
Salud mental
¿Eres inmaduro emocionalmente? Estos son diez rasgos que te ayudarán a comprobarlo
Hay quien apunta a que, por diversos factores, las personas cada vez adquieren una responsabilidad total más tarde
Son muchas las voces y estudios que apuntan a que las nuevas generaciones tardan cada vez más en independizarse y adquirir todas las responsabilidades que se le suponen a un individuo adulto. La prolongación de la educación, así como las dificultades o reticencias para abandonar el hogar familiar, son solo algunos de los muchos factores que podrían estar detrás de este retraso en la madurez.
En el ágora pública, parcial y constante de las redes sociales, las personas exponen de forma sesgada acontecimientos clave o novedades que ocurren en sus vidas, no siempre de forma honesta. Antes de la llegada de estas herramientas de comunicación, las interacciones debían darse cara a cara, por lo que resultaba más complicado ocultar las partes menos ventajosas de cada uno. 'Se coge antes a un mentiroso que a un cojo', sí, pero si se escuda detrás de una pantalla no es tan fácil atraparlo.
Aunque es difícil comparar si las personas son más inmaduras actualmente que hace algunos años, ya que la madurez depende de variables individuales y contextuales, es cierto que el cada vez mayor énfasis en la satisfacción inmediata constituye un factor de peso. En la era digital, con casi todo está al alcance de un clic, se fomenta una menor tolerancia a la frustración y una menor práctica del esfuerzo sostenido.

Aunque la innovación y el progreso tecnológico nos ha traído importantes avances, parece que todo apunta a que también ha provocado un retraso o dificultades en el proceso madurativo de las personas. El desarrollo mental es un proceso continuo, por lo que siempre se está aprendiendo. Sin embargo, ciertas claves pueden ayudarnos a identificar si existe una falta de madurez en las personas.
¿Eres inmaduro emocionalmente? Estos son diez rasgos que te ayudarán a comprobarlo
Hay ciertos atributos que podemos detectar tanto en nosotros mismos como en personas que nos rodean que nos pueden dar pistas acerca de su grado de madurez, según el consenso psicológico y social generalizado. Si se posee alguno de ellos no significa que se algo esté 'mal' con esa persona, ya que todos podemos tener momentos o áreas de inmadurez. Son indicativos para trabajar más en la autorreflexión, la empatía y la regulación emocional para crecer como persona adulta. Estos son algunos de ellos:
- Dificultad para manejar emociones: Experimentar explosiones de ira, tristeza o euforia de manera desproporcionada y dificultades para regular y entender los sentimientos propios.
- Evitar responsabilidades: Preferencia por delegar o escapar de tareas importantes, ya sea en el trabajo, en relaciones o en la vida personal.
- Culpar a otros constantemente: Tendencia a evitar asumir la responsabilidad de los errores propios, culpando a las circunstancias, el contexto o a las personas alrededor de ello.
- Baja tolerancia a la frustración: Molestia rápida cuando las cosas no salen como se esperaba, reaccionando con irritación, abandono o desentendimiento total de la tarea.

- Impulsividad: Toma de decisiones sin pensar en las consecuencias a largo plazo, especialmente en momentos de estrés o emoción intensa. El cortoplacismo es uno de los rasgos más característicos de la inmadurez emocional, prefiriendo siempre el 'Carpe diem' al sacrificio y la planificación.
- Dependencia emocional: Buscar que otros resuelvan nuestros problemas, nos den seguridad o validación constante, lo que puede sobrecargar las relaciones y provocar que las personas cercanas acaben por cansarse de cargar con nuestras preocupaciones.
- Dificultad para empatizar: Las personas más inmaduras emocionalmente experimentan problemas a la hora de ponerse en el lugar de los demás, lo que puede llevarlas a parecer insensibles o egoístas en muchas situaciones.
- Falta de autocrítica: Dificultad para reflexionar sobre los propios errores o comportamientos y aprender de ellos, siempre buscando una excusa o justificación en lugar de contemplar las equivocaciones como oportunidades de mejora.
- Incapacidad de mantener compromisos: Un rasgo compartido por muchas personas inmaduras es la facilidad para abandonar proyectos, relaciones o promesas cuando se vuelven complicados o aburridos. Estos individuos tienen menor paciencia y falta de miras a largo plazo para soportar una dificultad en busca de un mejor resultado a largo plazo.
- Búsqueda constante de placer inmediato: Priorizar actividades o decisiones que dan gratificación instantánea en lugar de enfocarse en metas a largo plazo. La instantaneidad es un factor de la madurez, eternamente joven.
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