lenta (tipo I) o fibras rojas debido al gran número de mitocondrias que poseen, las de contracción rápida (tipo IIb) o fibras blancas y las intermedias (tipo IIa). Además, cada músculo de nuestro organismo tiene una proporción determinada variable y cambiante de cada uno de estos tipos de fibras, dependiendo del tipo de movimiento realizado. Durante actividades musculares intensas de corta duración predominan las fibras blancas con metabolismo glicolítico, y durante actividades musculares de baja intensidad prolongada predominan fibras rojas con metabolismo oxidativo.
La melatonina logró restablecer la proporción saludable de estas fibras, aumentando las oxidativas y reduciendo las glicolíticas, revirtiendo los efectos de la "diabesidad", lo que mejora la capacidad del músculo para quemar grasas (reduciendo la acumulación de grasa, y por tanto, la obesidad) y producir energía.
La melatonina en medicina
"Descubrimos que la melatonina restablece los niveles de calcio en las mitocondrias y el retículo endoplasmático, lo que contribuye a reducir el daño celular», señala Agil. Estos resultados se encuentran en la línea de los previamente publicados durante los últimos 15 años por este grupo de investigación. Sus hallazgos podrían abrir nuevas perspectivas para el desarrollo de estrategias terapéuticas basadas en la administración farmacológica de melatonina, dirigidas a mejorar la salud muscular en pacientes con diabesidad. "Nuestro principal reto es la aplicación de la melatonina en el campo de la medicina", señalan los autores del trabajo.
Sin embargo, subrayan que es necesario realizar estudios clínicos en humanos para confirmar estos resultados y determinar la dosis óptima en cada caso. "Si logramos demostrar su eficacia en humanos, podríamos estar ante un tratamiento innovador que mejoraría la vida de millones de personas", concluye Agil.