
Opinión
Convulsión en la sanidad norteamericana
La nueva Administración está tomando decisiones que convulsionarán el sistema sanitario

Con la llegada de Trump a la Casa Blanca y de Kennedy jr. a la Secretaría de Salud, se van a tomar decisiones que convulsionarán el sistema sanitario norteamericano, tomadas sobre la base de que Washington gasta hoy más en atención médica que cualquier otro país occidental, el doble que Europa, pero con peores resultados. Una pesada carga con consecuencias nefastas en enfermedades crónicas. Dos terceras partes de los adultos y niños americanos sufren problemas de salud crónicos, cuando hace 50 años esa cifra era el 1%. De ahí que las decisiones que se están barajando supongan una auténtica revolución para el sistema, pues tras la salida de la OMS, se estaría en cambiar por entero la FDA, los CDC y la FTC, organismos y agencias considerados por la nueva Administración «gigantes burocráticos» que monopolizan la Sanidad estadounidense, dictando instrucciones que según ellos agravan los problemas de salud de los ciudadanos, en vez de aminorarlos.
De ahí que no sean menores las decisiones que se han filtrado, si bien habrá que ver cuántas de ellas se llevan a efecto. Por ejemplo, amén de la ley de «burocracia cero», la prohibición de la fluoración del agua del grifo, el estricto control de los aditivos nocivos, los colorantes artificiales y conservantes alimentarios, así como los OGM y pesticidas tóxicos, lanzando la idea de que EE UU se vuelve orgánico. Normas que, de concretarse, transformarán el sector agrícola completamente.
Trump y Kennedy han derogado la Ley de Lesiones por Vacunas de 1986, que según ellos otorgaba impunidad a la Big Pharma en los casos de sospechas de efectos secundarios nocivos, de manera que las lesiones por vacunas, en los casos en que se puedan documentar, serán oficialmente reconocidas, escuchando a las posibles víctimas y acelerando la compensación a los afectados.
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